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Visceral y racional

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Foto Lucía Moreno

Una agitación profunda del magma subconsciente de los sueños.

La poesía de Mariella Nigro (Montevideo, 1957) se caracteriza por el uso del verso libre —salpicado aquí y allá por versos de metros clásicos construidos a la perfección— y la prosa poética, con sabio manejo del ritmo, tanto de pausas como de acentos. Este nuevo libro publicado en España no es la excepción. Su manejo lúcido del lenguaje no implica, sin embargo, que se trate de una poesía fría, racional hasta el exceso. Por el contrario, en el poema "Orden del sueño" lo poético se presenta como una agitación profunda, como ese magma subconsciente de los sueños, que luego, ya en vigilia, la poeta tiene el deber de decir a los otros ("Y al despertar están las marcas en la boca", concluye el texto). Pero las palabras pueden ordenar las cosas, darles un sentido. Esta idea es el eje del libro, desde el título hasta la contratapa.

La voz poética de Nigro conjuga lo visceral y lo racional. Así, por ejemplo, al referirse a la maternidad —tema clave en su obra— puede escribir sobre el embrión, imagen que al mismo tiempo aplica al verso en gestación, que es "Un diminuto maremoto en el vientre/ tsunami en miniatura/ en una rada que aguanta los vientos". La imagen del maremoto es de gran potencia, pero quien lea con oído atento —la única manera de leer bien un poema— notará las semejanzas sonoras entre "diminuto" y "maremoto", la sílaba "mi" en "tsunami" y "miniatura", el grupo consonántico "nt", en "aguanta" y en "vientos". Es la razón trabajando sobre el lenguaje para comunicar la experiencia íntima. Que, además de ser inefable, siempre sustrae un fondo de misterio, incluso a quien la ha vivido.

Es necesario que el sujeto haga de ese caos, interno y externo, un mundo —"Ordenar el pensamiento y su caos./ Hacer un protocolo para vivir. Estipular el mundo"— y por ende, aunque de modo especial, del poeta: "Entre lo que es y lo que no es/ el sujeto sigue siendo la medida de todas las cosas. Y la poesía es otra medida. Y un tratado sobre el exceso". Aunque el lenguaje lo domestique, o mejor, diseccione y exponga, el exceso sigue ahí.

Una de las categorías fundamentales para la construcción de ese orden es el tiempo. Por eso en este libro, junto con el hijo —el futuro— tiene un peso enorme la memoria de la madre, el pasado y la raíz (la imagen del árbol sintetiza bien este viaje al individuo, desde sus ancestros hasta el futuro que vivirán quienes lo sucedan, como puede leerse en "Orden del árbol, II"). Logrados son los versos dedicados a la memoria de la hermana muerta en la infancia, la que no tuvo ese futuro pero impone a quien sobrevive el recuerdo imborrable de la pérdida, que es a la vez un modo de prestarle vida al que se fue. Tiene Nigro el don de hallar imágenes sencillas para conceptos y sentires complejos, como lo es en este caso el vestido azul bordado con margaritas blancas estrenado en el velatorio de la hermanita muerta, que por eso mismo no lo pudo ver y que, metafóricamente, la hermana que sobrevive vuelve a ponerse todas las mañanas.

Conviven en Uruguay valiosas voces poéticas, de varias generaciones. Es bueno que publiquen fuera del país. Este nuevo trabajo de Mariella Nigro merece que los lectores uruguayos le presten especial atención.

ORDEN DEL CAOS, de Mariella Nigro. Ediciones Vitruvio, 2016. Madrid, 62 págs.

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Foto Lucía Moreno

POESÍA DE MARIELLA NIGROJuan de Marsilio

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