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Bianchi, senadora por la ley de cuota, deja su banca a Delgado

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Su "sueño" era ser presidenta del Codicen de la administración de Educación Pública. Foto: L.Carreño.
Graciela Bianchi - Foro sobre educación convocado por el sector del Partido Colorado Batllistas de Ley, liderado por el Senador J. Amorín Batlle, en la Torre de las Telecom., ND 20130515, foto Leonardo Carreño - Archivo El País
Archivo El País

"Nuestra idea era ganar, y mi sueño era ser presidenta del Codicen. Por eso yo iba a renunciar a las dos bancas (en Senado y Diputados). Yo me ofrecí para ir en esos lugares porque no vengo a la política por razones personales, sino generales", afirmó Graciela Bianchi a El País.

Pero su sueño no se cumplió porque el Partido Nacional no triunfó. Por lo tanto, la docente, electa senadora por el sublema Todos y diputada en Montevideo por la lista 404, debió escoger uno de los dos lugares. Y pese a que el Senado es más prestigioso, Bianchi optó por ir a la Cámara de Representantes y ceder su banca en la Cámara Alta a su primer suplente, Álvaro Delgado. La decisión (que ya era un secreto a voces) la oficializó ayer a través de una carta abierta a la que accedió El País.

Ella es consciente de que ascendió al tercer puesto al Senado de Luis Lacalle Pou por la ley de cuota femenina, que prevé que en las listas haya una mujer por cada dos hombres. Sin embargo, no le pesa dejarle su lugar a Delgado. Por el contrario, lo hace "con muchísimo gusto y placer".

"La gente no ocupa un lugar por su género, sino por su importancia en un proyecto", justificó la legisladora electa en diálogo con El País. En la carta escribió: "La lista 404 es un proyecto, un equipo, un grupo de compañeros que tenemos los mismos objetivos. En consecuencia, nada está por encima, excepto el interés general".

Delgado "debe estar cerca de Luis (Lacalle)" porque ambos "complementan sus liderazgos" en el movimiento, y porque por sus edades "renuevan la política", aseguró la docente.

Bianchi comentó que se ofreció para ocupar los lugares en las listas y así "facilitar su compleja arquitectura". "La última en llegar (al movimiento Todos) y la de menos derechos era yo. Uno tiene que ceder a ambiciones personales", consideró.

En la carta —que fue aprobada previamente por Lacalle y de Delgado— Bianchi no hace referencia a la ley de cuota femenina por gusto. Según dijo a El País, no quiso "hacer mala política" y aludir, por ejemplo, a Mónica Xavier, que también renunció al Senado.

"Estoy de acuerdo con la ley pero como una palanca, no en que se perpetúe. La mujer tiene que llegar por su capacidad", opinó. A su entender, las mujeres ya tienen los derechos que necesitan desde la Constitución de 1919, y el Frente Amplio pretende arrogarse el ser "fundador de más derechos". "Si hasta ahora la mujer no participó como debería haber participado, es problema de la mujer. Tranquilamente. La Constitución le daba todos los derechos", insistió la docente blanca, exfrenteamplista.

En tanto, aseguró que su decisión fue fruto de un "proceso" que se tomó "con mucha naturalidad", y aclaró que no firmó nada con Lacalle o Delgado, sino que es su voluntad la que manifiesta. "Nada me obliga excepto mi moral, mi visión colectiva y de proyecto", recalcó.

En la carta Bianchi plantea una vez más sus discrepancias con el Frente Amplio y ahora con los primeros pasos del gobierno electo (ver recuadro).

"Tomada la decisión no me importan los ataques. Yo siempre me hice cargo de las decisiones que tomé y de las razones. No necesito que nadie me cuide y menos que se afirme que recibo presiones. Es imposible", concluyó.

(Lea la carta completa en el sitio web de El País).

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Su "sueño" era ser presidenta del Codicen de la administración de Educación Pública. Foto: L.Carreño.

“La gente no ocupa un lugar por su género, sino por su importancia”, dijoPAULA BARQUET

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