IGNACIO ALCURI
Parece que en las últimas semanas todo el mundo se dio cuenta que la televisión gira en torno a Marcelo Tinelli. Tan fuerte fue esa caída en la cuenta, que ahora parece que todo gira en torno a Marcelo Tinelli. ¿Confundido? No te preocupes, somos dos.
Con razón o sin ella, comenzaron a dispararse flechas dirigidas hacia el macrocefálico conductor argentino. Flechas que oscurecieron el cielo, como en aquella gran escena de la película 300, que era un poco violenta de más, pero que viene al caso.
Esa oscuridad en la bóveda celeste - provocada por las flechas, como se metaforizó en el párrafo anterior- está ocultando otros problemas que afectan al ciudadano de a pie. Al jubilado militar que espera la devolución de esos pesitos. Al padre divorciado que perdió el sorteo y se clavó con los nenes en vacaciones de julio. A la señora que siempre se encuentra con Jorge Alfaro y le plantea sus interrogantes sobre el tránsito.
A este último lo conozco porque me dio clases teóricas de manejo hace diez años. Y durante un tiempo recorrí las calles montevideanas sin sufrir ni provocar un solo rasguño. Algo que no tiene que ver con el tema, pero me hizo acordar al nombrarlo.
Las denuncias sobre la "tinellización" de nuestra televisión opacan un hecho que se arrastra desde hace muchos años: la "politización" de la caja boba (dicho en una buena. No es por pegarle de manera gratuita al televisor, pero lo cierto es que nunca vi uno que haya terminado la escuela Primaria).
Todas las noches, en horario central, los noticieros cuentan las andanzas de los miembros de los tres poderes, con distinta popularidad igual que las expresiones artísticas de la vecina orilla.
El Poder Ejecutivo vendrían a ser los participantes de ShowMatch, el Poder Legislativo los actores del teatro de revistas porteño, y el Poder Judicial las bailarinas eróticas de Villa Carlos Paz.
La tarea de los movileros es buscar declaraciones jugosas de algún político, y acto seguido comentársela a su antagonista de forma totalmente descontextualizada, buscando el efecto "bola de nieve". Como esas dos vedettes que cruzan declaraciones tarde a tarde. Claro que ellas lo hacen para tener prensa. Y no nos engañemos; los políticos también.
Las mejores frases serán tapa del diario del día siguiente. Tan repetitivas como el "Estoy en mi mejor momento" de Susana Giménez, que dijo a los 27 años y repitió a los 32, 38, 41, 52, 60, 75, 83 y finalmente el mes pasado, a los 94 años.
Además, así como ShowMatch tiene programas satélite, los noticieros tienen periodísticos semanales que siguen rumiando la información.
Gerardo Sotelo y Aldo Silva son el Jorge Rial y el Viviana Canosa de la política, en un enfrentamiento -por cierto que más educado- por tener los mismos chimentos. Que conste que a la hora de decidir quién era quién, simplemente me fijé en qué canal sale cada uno.
Como ven, el concurso de baile que alguna vez fue un pequeño segmento de ShowMatch (¿se acuerdan? Había cámaras ocultas, desfiles de modelos y algún nene contando chistes), no es el único espectáculo multimediático que, de alguna manera, libreta nuestras conversaciones del día siguiente.
La política y el baile solidario tienen muchas cosas en común. No sería de extrañarse que en breve aparezcan pegotines con la cara de Marcelo De Bellis y la leyenda: "Yo no lo voté".