Los centros de rehabilitación ven con malos ojos la iniciativa del gobierno de legalizar la venta de marihuana.
Directores de centros de rehabilitación consultados por EL PAÍS digital coincidieron en que la idea del gobierno va a aumentar el consumo de otras drogas en vez de reducirlo.
"Es apagar un incendio con nafta", sostuvo el director de la fundación Manantiales, Pablo Rossi.
Rossi, psicólogo de profesión, trabaja desde 1987 en rehabilitación de adictos a las drogas.
"De momento no conocemos el proyecto en su totalidad, pero estamos contrarios a la legalización. La marihuana es la puerta de entradas a otras drogas. La mayoría de los consumidores de pasta base comenzaron por la marihuana", sostuvo en diálogo con EL PAÍS digital.
En el mismo sentido se expresó la directora técnica del Proyecto Renacer. "Esta decisión nos genera mucha preocupación. Sabemos que es un tema muy difícil de abordar pero en los países que se ha flexibilizado las medidas represivas, el consumo no desciende sino que se mantiene y en algunos casos aumenta".
Si bien habló a nivel personal señaló que "legalizando las sustancias vamos tener un mayor índice de dificultad en los controles. Sí coincido en la urgencia de tomar políticas de acción sanitaria".
Algo similar afirmó Ismael Piñero del centro Ser Libre. "Facilitar el acceso a las drogas fomenta el consumo. Las drogas que más se consumen en el país son las legales".
A modo de ejemplo, Piñero indicó que el consumo de tabaco "es la única droga que ha disminuido el consumo, porque hay una política restrictiva, donde se reduce el espacio. Por ese lado vamos tener éxito. Por el otro vamos a fracasar".
"Es una payasada tratar de combatir la pasta base con marihuana. Ese argumento es usado por militantes que se han manifestado buscando el auto cultivo. Lo que ellos quieren es obtener su droga. Es más, la marihuana autocultivada es mucho más poderosa que la que se consigue en el mercado, genera mucho más psicosis, y más problemas de voluntad, de memoria", agregó.
Otra de las medidas que planea el gobierno es la internación compulsiva de los adictos a la pasta base para su rehabilitación. Rossi del Centro Manantiales sostuvo que "una de cada tres personas que ingresa a rehabilitación a la fuerza, termina abandonando el tratamiento. Sin embargo la persona adicta está contenida en un espacio, libre de consumo. Creo que en algo le puede ayudar".
La iniciativa del gobierno prevé limitar el consumo a 40 cigarrillos de marihuana al mes y crear un registro de consumidores.