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Movilidad social y Libertad

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Una crítica que se le puede realizar con asidero al discurso liberal en las últimas décadas es la poca relevancia que se le ha dado a la movilidad social. Esto no siempre fue así, y ciertamente esta falta explica en cierta medida la imagen de insensibilidad que se le ha asignado al inexistente “neoliberalismo” mientras que desde otras visiones se ponía el acento hasta el cansancio en la desigualdad social.

Una crítica que se le puede realizar con asidero al discurso liberal en las últimas décadas es la poca relevancia que se le ha dado a la movilidad social. Esto no siempre fue así, y ciertamente esta falta explica en cierta medida la imagen de insensibilidad que se le ha asignado al inexistente “neoliberalismo” mientras que desde otras visiones se ponía el acento hasta el cansancio en la desigualdad social.

La capacidad para la logomaquia de los rivales del liberalismo, evitando las discusiones de fondo y concentrándolas en frases altisonantes de resonancia popular, desde el punto de vista estratégico indudablemente ha sido exitosa. Se han adueñado de la justicia social, la lucha contra la inequidad y la desigualdad y blanden esta espada en cualquier discusión venga o no el caso, verbigracia, el rol de las empresas del Estado.

Este triunfo merece un mea culpa de los liberales que no siempre han sabido explicar bien sus ideas, de lo contrario no sería posible comprender cómo los defenso- res de los derechos humanos, la democracia, la sociedad abierta y las políticas que han sacado a la humanidad de su estado original, que es la pobreza, hoy son acusados sin escozor de mezquinos personeros del mal.

Es necesario entonces que quienes creemos en las ideas de la Libertad retomemos esa noble tradición de investigar y proponer políticas efectivas para mejorar la movilidad social, desde un punto de vista moderno y un análisis dinámico y multidisciplinario. Esta línea de investigación promete ser mucho más eficiente para mejorar la calidad de vida de quienes la pasan peor que los vetustos y estáticos cuadros que pululan en nuestro país sobre las inequidades de ingresos que tan poco dicen y nada explican.

En este sentido debe resaltarse una noticia que merece ser celebrada por lo alto. Nuestro compatriota Gonzalo Schwarz, economista que trabaja desde hace años en Estados Unidos en el mundo de los think tanks, ha creado su propio centro de estudios, Archbridge Institute, dedicado precisamente al análisis y propuesta para mejorar la movilidad social desde una perspectiva liberal. Los antecedentes de Gonzalo como incansable promotor de iniciativas inteligentes y efectivas en América Latina desde su tarea anterior en Atlas Network avalan la confianza en que este nuevo instituto será un éxito.

Archbridge Institute realizará investigaciones globales sobre el tema de la movilidad social y no faltarán, naturalmente, los estudios sobre nuestro país. Este tema, de relevancia ya destacada para el debate de ideas, es incluso más importante para la sociedad uruguaya como tal. Uno de los grandes dramas del Uruguay actual es cómo se ha esclerosado, casi hasta el inmovilismo, nuestra sociedad. Dicho en términos más dramáticos, la falta de oportunidades justas para superar una condición de origen desfavorable no solo es un drama a nivel personal y familiar, también lo es consecuentemente desde el punto de vista de la sociedad en su conjunto. Este es el foco real del problema, cómo se vuelve dinámica y virtuosa una sociedad, y no cómo bajamos al que le va bien sin que nadie gane nada.

El mayor de los éxitos para Gonzalo Schwarz en este emprendimiento del que los uruguayos tenemos tanto que esperar y para sentirnos orgullosos.

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Hernán Bonilla

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