Uruguay no está conforme con las negociaciones con Argentina para destrabar el comercio. El canciller Almagro dice que los resultados son "parciales". El embajador argentino afirma que están "facilitando" las cosas y que se negocia "muy bien".
En el gobierno no hay duda que los problemas con Argentina van a durar varios años. "No esperamos que (los problemas con el vecino país) pasen rápido", admitió el canciller Luis Almagro.
"Estas medidas argentinas no nos toman por sorpresa ni esperamos que pasen rápido. El plan argentino se llama "Argentina 2020. Sustitución de Importaciones". Ese es el título; no tiene ningún eufemismo ni ningún resquicio por ningún lado; es un planteo directo a la sustitución de importaciones", sostuvo el ministro durante el análisis de la situación comercial hecho en el marco de su visita del miércoles 28 a la comisión de Asuntos Internacionales de Diputados.
Durante la reunión, la oposición le pidió a Almagro una actitud más "agresiva" para poder obtener resultados, pero el canciller dijo que el gobierno está aferrado a la región y a tratar con Argentina caso a caso.
"No estamos contentos con los resultados de las negociaciones con Argentina. Los resultados de la estrategia implementada han sido parciales", admitió el ministro.
"En la negociación bilateral, quizás lo más fácil hubiera sido dar un portazo y victimizarnos, pero no hubiésemos tenido los mismos resultados", añadió.
Almagro relató que el gobierno decidió como estrategia "pelear por cada licencia, cada dragado, cada puerta cerrada. Pudimos pelear por nuestros derechos, por los propios y por los que nos confiere el Mercosur. ¿Estamos contentos con los resultados? No, porque cada puesto de trabajo nos duele, y sin perjuicio de que el comercio global haya podido crecer un 17%, ha habido sectores que se vieron afectados, como los de la vestimenta, la imprenta y la alimentación, indicó.
Entre tanto, ayer en Punta del Este el vicepresidente Danilo Astori volvió a hablar sobre los problemas con el vecino país, y ensayó una explicación: "Tenemos enfoques diferentes. Tenemos países que apuestan a la apertura, como Uruguay por razones de necesidad estratégica, y tenemos países, con todo derecho y legitimidad, prefieren un enfoque proteccionista de sus políticas de inserción internacional, como Argentina. Esto produce un choque", declaró.
El País consultó ayer al embajador argentino en Montevideo, Dante Dovena, quien tuvo una visión ciertamente más optimista que el gobierno.
"Estamos aceptando pedido por pedido, para facilitar las cosas. Uno por uno cada uno de los casos, con equipos de Uruguay y de Argentina", afirmó sobre la negociación de las trabas. "Se está trabajando muy bien. Estoy contento con eso", añadió el diplomático.
MALVINAS. Pese al optimismo, Dovena relativizó el éxito que pueda tener una misión comercial privada uruguaya que se prepara para ir a Malvinas a ofrecer productos.
"En realidad no debe ser un gran negocio vender a Malvinas porque aparentemente no hay ni un solo empresario anotado en el avión que van a mandar. No debe ser tan grande el negocio. Piensen que son 2.500 habitantes, mucho menos que un barrio de Montevideo. Hay que verlo en su dimensión", sostuvo.
Luego, el representante del gobierno de Cristina Fernández precisó que no hay oposición a la misión en la medida en que sea estrictamente privada.
"No queremos afectar la vida de los isleños. Por el contrario. Si hay una misión comercial que no tiene que ver con el Estado, me alegro. Aquel empresario que quiera hacer su negocio, que lo haga", sostuvo.
En su comparecencia ante la comisión legislativa, el diputado nacionalista Jaime Trobo instó al gobierno a buscar soluciones "alternativas" mediante acuerdos fuera del Mercosur.
El canciller insistió que Uruguay "no puede descuidar ni regalar" el mercado argentino.
"Si nos comparamos con otros países, estamos un poco mejor. Obviamente, nuestra preocupación aumenta a medida que aumentan las medidas o se extienden a otros sectores de exportación, como el de los servicios", reconoció en el encuentro con los legisladores.
El canciller defendió la postura del gobierno, cuando negó que haya habido "tibieza" en las decisiones tomadas. "Eso es casi ofensivo", agregó, aunque subrayó que "el compromiso político es con el Mercosur" y que "lo vamos a mantener".
Almagro dijo que en la región "no vamos a dar portazos ni a tener un solo gesto de histeria, no vamos a descontrolarnos en ningún momento, pero no vamos a admitir nada, no vamos a estar tranquilos hasta que el último tema esté resuelto", declaró en la reunión.
UN SOLDADO VETERANO DE LAS MALVINAS
Volvió a colgarse la medalla de guerra
A sus 47 años, Carlos Norberto Mihalfi admitió sentirse "honrado" por el gobierno argentino luego de haber estado en Malvinas en 1982. Lo enviaron a la guerra con 17 años, y pensó volver cargado de gloria, pero fue perseguido y torturado por su propio jefe. Era tal el hambre que pasaban en las trincheras que un día se escapó a comprar comida a Puerto Argentino. Pero lo descubrieron y su subteniente ordenó atarlo y le colocó una granada entre los dientes, sin espoleta de seguridad. Así estuvo varias horas. Con semejante recuerdo, al regresar se vino a vivir a Montevideo y para borrar todo empeñó la condecoración que recibió. Años más tarde, la embajada argentina halló por azar la medalla en un cambalache, el embajador Dante Dovena puso el dinero para comprarla y ayer se la restituyó.