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Snake de vuelta

| Después de cuatro años sin nuevo álbum de estudio, el grupo presentará un nuevo material y dará, por primera vez, un show enteramente acústico, el 11 y 18 de junio en el bar Tabaré. | Somos músicos y nos gusta la música, escuchamos de todo: desde tangos, clásica, solistas, música pesada; desde Slipknot hasta Alejandro Sanz.

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Por: Martín Cajal

Verano de 1995, un boliche en Piriápolis, Snake no era todavía una banda conocida. "Entre todo el agite, el micrófono voló, me subí de careta, lo agarré, miré para atrás, pedí permiso y me puse a cantar lo que quedaba de la canción, Smell like teen spirit de Nirvana. Se sintió una conexión increíble entre los cuatro y a partir de ahí nos comenzamos a juntar y ensayar...", recuerda Marcelo Fontanini, vocalista y cara más visible del grupo. El primer disco, Dos Pasajes Paramarte, tuvo una fuerte recepción en el área local y les permitió captar un grupo de seguidores que los acompañarían a sus diversos toques. Con este debut, se mostraba a un conjunto bastante abierto en cuanto a influencias, con una preferencia funky en lo rítmico y también afín con lo rockero, el rap y la balada. De ahí que en esta primera etapa, el grupo fue comparado con los Red Hot Chilli Peppers, un conjunto que supo integrar varios sonidos sobre una base funky, reservando un cuidado también melódico. Además, Dos pasajes… la pegó a nivel radial, a través de canciones como Suicida o Equis, que tanto sonaron a principios de 2000. "Suicida fue tremendo todo lo que significó componerla, tocarla y lo que significó para la gente. Ver a miles de personas cantándola... No hay mayor satisfacción para un músico que ver que el público vive una canción como vos la vivís". Cinco años después llegaría Dejando marcas, un trabajo aliado a sonidos más metaleros y ciertos tanteos psicodélicos también registrados en su debut. Con mayor y menor acierto, Snake trataba de abrir el espectro de sonidos y no limitarse. Quizá sea por eso que su nuevo material, aún en proceso de grabación, haya demorado dos años y medio de composición.

La formación de la banda ha ido cambiando en distintas ocasiones. Ahora sólo quedan Marcelo y el bajista originario, Mikael Boudakián, quienes dirigen la batuta a la hora de la creación. "Pero no nos peleamos ni nada. El `Pelado` (el guitarrista Alejandro Momdjián) se quería ir a Estados Unidos, y `Lalo` (el batero) necesitaba un respiro", aclara el cantante. Sin embargo, la entrada de nuevos integrantes no alteró el estilo de la banda "porque tenemos un sonido muy particular, que no es parecido a ningún otro grupo, lo cual no significa que sea bueno o malo. Siempre hicimos lo que quisimos musicalmente. Porque nos divierte eso, no encasillarnos en punk o lo que sea. Somos músicos y nos gusta la música, escuchamos de todo: desde tangos, música clásica, solistas, música pesada; desde Slipknot hasta Alejandro Sanz. Está bueno aplicar todo eso y expresarte con todas esas armas".

Cuando el tiempo pasa, las bandas suelen hablar de `maduración`. "La evolución se debe a que pasan los años y se sienten otras cosas, surgen otras necesidades. De repente estoy en el auto escuchando las canciones viejas y las disfruto de otra manera". A la vez, el músico se refiere a la evolución también profesional que otorgan los años: "Al escribir tantas canciones empezás a simplificar la ecuación, o a tomar en consideración lo que los productores te enseñaron -el estribillo más veces, una letra no tan metafórica y más directa…", explica. Esta madurez se traslada al modo en que componen las canciones. "Antes cuando sos más joven tenés más ansiedad y hacés las cosas más rápido, de modo atropellado; ahora (el nuevo CD) lo creamos a tiempo real, con otra tranquilidad", confiesa Marcelo.

Según él, su próximo álbum es un disco más intermedio, no tan experimental o inclasificable como el primero, y se halla más anclado en el formato canción. "Es un trabajo mucho más directo, más de canciones", adelanta, y comenta que en lo letrístico trata de reflejar un poco el cambio sustancial de la banda. "Los temas tienen títulos como Los ojos de la serpiente, El antídoto, Frío a los reptiles. La `serpiente` trata de describir un poco su historia, la experiencia de todo este tiempo. Creo q este disco es el que mejor describe las situaciones. Yo planté El diario de la serpiente como título, pero todavía no se sabe. La `serpiente` aparte de ser una cosa muy mística, es como algo malo, algo q genera miedo, la parte q uno no quiere enfrentar de si mismo, el snake que todos tenemos dentro".

El regreso de Snake podrá verse en el bar Tabaré, en dos fechas (11 y 18 de junio), en un formato que jamás hicieron, acústico, con el que apuntan a una vuelta más íntima y a través del cual tocarán canciones viejas y nuevas.

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