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Lindo pulgoso

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IGNACIO ALCURI

Así que usted ha decidido comprar una mascota. Felicitaciones. Este pequeño instructivo le ayudará a decidir la mejor opción de acuerdo a sus limitaciones. Las suyas, no las del pobre animal, que bastante tendrá que soportar, durmiendo en el piso y comiendo pastillitas sin sabor.

Para empezar, si está interesado en un pez o un hámster, retírense de inmediato. Usted no busca una mascota, busca un objeto decorativo. Le daría lo mismo el pececito de Buscando a Nemo que una lámpara de lava. Si quiere algo colorido y que se mueva, deje la tele prendida, hombre.

A continuación deberá decidir si quiere un animal de compañía o un gato. El felino es un ser independiente, que lo mirará el primer día con cara de "que vivamos bajo el mismo techo es una mera coincidencia", y acto seguido se irá a recorrer el vecindario en busca de amantes que estarán viviendo en similares condiciones con sus humanos.

El resto de ustedes querrá una mascota para llenar un vacío. Puede ser un vacío físico -el apartamento es muy grande-, sonoro -el apartamento es muy silencioso- o afectivo -el apartamento es perfecto pero nadie me quiere-. Es bueno aceptarlo antes de salir adelante. En el cajón hay unos pañuelitos para secarse las lágrimas.

Por razones legales no voy a referirme a las mascotas de los excéntricos, como un lagarto, un puma o un chimpancé. El Código Penal establece castigos severos para quienes tengan esta clase de bichos. La Madre Naturaleza también los castiga, y si no fíjese la cantidad de personas que terminan perdiendo alguna extremidad (en el mejor de los casos) luego de ser mordidos por sus propios animales. Sí, esto incluye al chimpancé, que no solamente muerde, sino que luego de hacerlo aplaude y te saca la lengua.

Así las posibilidades se redujeron hasta que sólo queda el perro, que no en vano es el mejor amigo del hombre. ¿Cómo no serlo, si es el único? Mire si a Cristóbal Colón le hubieran dado el título de Mejor Descubridor de América... Ah, pero estaban los vikingos. No dije nada.

Como si estuviera en un concesionario, usted podrá elegir el tamaño, modelo, color y utilidad del pichicho.

Algunos son todo terreno, otros son familiares y otros de carga (porque si tenés un perro chiquitito con un lazo rosado en la cabeza, lo único que van a hacer tus amigos es cargarte).

Pero la cosa no termina ahí. Nunca es tan fácil. Como esas películas en las que el muchachito celebra su victoria y el villano vuelve de la muerte para intentar una última estocada. Igual no tiene nada que ver con el tema que estamos discutiendo.

Al can hay que bautizarlo. Y no me refiero al sacramento cristiano con el aguazo bendito, sino al simple hecho de ponerle un nombre a la criatura. En ese momento empiezan los problemas.

Un nombre "humano" tiene el inconveniente de que siempre habrá un pariente, amigo o ex novia con ese apelativo. Por eso abundan los Fidos, los Manchitas y los Sultanes (que están saliendo con un chabón). Que de cualquier manera están varios escalones por encima de los nombres de las casas de balneario, con sus Jormart, Guimer, Ignest, Anafed y todas las combinaciones de nombres de hijos tomadas de a dos.

Usted ha llegado hasta el fin del instructivo. Todavía no está preparado para tener una mascota, pero la gente tampoco se prepara antes de tener descendencia y ahí los tienen. Practiquen antes con un perro.

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