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La masacre olvidada

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El País

Vera von Kreutzbruck (desde Berlín)

ANDRZEJ WAJDA tenía 13 años cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial. Junto a su madre esperó en vano la vuelta de su padre porque su nombre no figuraba en las listas oficiales de soldados perecidos. La verdad era que el capitán había sido asesinado por la policía secreta soviética en una prisión de Rusia occidental en 1940. Como Andrzej, otras decenas de miles de familiares esperaron en vano.

A los 16 años Andrzej se unió a la resistencia contra el nazismo. Al terminar la guerra, estudió pintura en la Academia de Bellas Artes de Cracovia. Tres años después decide cambiarse a la Escuela de Cine y Teatro de Lodz, en donde descubre su verdadera vocación: el cine.

En la actualidad, a los 82 años, Wajda es uno de los cineastas más renombrados de Europa oriental. En los años cincuenta formó parte de la mundialmente conocida "escuela polaca de cine". Su obra fílmica aborda, siempre con tinte trágico, los acontecimientos clave de la historia de Polonia durante la segunda mitad del siglo XX: desde la Segunda Guerra Mundial (Cenizas y diamantes, 1958), pasando por la opresión política y la agitación social de los `70 y `80 (El hombre de mármol, 1977), hasta el nacimiento del sindicato Solidaridad (El hombre de hierro, 1981).

La devoción a su país lo acercó a la política, presentándose como candidato a senador para el sindicato Solidaridad, comandado por el legendario Lech Walesa, en las primeras elecciones libres celebradas en Polonia en 1989. Obtuvo el cargo y trabajó en el Senado por dos años.

En 2000 recibió un Oscar honorario en reconocimiento a su contribución al cine mundial. En 1981 ganó el palmarés dorado en el Festival de Cannes por El hombre de hierro. Su última película Katyn fue nominada al Oscar por Mejor Película Extranjera. Ésta ha sido su película más personal ya que cuenta la historia de la masacre de Katyn (1940), asesinato en masa perpetrado por los soviéticos contra más de 15 mil oficiales y civiles polacos, donde murió su padre.

Una característica recurrente en los films de Wajda son las imágenes cargadas de simbología, por momentos demasiado floridas. En el caso de Katyn, en la primera escena, Wajda refleja la agonía de su país debido a la invasión conjunta de Alemania y la URSS, en un puente en donde se cruzan dos grupos de polacos, de un lado vienen los que se escapan de los nazis y del otro, los que huyen de los soviéticos.

Otra escena que es una metáfora del momento histórico que se estaba viviendo, muestra a un soldado soviético que quita una bandera polaca de un edificio, la rasga en dos mitades, y usa el trozo blanco para envolverse un pie. La otra mitad de la bandera, roja, el color del comunismo, es colgada nuevamente en la entrada del edificio. El mensaje es claro: Polonia ha sido derrotada y los soviéticos están a cargo del país.

Katyn se estrenó en febrero en el Festival Internacional de Cine de Berlín. Durante el festival Andrzej Wajda habló sobre su última película, la historia de Polonia y el movimiento Solidaridad.

ELEGÍA Y SENTIMIENTOS NOSTÁLGICOS.

-¿Por qué es relevante rememorar un hecho que ocurrió hace casi setenta años?

-Considero que es sumamente importante porque cuando no se habla sobre ciertos temas o si se ocultan ciertas cosas, pasan a ser temas secretos o tabúes y eso es muy peligroso. Además, creo que es increíblemente importante que este tipo de películas se concrete para mejorar las relaciones entre Rusia y Polonia, y para ello es fundamental que se pueda ver el film en Rusia también (N. de R.: se estrenó en marzo). Se da una situación similar con las relaciones polaco-germanas.

-¿Cómo recuerdan el episodio en la actualidad los polacos?

-La memoria histórica se vuelve menos visible con el tiempo. Especialmente la generación joven se preocupa por otros temas y tiene una vida diferente. Pero, al mismo tiempo, creo que el conocimiento sobre nuestra propia historia es crucial porque es educativo. También es importante mostrar a la gente joven qué sentían las personas en esa época, cuáles eran sus preocupaciones, cuán grandes eran sus esperanzas.

-¿Cómo fue la reacción al film en Polonia?

-En Polonia el film fue como una especie de despedida de un tema que finalmente fue tocado. Fue una elegía al tema, quizás.

-¿Sigue siendo un tema tabú en Rusia, incluso después de que se reconoció la culpa soviética?

-Obviamente. Hay dos ángulos sobre esta historia. No todos los rusos piensan que es tabú. Tengo muchos amigos artistas allí que entienden el problema y están de acuerdo con que queramos mostrar lo que ocurrió y que fue uno de los peores crímenes de la historia europea del siglo XX. Pero hay otra facción que aún admira a Stalin y que tiene sentimientos nostálgicos de esa época.

-¿Es una película patriótica?

-En parte sí, porque esta masacre en masa formó nuestra identidad nacional y lo que fue extremadamente doloroso para nosotros como nación, es que este crimen no fue condenado por los países occidentales como Inglaterra o Estados Unidos.

-¿Es posible mantener la distancia en un film tan político, y más aún, si uno estuvo tan involucrado en el hecho?

-Creo que es posible y es importante mantener cierta distancia. Bajo este contexto creo que lo logré, aunque tengo algunos recuerdos y también estuve involucrado emocionalmente. Pienso que es posible porque nos separan muchos años entre 1940 y 2008.

-¿Qué preguntas quería plantear al público internacional?

-Primero quiero que este film sea comprendido. Mi objetivo es que los espectadores se involucren, incluso aquellos que nunca han escuchado nada sobre la masacre en Katyn. Y por eso agregué un poco de información histórica. Pero hice este film principalmente para el público polaco. Con respecto a la reacción internacional, tendremos que esperar un poco más hasta que se estrene la película en los distintos países del extranjero.

-El gobierno polaco intentó sacar provecho de la película para hacer campaña política durante las elecciones, y usted protestó.

-Para el gobierno polaco era un buen momento (setiembre 2007) para utilizar el film porque había elecciones, pero no tuvieron éxito. Yo protesté porque este no es el propósito del film. Su objetivo no es generar discusiones políticas, ni sugerir políticas. Es un film para conmemorar, para tenderle una mano a la gente que todavía se acuerda de los familiares o amigos que fueron asesinados en 1940.

FUGA HACIA ADELANTE.

-¿Por qué se unió al movimiento Solidaridad?

-Aquél fue el momento más hermoso de mi vida. Me uní al movimiento Solidaridad porque fue el primer movimiento que luchó por la libertad de Polonia, pero unificando las fuerzas de los trabajadores y de la intelligentsia. Contaba con la participación de trabajadores, políticos, escritores, médicos y directores de cine. Y hasta ese entonces en Polonia habían existido unos u otros grupos que se sublevaban, pero siempre por separado. Con Solidaridad fue la primera vez que se unieron. Por eso me hice miembro.

-¿Valió la pena la lucha por la libertad entonces?

-La libertad genera otras dificultades como la dificultad que conlleva poder elegir, pero eso es bueno. Cuando la gente no puede elegir, es decir, cuando las decisiones propias están basadas en la voluntad de otro, hay algo que no está funcionando bien.

-En su página web oficial dice que el escape es uno de los temas más importantes de su vida. ¿Por qué?

-Con mis amigos siempre nos reímos cuando nos contamos un chiste que dice que siempre es bueno escaparse hacia adelante, nunca es bueno escapar hacia atrás porque si te escapas hacia adelante puedes establecer nuevas situaciones y experiencias. Y este tópico está especialmente presente en algunos de mis films políticos. Además, creo que es importante poder sorprender al público. Como ocurre, por ejemplo, en mi film El hombre de hierro que tiene una vuelta inesperada que nadie pudo prever.

-¿De qué trata su nueva película Tatarak?

-Es una película hermosa que tiene lugar en los sesenta y trata sobre una mujer que se enamora sorpresivamente. Quiero alejarme de la política. No soy un maníaco (Se ríe). Nota: El film Katyn no se estrenó en el circuito cinematográfico uruguayo, pero está disponible en DVD.

Filmografía

Generación, 1954; La patrulla de la muerte, 1956; Cenizas y diamantes, 1958; La flecha blanca, 1959; Niewinni Czarodzieje (traducción literal: Los brujos inocentes), 1960; Sansón, 1961; El amor a los 20 años, -episodio-, 1962; Lady Macbeth en Siberia, 1962; Cenizas, 1965; Bramy Raju (t.l.: Las puertas del paraíso), 1967; Przekladaniec (t.l.: Miscelánea), 1968; Todo a vender, 1969; La caza de moscas, 1969; Paisaje después de la batalla, 1970; El bosque de abedules, 1970; Pilatus und andere (t.l.: Pilatos y los otros), 1972; La boda, 1973; La tierra prometida, 1974; Smuga cienia (t.l.: La línea de sombra), 1976; El hombre de mármol, 1976; Las señoritas de Wilko, 1978; Sin anestesia, 1978; El director de orquesta, 1979; El hombre de hierro, 1981; Un amor en Alemania, 1983; Danton, 1983; Kronika Wypadkow Milosnych (t.l.: Crónica de incidentes amorosos), 1986; Les possédes (t.l.: Los poseídos), 1988; Korczac, 1990; Anillo del águila con corona, 1993; Nastasja, 1994; Semana Santa, 1995; Señorita nadie, 1996; Pan tadeusz, 1998; Zemsta (t.l.: Venganza), 2002; Czlowiek Z Nadziei (t.l.: Hombre de la esperanza), 2005; Katyn, 2007; Tatarak (en realización), 2008.

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