EL MERCURIO | B. ÁLVAREZ Y P. ELGUEDA
Un buen profesor puede hacer que un cerebro infantil "florezca", más allá del potencial genético o de la familia de ese pequeño. Así lo muestra un estudio de la Universidad de Florida, en Tallahassee (Estados Unidos), publicado por la revista Science.
La investigación indagó en la capacidad de los niños de 1° y 2° año de Primaria para aprender a leer de manera fluida y comprensiva. Los científicos encargados de estudiar este proceso destacan que, hasta ahora, "una gran proporción del dominio de la lectura por parte de los niños estaba asociado con factores genéticos que no pueden cambiar".
Ahora, en cambio, los investigadores pudieron demostrar que más allá de los genes y de la influencia del hogar, tener un buen profesor de lenguaje es fundamental a la hora de potenciar esta habilidad: "La lectura no se desarrolla de manera óptima si hay ausencia de una enseñanza eficaz", es la conclusión principal.
Todo un hallazgo, si se considera la gran cantidad de niños que actualmente experimentan problemas para aprender a leer, y cuyos colegios no se hacen cargo de sus dificultades porque culpan a sus genes. Los investigadores estadounidenses aseguran que un buen profesor modera esa influencia. Y lo comprobaron con parejas de gemelos y de mellizos.
Esta idea ya estaba presente, de alguna manera, en los hallazgos de la neurociencia, que hablan de la plasticidad del cerebro. "Es claro que para que cualquier persona aprenda debe haber cambios morfológicos en el cerebro. Y éstos no ocurren de cualquier manera, tiene que haber un profesor que, a través de diversos mecanismos, logre activar esos cambios", explica el profesor Pedro Maldonado, doctor en Ciencias e investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Estrategias como la repetición, variar tareas o promover ciertos mecanismos de atención son algunas herramientas para ello, ejemplifica el especialista del Laboratorio de Fisiología y Biofísica del Instituto de Ciencias Biomédicas de ese plantel.
"En primero y segundo año de Primaria, lo que antes que nada esperamos en el salón de clases es crear una relación afectiva cariñosa y sensible hacia los niños y niñas", complementa por su parte Andrea Rolla, directora general del proyecto Un Buen Comienzo, que desarrolla en Chile la Fundación Educacional Oportunidad junto con la Universidad de Harvard.
El trabajo de este programa se enfoca en preescolares en situación de vulnerabilidad social. "Con ellos trabajamos lecturas de cuentos, enfocándonos en comprender las ideas clave de las historias, palabras más sofisticadas y estrategias para comprender mejor", agrega la investigadora. Tareas fundamentales para que el cerebro cambie y el niño aprenda.
Así es que el docente se transforma en una suerte de garantía. No obstante, un punto en el que los investigadores hacen hincapié es que la diferencia genética entre dos niños no se acaba con un buen profesor. Lo que éste hace es optimizar o "florecer" el potencial de aprendizaje de ambos. En otras palabras, sacar lo mejor que puede dar.
"Que los profesores más estimulantes logren mejores rendimientos es esperable", dice el doctor Carlos Valenzuela Yuraidini, del programa de Genética Humana, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. "Pero que logren que los niños con diferente dotación genética se expresen mejor, parece más novedoso".
Al final, los autores resumen: "Vemos a los educadores como la garantía de que los niños dominen la alfabetización".
"En 1° y 2° de escuela, lo que esperamos en el aula es una relación afectiva y sensible".
Gemelos y mellizos
La investigación aisló dos variables para determinar la influencia de los profesores: la genética y el hogar. Para eso, trabajaron con gemelos y mellizos; les aseguraban una carga genética similar y una estimulación familiar del mismo tipo.
Así, vieron que mientras permanecieron en su hogar, ninguno de los niños superó al otro en materia cognitiva. Pero cuando llegaron al colegio, eso cambió: el que estuvo en clases con un buen profesor aprendió a leer más y mejor que el que fue con uno malo.