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Terror en un solo plano

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Por: Analía Filosi

En una casa de campo abandonada del poblado de Godoy (Tacuarembó), se encontraron dos cuerpos de hombres brutalmente torturados, sin lenguas ni ojos. Inquietantes fotografías fueron la clave para resolver el sangriento crimen. El asesinato ocurrió en 1944, se transformó en noticia de los medios de comunicación y sirvió como inspiración a una leyenda urbana que se viene transmitiendo vía oral.

Así llegó a oídos de Gustavo Hernández, director egresado de la Escuela de Cine del Uruguay y socio de Gustavo Rojo, Conrado Polvarini y Fernando Laureiro en la productora Tokio Films, dedicada a la publicidad. Amantes del cine, los Gustavos coincidieron en que esta historia era ideal para llevar adelante la película que serviría como punto de partida de un proyecto más ambicioso: formar una productora que se dedique a la realización y distribución de películas en Uruguay, algo similar a lo que hace Control-Z (25 Watts, Whisky, Acné, Gigante). Y ese puntapié inicial pretenden que sea con una película que tiene varias puntas interesantes y novedosas.

Vayamos por partes… aunque suene algo morboso si hablamos de La casa muda, título del largometraje de terror que Tokio Films rodará del 20 al 22 de noviembre, en una casa de Villa García.

PRODUCCIÓN. Soñar es bueno, pero cuando se va a emprender un proyecto de esta naturaleza hace falta bajar a tierra. Lo primero que tenía claro la gente de Tokio Films es que su primera película iba a ser "una producción súper independiente, con un costo muy bajo. Entonces hicimos parámetros: cuántos actores máximo podíamos tener, cuántas locaciones, si la historia se adapta a lo que podemos hacer. Es todo muy acotado, pero queremos también que sea muy intenso", explica Hernández, responsable de tirar sobre la mesa aquella leyenda que había escuchado alguna vez. "Decidimos llevar aquellas muertes al terreno teórico de lo que pudo haber pasado y por qué. Llamamos a Oscar Estévez (Charlie en el aire) y el creó un guión en base a una estructura que imaginamos nosotros para que funcione como línea narrativa", agrega el director. Se llegaba así a una película de terror.

TERROR. Rojo es amante del cine de terror y a Hernández, la idea de lanzarse a hacer su primer largometraje dentro de este género, le resultó interesante fundamentalmente por dos razones: es un género poco explotado en Uruguay y tiene la virtud comercial de que una historia de este tipo se entiende en cualquier parte del mundo. "No pretende ser arte. El cine tiene un lenguaje que respetamos y con él queremos hacer una película funcional. Si es una película de terror, tiene que causar miedo, si no, no funciona. Es nuestra meta. La vamos a contar de otra manera, pero nuestro gran objetivo es que te sientes a verla, te dé miedo y experimentes cosas que no experimentaste con otras películas del mismo género".

PLANO SECUENCIA. Aparece entonces el otro elemento novedoso del film, que es la forma cómo se va a contar. "La película son los últimos ochenta minutos de lo que pudo haber pasado en esa casa antes de las muertes", detallan. El tema es que los conoceremos con un único plano secuencia (léase: secuencia filmada en continuidad, sin corte entre planos, en la que la cámara se desplaza de acuerdo a una meticulosa planificación). "Es un poco lo que hizo Hitchcock en La soga o lo que hizo la película El arca rusa -de Aleksandr Sokurov-, pero que nunca se probó en el género de terror. Lo que nosotros queremos experimentar es hasta dónde se puede soportar miedo real, porque no hay trucos de cámaras ni cortes. La cámara va siguiendo al personaje y sintiendo lo que siente el personaje. El espectador va a ver, desde el principio hasta el final, una sola toma", explica Hernández, quien ya experimentó esta forma de trabajar en un videoclip de La Vela Puerca. "Es muy difícil porque se tiene que coreografiar mucha cosa en tiempo real. No sólo la cámara tiene que enfocar con su lente y su encuadre un lugar, sino que lo que está enfocando tiene que tener una coreografía. La tensión del público se mantiene si nosotros vamos variando los fondos y lo que ocurre delante de la cámara. Entonces siempre tienen que estar pasando cosas".

Destacan como otra ventaja del plano secuencia lo que significa que los actores se metan en sus personajes una vez y ya no salgan de ellos hasta que concluye el film. "Cuando las películas son de muchos cortes, pasa que por lo general es complicado hacer entrar al actor en algunos ánimos del personaje". A esto se suma que la historia se cuenta en forma lineal, se empieza por el principio y se sigue cronológicamente hasta el final, algo poco común en cine.

Para llevar adelante este desafiante plano secuencia, cuentan con una gran aliada, la cámara de fotos Canon EOS 5D Mark II que utilizarán para rodar y que es otra de las grandes novedades del proyecto. "Salió hace muy poco al mercado. Dentro de sus especificaciones tiene que puede filmar en HD Full, es decir, puede filmar video con la óptica fotográfica, que es muy superior a la de video. La calidad es muy pero muy buena con la ventaja que tiene la cámara fotográfica, que es el tamaño. Eso nos da mucha movilidad, la podemos colocar en lugares donde una cámara de video no entra y mantenemos, o incluso superamos, lo que pueden ser las cámaras de video que hay en Uruguay de HD normal", señalan destacando que no existe aún en el mundo un largometraje realizado con esta cámara, sólo se han hecho cortometrajes, mediometrajes, videoclips y publicidades.

PRIMER LARGO. Esta cooperativa de amigos que se conoce, en su mayoría, de la Escuela de Cine, estará incursionando en su primer largometraje pero eso no significa que no tenga experiencia audiovisual acumulada. "Hicimos muchos cortos, publicidades y videoclips. El videoclip te permite experimentar mucha cosa, es uno de los formatos que permite hacer y deshacer al antojo del director, teniendo de cómplice a la banda, en este caso", analiza Hernández.

En el caso de La casa muda, uno de los grandes cómplices es precisamente la casa, un personaje más de la historia. "Teníamos que encontrar una casa que tuviera personalidad porque esconde ciertos secretos. Nos llevó bastante la búsqueda, empezamos con un hotel abandonado por Playa Verde, pero queríamos algo más grande", cuentan los Gustavos.

Una vez encontrado el lugar, había que ir por los otros protagonistas de la película: los actores. "Son cuatro actores que surgieron por casting y tratamos de que no fueran conocidos. Como queríamos una veta más independiente, fuimos a escuelas de cine. En algunos casos, necesitábamos que tuvieran alguna experiencia y un camino rodado dentro del género. Pero ninguno tiene una película arriba, sí tienen cortos y videoclips", explican. Florencia Colucci y Abel Tripaldi son los dos protagonistas principales. "Para cada personaje empezamos con un casting de 35 personas dentro del perfil que precisábamos. De esas 35, quedaron 10, después 5, después 3 y finalmente la elegida".

DETRÁS DE CÁMARA. "El equipo técnico es impresionante", dice con entusiasmo Hernández. "Tenemos a Pedro Luque que es hoy en día, a mi gusto y lo que dice el mercado publicitario, el mejor director de fotografía dentro de Uruguay. Tiene varias películas arriba, la última de ellas El cuarto de Leo, de Enrique Buchichio. Está Federico Capra, uno de los directores de arte más importantes del país… Es como un dream team de gente que se sumó a este experimento. Nos rodeamos de un equipo ultraprofesional pero también que pudiera funcionar como cooperativa. Les tiene que gustar el proyecto para aceptar porque todos estamos corriendo un riesgo, vamos a dar mucho tiempo de nuestro trabajo, vamos a invertir en él. Al mismo tiempo, queremos armar un equipo con el que nos sintamos a gusto", remarca recordando que el dinero proviene de ellos, sin apoyos externos de ningún tipo. "Todos somos socios, salvo algunas excepciones como los actores, donde es más complicado porque vienen, hacen su trabajo y, de repente, nunca más nos ponemos en contacto. En cambio, con toda la parte técnica estamos trabajando todos los días, porque hacemos publicidad".

Y no olvidar una pata fundamental en todo film: la distribución. "Ya estamos en contacto con una distribuidora inglesa especializada en cine de terror que quiere verla para encargarse de todo el sistema de distribución en Europa", anuncia Rojo. Algunas distribuidoras argentinas también se han interesado en el producto con el argumento de que el terror es un género que se puede entender en cualquier parte del mundo porque el miedo es universal. "No es lo mismo vender una película uruguaya muy nacionalista a vender una de terror que, por más que tenga vetas uruguayas, si está bien hecha puede funcionar en cualquier lado. Eso nos lo hicieron ver los distribuidores", manifiestan, sabiendo que se moverán por circuitos de cine no habituales para el cine nacional, pero a eso apuntan.

MÁS PROYECTOS. La casa muda (www.lacasamuda.com) será el debut de Tokio Films en producción y distribución de películas, pero ya hay otros dos proyectos en marcha. "Son dos ficciones que están en una etapa de guión o corrección de guión para preproducir: una comedia costumbrista y un drama tragicómico (Orfeo desciende) en el que al personaje le pasan muchas cosas que no son buenas para él pero que causan gracia. Es un tono de película que me gusta mucho porque juega con lo que pasa en la vida diaria del ser humano, la búsqueda de los sueños de cada uno", cuenta Hernández, un amante del cine de Michel Gondry. "Es un soñador, las películas de él tienen una poesía y una imaginación a la que no estamos habituados. Vamos a tratar de ir por ese camino", acota.

Los Gustavos explican que, para cada proyecto, "los equipos irán cambiando y se irán amoldando. Una película alimentará a la otra, que nos parece la forma más viable de poder contar historias, más allá de que en los últimos tiempos el Estado está apoyando a los proyectos audiovisuales". Por lo pronto ellos se han puesto manos a la obra, temor no tienen… aunque empiecen por una de miedo.

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