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Legisladores menores de edad

| Sesionó por primera vez el Parlamento Juvenil Internacional, integrado por 85 jóvenes de 12 países, y cuyas conclusiones serán elevadas a su símil europeo.

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CATERINA NOTARGIOVANNI

Tienen entre 16 y 18 años y, de acuerdo a la edad, podrían estar disfrutando de las vacaciones, ya sea de las verano como de las de invierno. En cambio, estos 85 jóvenes -provenientes de Alemania, Argentina, Luxemburgo, Austria, Brasil, España, México, Paraguay, Suecia, Costa de Marfil, Ghana y Uruguay- prefirieron dedicar su tiempo a buscar soluciones a los problemas del planeta que habitan.

Todos participaron, desde el lunes 5 al viernes 9 de julio, en el primer Parlamento Juvenil Internacional, financiado en un 80% por la Unión Europea y en un 20% por el Instituto Goethe, que además fue el organizador. En el entendido de que la mirada de los jóvenes es fundamental, el proyecto tuvo como objetivo fomentar el desarrollo de consciencia, el diálogo entre culturas y la formación política duradera. A juzgar por los testimonios recabados personalmente y por el tenor de las discusiones de los talleres de trabajo, estos jóvenes ya tienen consciencia de sobra. Conservando la frescura y con los sueños intactos, los parlamentarios demostraron estar lejos de lo que algunos adultos llaman la "edad de la pavada".

Talleres. Se dividieron en grupos, cada uno enfocado en uno de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas: erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH/Sida, el paludismo y otras enfermedades, garantizar el sustento del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo. Como cualquier parlamento, se gestó además un noveno grupo: la sala de prensa.

El lunes se presentaron oficialmente en el Palacio Legislativo, el martes recibieron charlas de expertos en cada uno de los temas, el martes y el miércoles discutieron en talleres y el viernes presentaron las conclusiones, que serán elevadas a los parlamentos uruguayo y europeo.

Para cuando Domingo ingresó al taller sobre educación (asegurar la enseñanza primaria universal), la discusión estaba avanzada. De pie ante el pizarrón Emannuel Danso (Ghana) y Alejo Sebo (Argentina) ordenaban la conversación y anotaban los puntos principales. Se hablaba de deficientes infraestructura edilicia, del peso de la tradición que, por ejemplo en África, aleja a las mujeres de las aulas, de docentes desganados debido a los bajos salarios, de la necesidad de que los profesores más capacitados colaboren en la formación de los menos. El inglés predominaba, aunque no era el idioma materno de ninguno de los presentes. El profesor estadounidense Bill Amstrong moderaba la discusión, pero apenas participaba. El joven ghanés tenía suficiente carisma para guiar a sus compañeros: daba la palabra, anotaba en el pizarrón, estaba atento a que todos estuvieran de acuerdo. Un verdadero líder que, atención, sueña con trabajar en la ONU y ser presidente de su país. Llegado el receso, los parlamentarios aceptaron hacer declaraciones a la prensa: "Del futuro me preocupa que no pueda realizar mis sueños y que el mundo no sea un lugar tranquilo, seguro", señalaba Alejo Sebo, de Misiones, Argentina.

"He aprendido que los jóvenes debemos ser responsables porque somos el futuro de este mundo. En lo personal, mi objetivo es hacer todo lo que pueda para reducir la tasa de pobreza en Costa de Marfil, en África y en el mundo entero", dijo en español con acento francés Marlene Bado, de Costa de Marfil.

"Siempre me preocupa el nivel educativo porque de ahí viene todo: el empleo, la equidad de género, la educación ambiental y el nivel económico", expresó Néstor Diegues, de Puebla, México. "Lo peor es la pobreza. En mi país (Paraguay) el 70% es pobre y de ellos el 30% vive en extrema pobreza", afirmó Faten Fernández.

Todos coincidieron en que este tipo de encuentro les "abre" la cabeza, los enfrenta a otras realidades, ahuyenta prejuicios culturales, los divierte y además, los obliga a practicar otros idiomas.

El profesor Amstrong estaba fascinado con la experiencia y no lo disimulaba: "Creo que muchos estudiantes deciden entre dejar que la realidad los afecte o intentar hacer algo para cambiar esa realidad. Estos jóvenes son del segundo tipo y sólo el hecho de que hayan elegido venir es un indicador. Esto es espectacular".

"Queremos ser amigos y cambiar el mundo"

La primera gran diferencia entre estos jóvenes parlamentarios y sus colegas adultos quedó en evidencia en la presentación oficial que se realizó el lunes 5 en el Palacio Legislativo. En este sentido, las delegaciones de Suecia y Costa de Marfil se destacaron.

Los primeros, impecablemente vestidos y demasiado serios a primera vista, comenzaron su presentación saludando en cinco idiomas. Posteriormente enunciaron datos demográficos básicos de su país. "Y aclaramos: somos Suecia y no Suiza. Hablamos sueco y no alemán". Parecían uruguayos con complejo de país chico. Entonces enumeraron algunos bienes del patrimonio sueco reconocido mundialmente, como la marca de autos Volvo, Sony Ericsson y el legendario grupo Abba. Acto seguido, se descolgaron a cantar a capella: Mamma mía, here I go again/My my, how can I resist you?/Mamma mía, does it show again?/My my, just how much I`ve missed you. Así se ganaron los aplausos y las risas de los colegas parlamentarios.

La delegación de Costa de Marfil, que marcó la diferencia desde el principio por los colores amarillo, marrón y naranja de sus camisas, hicieron una coreografía de cantos, danzas e instrumentos musicales típicos que también se llevó la ovación del público.

Los españoles hicieron sonar la clásica guitarra española, describieron los aspectos fundamentales de su cultura y dijeron a coro: "Queremos ser amigos, queremos cambiar el mundo, queremos acabar con la pobreza".

Los uruguayos, que por su calidad de anfitriones inauguraron la ronda de presentaciones, utilizaron un video destacando los aspectos principales de la cultura y la geografía local. A saber: el asado, la rambla, el mate, la murga, el candombe, entre otros. Algunos problemas técnicos empañaron el esfuerzo y la presentación quedó cortada. No faltó alguna voz entre el público que hizo un comentario digno de nuestra idiosincracia: "Uruguayos teníamos que ser".

Todos los participantes provienen de instituciones integrantes del Pasch, que subvenciona el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán y que, entre otros, tiene como objetivo posicionar el idioma alemán como lengua extranjera estándar y fomentar el interés por la cultura germana.

Emmanuel Danso

Accra, Ghana. 17 años.

"Aprendí a pensar globalmente, no sólo por mi país, sino por otras personas del mundo. Del futuro me preocupan las personas que no tienen educación".

Abigail Franco

Puebla, México.16 años.

"Estamos buscando las palabras correctas para la resolución. A lo mejor el producto final no sea tan impresionante como es todo este proceso".

Nicolás Sota

Montevideo, Uruguay.

"La pobreza es lo que más me preocupa, que existe en todos los países y que es la base de los demás problemas. Si sos pobre no vas a tener una buena educación".

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