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Galeano es recibido como un rockstar

Fanáticos. Se hicieron largas colas para verlo en la Feria Internacional del Libro porteña

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2.500 personas aplaudieron de pie a Eduardo Galeano, después que el escritor leyera pasajes de "Los hijos de los días", su obra más reciente, en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

El frío se instaló el sábado en Buenos Aires, pero eso no impidió que desde las 14:30 la gente hiciera cola para ingresar en la Sala José Hernández del Pabellón Frers de la Rural de Palermo en una espera de casi siete horas para ver y escuchar al escritor. A media hora de comenzar el evento había una fila de dos cuadras que intentaba ingresar. "Me parece un tipo súper lúcido, súper afable, quería verlo en vivo y escucharlo hablar, siempre lo que he leído y visto de él en la tele me pareció genial", contó a El País Arturo un joven de unos 30 años mientras avanzaba hacia el interior.

Hacía diez años que no se presentaba en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y cuatro que no sacaba un nuevo libro, quizás por eso tal como ocurrió en 2011 con el escritor peruano Mario Vargas Llosa -aunque sin polémica académico-política- este año Eduardo Galeano concentró la atención principal de los concurrentes, principalmente jóvenes que la organización estimó en más de 1.800. El escenario recreó una sala de lectura parecida a la del ciclo televisivo La vida según Galeano que se trasmite por canal Encuentro.

"Me gusta él, esa manera que tiene de decir, porque es un escritor que te dice las cosas de una manera muy simple. Lo sigo desde siempre, leo casi todos sus libros y me encanta escucharlo, lo tengo en el Facebook, lo veo en los programas de televisión argentina que ha estado", enumeró Silvia, docente jubilada quien a sus más de 60 años hizo cola desde las cinco de la tarde y tras comprobar que no había más sillas frente al escenario se apuró, junto a su hermana, para "agarrar" una de las del fondo.

Los hijos de los días es un original calendario que reúne 366 historias, una para cada día de este año bisiesto. Instantáneas que reflejan la vida de hombres y mujeres célebres o anónimos y hechos curiosos que danzan entre el pasado remoto y el presente actual y se avizoran como lecciones para un futuro mejor. "Estamos muy agradecidos, esta es la sala más grande que tiene la Feria, se habilitó otra sala en el pabellón rojo y se puso una pantalla gigante afuera, esperemos que con eso sea suficiente", expuso para dar magnitud del suceso el editor del último libro de Galeano en Argentina, Carlos Díaz, en el preludio y adelantó que "por compromisos familiares" el uruguayo no se quedaría a firmar ejemplares ni a responder preguntas. Al recordar el proceso de edición del libro, Díaz contó: "Eduardo tiene una fiel editora que es su esposa, así que las versiones fueron finalmente dos o tres y con cada corrección la versión era más corta, quitaba adjetivos, le gusta ir a lo concreto y no perderse y espero que les guste".

Desde afuera llegaban más gritos de aliento -"¡Ídolo!", "¡Grande!"- y aplausos a los que Galeano agradeció y sin perder tiempo comenzó con su lectura de más de una hora y media. Entre sus reivindicaciones literarias estuvieron Artigas; la Bolivia de Evo Morales; Hugo Chávez, la promulgación del casamiento homosexual en Argentina; la historia de Macarena Gelman; el historiador argentino Osvaldo Bayer; el cuidado de la tierra. En contrapartida los asistentes escucharon atentos y prestaron su risa cómplice cuando se refirió al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial como "los hermanos gemelos que la humanidad necesitaba" y a los banqueros como "los más peligrosos asaltantes de bancos".

Estrella. Pasadas las 10 de la noche, Galeano se fue saludando con la mano en alto a su público; tras bambalinas se produjo la estampida de varios periodistas -grabador, micrófono y hasta cámaras en mano- que se colaron por los cortinados para sacarle una exclusiva motivando que los organizadores del evento frenaran otros intentos. El enorme salón comenzó a vaciarse y no pocos curiosos subieron al escenario y se sacaron fotos en el sillón que ocupó el uruguayo. Emocionadas, tres muchachas de unos 20 años se iban de la sala casi corriendo. Tras subirse por asalto al escenario una llevaba en sus manos como trofeo la copa en la que Galeno bebió. "Estuvimos haciendo cola cuatro horas para entrar", dijo con acento entrerriano y contó que estudiaban Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de La Plata. Sus dos compinches son marplatenses y coincidieron en que la obra que más les gusta del uruguayo es El libro de los abrazos. Se acercó uno de los organizadores y las chicas temerosas de perder el botín desaparecieron antes de dar sus nombres a El País.

Galeano a sus 71 años se recicla en las nuevas generaciones y en Argentina se confirmó como rockstar literario, aunque sin lentes negros y brillos.

Acto: Durante hora y media el escritor leyó pasajes de su libro "Los hijos de los días".

El fútbol es el tema para los uruguayos

Durante su intervención Galeano se definió como "fútboladicto" y en su nuevo libro repudia los hechos de discriminación racial que se realizan durante los partidos exponiendo el caso de un cuadro italiano cuyos jugadores se pintaron la cara de negro para frenar los gritos que su propia hinchada tenía con colegas africanos. En consonancia con esos dichos del autor de Fútbol a sol y sombra, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires celebrará el jueves 26 el Día de Uruguay. Ese día se realizará la mesa "Escribiendo la historia: anécdotas, mitos y leyendas del fútbol uruguayo", con Luis Prats, Ana Laura Lissardy, Sergio Gorzy y Alejandro Apo.

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