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Baja inflación brasileña obedece a la política ortodoxa del Banco Central

| Lula no es economista, pero sabe por experiencia que tener un IPC bajo es más importante que lograr un alto crecimiento económico

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El País

Es posible que Brasil acceda al investment grade en un plazo de entre seis y dieciocho meses porque el mundo financiero internacional reconoce la progresiva disminución de las vulnerabilidades fiscales y externas de la economía brasileña, sostuvo el Dr. Marcilio Marques Moreira, ex ministro de Economía, Finanzas y Planeamiento de ese país. El entrevistado visitó Montevideo recientemente con motivo de su participación en el Latin America Emerging Markets Forum. A continuación se publica un resumen de la entrevista.

-La economía de Brasil ha crecido a una tasa menor que el promedio de América Latina en el último quinquenio. ¿Es factible que se mantenga ese ritmo en los próximos años?

-Si bien esa situación se dio durante varios años, los datos estimados por la Cepal establecen que el promedio de crecimiento económico de la región fue de 5.6% en 2007. Según esa fuente, la tasa de Brasil alcanzó un 5.3%, con lo cual está muy cerca del resto de América Latina, y las perspectivas para 2008 no son muy diferentes. Tal vez el ritmo de la economía mundial se desacelere en el correr de este año y, por tanto, esa situación se va a reflejar en la actividad económica de Brasil.

-¿Qué impide a la economía brasileña alcanzar un ritmo de crecimiento similar al de China?

-Quizás, lo que determina esa diferencia sean las tasas de ahorro interno y de inversión. El ahorro bruto de Brasil, que comprende el ahorro público y privado, equivale al 18%-20% del PIB aproximadamente. En cambio, la tasa de China asciende a más del 40%, lo cual es un nivel extremadamente elevado. Si los ciudadanos chinos están ahorrando casi la mitad de sus ingresos, existen muchas posibilidades de que sus inversiones en capital impongan un ritmo más rápido en la economía. El ahorro en China es en parte un círculo virtuoso: el crecimiento económico rápido propicia un ahorro elevado, lo que a su vez acelera la expansión de la economía. También los altos niveles de inflación que tuvo Brasil en el pasado fueron un factor que desestimuló el ahorro de la población.

-¿Qué sectores serán los motores que impulsen la expansión del PIB este año?

-En los últimos años, la locomotora del crecimiento económico brasileño fue el sector exportador, pero hoy la actividad relacionada con el mercado interno se presenta mucho más dinámica y, probablemente, esa tendencia se va a mantener a lo largo de 2008. Esto se explica principalmente por el aumento del ingreso de los hogares en todos los segmentos de la población, incluso en las áreas más pobres como el Nordeste, lo que motivó una expansión significativa del crédito interno. La actual disponibilidad del crédito hipotecario ha contribuido a incrementar la adquisición de inmuebles, lo que constituye un fenómeno totalmente nuevo en Brasil y que es consecuencia de la baja tasa de inflación registrada en los últimos años.

Un factor adicional para el crecimiento del mercado interno ha sido el aumento del salario real como resultado de las negociaciones laborales, que generalmente han favorecido a los trabajadores. Por lo tanto, también se ha fortalecido el consumo interno, que a su vez empuja ligeramente los precios al alza.

Fortalezas y fragilidad

-A su juicio, ¿dónde radican las principales fortalezas de la actual política económica del ministro Guido Mantega?

-En realidad, es el presidente Lula quien ha fijado y sostenido los principales lineamientos de la política económica de Brasil desde que asumió hace cinco años. Su principal fortaleza radica en el marco de la política de equilibrios macroeconómicos. Me refiero especialmente a la expansión monetaria que se fija de acuerdo con las metas inflacionarias, la flotación del tipo de cambio y la austeridad fiscal adoptada en 1999, habiéndose mantenido con ligeras variantes hasta la fecha.

Su mayor fragilidad está en el ámbito de la microeconomía, sobre todo en la regulación del medio ambiente. En efecto, los agentes regulatorios no proporcionan la suficiente certeza en materia jurídica que los inversores demandan en las áreas que dependen de las concesiones públicas para obras de infraestructura relacionadas con proyectos de energía y logística.

-¿Por qué no se invierte más en Brasil dado su enorme potencial económico?

-Por un lado, existe una restricción fiscal para la inversión pública que viene desde principios de la década del ochenta y que todavía no ha sido superada. Las razones principales de esa situación se deben, en primer término, a la propia debilidad fiscal del Estado que estalló hace más de veinte años como resultado de una inflación galopante y de los niveles altísimos que alcanzó la deuda externa. Esa crisis destruyó el potencial fiscal del Estado, que había invertido mucho en obras públicas durante las décadas de los sesenta y setenta. Por lo tanto, la inversión en infraestructura ha estado prácticamente ausente desde los años ochenta hasta ahora. Recién en el segundo semestre de 2007, hubo algunas licitaciones públicas importantes para la construcción de diversas autopistas, de las cuales seis fueron ganadas por empresas españolas, y para construir la usina hidroeléctrica de Sao Antonio en la Amazonia.

Por otra parte, la falta de seguridad jurídica ha sido un factor disuasorio para la inversión privada, sobre todo a partir del segundo período presidencial del Fernando Henrique Cardoso. También Lula ha tenido una posición bastante ambigua en cuanto a la relación entre el Estado y el sector privado.

-¿Cuál es el mayor desafío que tiene la administración Lula en materia económica?

-En este momento, el gobierno tiene un serio problema porque a mediados de diciembre pasado el Congreso no aprobó la prórroga del impuesto a los cheques y las transacciones bancarias, que representaba un 10% en los ingresos del Estado. Fue la primera gran derrota legislativa de Lula desde que asumió en 2003. El mantenimiento de ese impuesto, que suponía una recaudación de unos US$ 22.000 millones, era considerado por el gobierno como un factor fundamental para futuras inversiones en infraestructura y salud pública. Por eso, los gobernadores estaduales también estaban con los ojos puestos en el Senado el día de la votación, apoyando la continuidad de ese tributo. Por consiguiente, el gobierno deberá reducir el gasto y procurar mejorar la eficiencia de la recaudación tributaria.

Inflación

-La inflación en Brasil fue de 5,7% en el 2005, 3,1% en 2006 y 4,5% en 2007 y las expectativas son de 4%-4,5% para 2008. ¿Cómo se explica la baja tasa de inflación en Brasil teniendo en cuenta la expansión de la economía y el mayor poder adquisitivo de los consumidores?

-Se debe a la política monetaria muy restrictiva del Banco Central. A pesar de haber sido muy criticada su prudencia en la fijación de la tasa de interés de referencia, la ortodoxia bancocentralista es responsable de que la tasa de inflación se haya mantenido baja estos últimos años. Si bien Lula no es economista, sabe por experiencia que mantener baja la inflación es más importante que lograr un alto crecimiento económico.

-¿Cómo evalúa la experiencia brasileña de controlar la inflación a través de la fijación de una tasa de interés de referencia (Selic)?

-Esa política presupone una gran confianza del mercado y de la población en general con las cifras proyectadas por el Banco Central. Hace poco más de un año, la tasa Selic estaba en torno a 19,25%, pero ha venido descendiendo progresivamente, siendo su nivel de 11,25% a fines de 2007. El resultado ha sido muy positivo dado que hubo una convergencia de las expectativas inflacionarias, que se situaron por debajo de las metas oficiales tanto en 2006 y 2007.

-Sin embargo, la actual tasa Selic sigue siendo alta comparada con los niveles de otros países de la región. ¿A qué obedece esa política tan prudente aplicada por el Banco Central de Brasil?

-Una de las razones es que los precios de los commodities continúan subiendo en los mercados internacionales debido, entre otras razones, a la gran demanda de las industrias de China, al programa de etanol en Estados Unidos basado en el procesamiento del maíz y de la soja. Como Brasil es eminentemente un productor de materias primas, el impacto del ingreso masivo de divisas podría disparar la inflación. La otra razón importante es que la crisis del mercado subprime en Estados Unidos tiene una peligrosa capacidad de contagio y las autoridades del Banco Central quieren conservar la solidez de las instituciones financieras. No obstante, el presidente Lula ha expresado su seguridad en que la crisis hipotecaria estadounidense no va a afectar a Brasil, gracias a que el país cuenta con un gran stock de reservas internacionales y que, además, no tiene deudas con el Fondo Monetario Internacional.

Investment grade

-Como la economía brasileña es considerada lo suficientemente sólida, se habla de que Brasil podría acceder al grado inversor en el correr de 2008. ¿Cuándo espera Ud. que se anuncie esa noticia?

-Es posible que Brasil acceda al investment grade en un plazo de entre seis y dieciocho meses porque el mundo financiero internacional reconoce la progresiva disminución de las vulnerabilidades fiscales y externas de su economía. El país incrementó su grado de apertura económica, al haber aumentado tanto las exportaciones como las importaciones. Ha liberalizado la cuenta de capitales, con la adopción de reglas flexibles para la entrada y salida de fondos externos y pagó su deuda con el FMI en forma anticipada. Además, las reservas internacionales acumuladas casi se duplicaron en un año, alcanzando la cifra récord de US$ 181.378 millones a principios de enero de 2008.

-¿Qué impacto tendría el eventual otorgamiento del grado inversor en el desempeño de la economía brasileña?

-Esa calificación no pondría obstáculo alguno para que las instituciones bancarias así como los fondos financieros y de pensiones de los países del G-8 invirtiesen en Brasil con tasas de interés más bajas, propias del Primer Mundo. No sólo se beneficiaría el Estado brasileño, sino también las empresas privadas que operan en el país porque podrían funcionar con costos financieros muy convenientes.

-¿Cuál es la situación de la deuda externa brasileña?

-En el pasado, el aspecto más preocupante de la economía brasileña era su deuda externa ya que generaba serios problemas cada vez que se producía una devaluación de la moneda local. Hoy el país no tiene deuda externa pública, sino que más bien es un acreedor internacional. A su vez, la deuda externa privada representa sólo el 3% del PIB de Brasil, lo que representa una cifra insignificante.

En cambio, la deuda interna brasileña viene creciendo sostenidamente y equivale al 44% del producto. Por lo tanto, el gobierno tendrá que generar mayor superávit fiscal para pagar el servicio de la misma. Cabe señalar que una parte de ella está en unidades que se ajustan con la inflación y la otra está ligada al real, mientras que la deuda interna denominada en dólares prácticamente ha desaparecido.

Políticas sociales

-¿Cómo evalúa los resultados de las políticas sociales?

-Los resultados han sido muy positivos, aunque hay que reconocer que esas políticas son una continuación de los programas implementados durante la administración de Fernando Henrique Cardoso. Por ejemplo, la Bolsa Educación se transformó con algunas variantes en Bolsa Familia, que hoy cubre a más de treinta millones de personas. La diferencia más importante es que por primera vez se atendieron las necesidades de las familias pobres ya que se ha podido identificar con bastante exactitud la población con graves carencias económicas.

-¿Cuánto representa el gasto del programa Bolsa Familia?

-Increíblemente ese gasto es muy pequeño, en términos relativos, ya que representa menos del 1% del PIB brasileño. Cabe señalar que los fondos de este programa llegan directamente a las familias pobres a través de una tarjeta de cobro. Por supuesto, los ministerios federales desarrollan otros programas sociales en materia de salud, educación, etc. que se canalizan a través de los ministerios estaduales y los municipios.

En realidad, el mayor gasto social de Brasil se concentra en las jubilaciones, que equivale al 12%-13% del producto, lo cual es muy alto si se tiene en cuenta que el segmento etario mayor de 65 años representa apenas el 6% de la población. Si bien se reformó el sistema jubilatorio del sector privado durante el primer período presidencial de Lula, todavía no se ha podido avanzar con la reforma previsional de los empleados públicos, cuyas jubilaciones cuestan ocho veces más que las de los privados.

Brasil debe aspirar al liderazgo político en América Latina

-Muchos analistas políticos consideran que Brasil ha perdido influencia y liderazgo en América Latina. ¿Continuará Lula poniendo poco énfasis en la política regional?

-En los últimos años, Brasil hizo un gran esfuerzo por tener presencia internacional en organismos suprarregionales -como, por ejemplo, convertirse en miembro del Consejo de Seguridad de la ONU y obtener la secretaría de la OMC-, pero tuvo muy poco éxito debido a desinteligencias con algunos países asiáticos y con varios gobiernos latinoamericanos, especialmente México, Argentina y Uruguay. Tampoco se comprendió íntegramente el fenómeno populista en América Latina. Si bien el presidente Lula trató al principio de buscar sendas de entendimiento con Chávez, esa relación parece haberse desgastado rápidamente y, por tanto, Brasil ha tomado una cierta distancia con el gobierno venezolano.

-Aunque el presidente Lula ha dicho que el Mercosur le importa, ¿qué significa realmente el Mercosur para Brasil?

-Creo que el Mercosur va a ser un instrumento muy importante para Brasil y la región. Este bloque nació de una idea concebida por los presidentes Alfonsín y Sarney a fines de la década del ochenta para dar apoyo a los gobiernos democráticos que surgían después de veinte años de militarismo en Argentina y Brasil. Fue un proyecto político basado en la idea de utilizar la geografía para superar la tradicional rivalidad entre ambos países. Sin embargo, con el correr de los años mi país descuidó su función en el Mercosur al quedar encandilado por las posibles ventajas de un protagonismo a nivel global, especialmente en sus relaciones con China e India. Hoy Brasil debe aspirar al liderazgo político latinoamericano dado su carácter de potencia regional y, en base a ello, proyectarse internacionalmente.

-¿Puede Brasil convertirse en una potencia militar en la región en el mediano plazo?

-No. Las fuerzas armadas brasileñas están muy mal equipadas y recién se ha empezado a dotarlas de armas más modernas. Además, no existen grandes fábricas de armamentos en Brasil. Incluso Embraer, el fabricante aeronáutico brasileño, produce principalmente aviones comerciales y ejecutivos, siendo muy escaso el número de aviones militares que salen de su planta.

La apreciación del real con respecto al dólar será más lenta este año

-Hasta hace pocos años las compañías brasileñas miraban básicamente al mercado interno. En cambio, el interés por los negocios con el exterior hoy crece en forma significativa. ¿Qué produjo ese cambio en la mentalidad de los empresarios brasileños?

-Efectivamente, las empresas brasileñas han modificado su visión comercial y hoy miran hacia el mercado global. Eso se comprueba en el importante aumento de las exportaciones de Brasil y el crecimiento del saldo favorable de su balanza comercial e, incluso, del balance de cuenta corriente. En 2006 las compañías brasileñas invirtieron en el exterior, o sea el llamado "outflowing direct investment", más de lo que Brasil recibió por concepto de inversión extranjera directa y algo similar ha ocurrido en 2007. Por ejemplo, la Companhia Vale de Rio Doce adquirió la mayoría del paquete accionario de la productora canadiense de níquel, Inco, por US$ 13,300 millones. Otro caso para destacar es el de Gerdau que ha adoptado una estrategia de fuerte expansión con la adquisición de plantas siderúrgicas en Estados Unidos y, recientemente, en Europa y Asia. Mientras que en el pasado el gobierno brasileño tenía una posición ambigua con respecto a esas estrategias, hoy está apoyando francamente la internacionalización de las empresas locales, incluso concediéndoles créditos a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes).

-¿En qué medida la fortaleza del real favorece el actual proceso de internacionalización de las empresas brasileñas?

-La apreciación del real crea problemas para algunas compañías brasileñas, pero se los resuelve a otras. El actual tipo de cambio en Brasil se ha vuelto muy importante para que aquellas empresas locales que apuntan a acceder al mercado internacional puedan renovar su maquinaria y adquirir equipos de alta tecnología, a efectos de competir de igual a igual con las multinacionales que han instalado plantas en China.

-¿Cómo prevé que evolucione el valor del real este año?

-Es factible que el proceso de apreciación del real se hará mucho más lento en el correr de 2008, manteniéndose en el rango de 1.70-1.90 reales por dólar a pesar de que se registre una tasa de inflación levemente superior este año. Se puede explicar, entre otras razones, porque el saldo de la cuenta corriente del balance de pagos en 2007 fue bastante más bajo que en el año anterior. La tendencia es que se llegue a un equilibrio o que las cifras sean levemente deficitarias este año, dado que se viene registrando un aumento de las importaciones -especialmente por las compras de bienes de capital y materias primas- superior al de las exportaciones.

Ficha técnica

El Dr. Marcilio Marques Moreira, brasileño, es abogado egresado de la Universidad Estadual de Río de Janeiro y máster en ciencia política de Georgetown University. Es director de Conjuntura & Contexto Consultoria Empresarial Ltda. Fue embajador en Estados Unidos durante 1986-91 y ministro de Economía, Finanzas y Planeamiento en 1991-92. Entre otros cargos, integró la junta directiva del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes), ejerció la vicepresidencia ejecutiva de Unibanco, fue asesor internacional senior de Merrill Lynch & Cº y presidente de la Cámara de Comercio de Río de Janeiro.

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