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La Fura dels Baus toma el Solís

| Estreno. La obra conducida por los artistas catalanes cerrará la temporada de ópera

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CARLOS REYES

Esta noche sube a escena en el escenario mayor del Teatro Solís "Orfeo y Eurídice", puesto en escena por el creativo fundador y director de la Fura dels Baus, Carlus Padrissa. Se ofrecerán seis funciones, hasta el jueves 22 próximo.

En el ensayo general, que tuvo lugar el martes último, Padrissa estaba ubicado en el medio de la platea, rodeado de la computadora y su equipo de trabajo. Al director catalán se lo veía entusiasmado por lo que estaba por suceder en escena, hecho que da cuenta que pese a sus muchos años de carrera, aún conserva la expectativa por lo que va a ofrecer a su público.

Y la expectativa estaba más que justificada, dado que lo que se verá desde hoy en el Solís es realmente un lenguaje escénico original. La concepción general de este montaje parte de una gran rampa que rompe con la tradición, para brindar un escenario con fuerte caída hacia el proscenio: allí están ubicados los músicos de la Orquesta Filarmónica de Montevideo, que participan no sólo con sus instrumentos, sino poniendo en juego la propia presencia física.

Para eso, la escenografía (de Padrissa y Jaume Grau) ubicó en la gran rampa una serie de puertas o tapas, que abiertas hacen las veces de atriles, a la vez que le permiten a los músicos ocupar un lugar fijo. Fuera de allí, los instrumenstistas deambulan por la escena, con un vestuario (a cargo de Aitziber Sanz) que los integra al coro y al resto del decorado.

En la integración de la escenografía, el vestuario, las luces (de Padrissa con Román Torres) y las proyecciones se juega una fuerte carta estética.

Incluso las pequeñas luces que alumbran los atriles, terminan incorporadas a la iluminación general del espectáculo, que es muy buena. La estética general de esta ópera de Gluck tiene un pilar en las proyecciones, muy ricas tanto visualmente como en simbología. Edificios y caracteres antiguos, cielos tormentosos, árboles, caminos, mariposas, gárgolas, todos elementos cargados de sentidos, que remiten al drama que transcurre en escena.

A eso se suman otros efectos, algunos netamente artesanales (como las burbujas) y otros más vinculados a los elementos gráficos y el arte óptico. En el ensamble del vestuario con la escenografía (que encajan perfectamente) está otra de las riquezas de este espectáculo, que vale la pena verlo detenidamente.

Otras sorpresas: de la gran rampa en cuestión, salen algunos accesorios, como una columna polifuncional, que finalmente se convierte en otro elemento. Otros elementos de utilería, así como el uso de la platea como espacio escénico, suman vigor a este montaje, de gran coherencia visual y expresiva.

Martín Jorge, desde el foso, dirige a un conjunto de músicos que además de aportar talento musical, colaboran con coreografías en general lentas, cadenciosas, pero de gran presencia escénica.

También las voces (hoy el espectáculo tendrá como protagonistas a Nidia Palacios, Sandra Silvera y Carla Domingues) hacen un aporte de primera línea, para que el Solís culmine el año con una apuesta de primera magnitud, que incluye desplazamientos aéreos, golpes de efecto, movimientos de masas, presencia de la luz de sala, trabajo artístico desde la platea, y otros juegos de gran eficacia.

Montevideo viene desarrollando una oferta operística que cada año procura ir a más, a través de producciones locales, internacionales o mixtas. Pero es en el terreno de los montajes que quizá haya más por conquistar. En ese sentido, tanto la presencia de la compañía del inglés radicado en Francia Peter Brook, como la de este grupo catalán, son más que bienvenidas.

En ese sentido, tanto Brook (con su versión de La flauta mágica, de Mozart, titulada Una flauta mágica) como Padrissa, con esta puesta en escena, están haciendo aportes para elevar el nivel de los montajes operísticos que se ofrecen en la capital.

La Fura se presentó en el marco de los festejos del Bicentenario, el pasado 10 de octubre, con un gran acto público, en la Plaza Independencia, donde exhibió sus muñecos a gran escala y sus trabajos al aire libre. La contracara de esa presentación se podrá disfrutar a partir de hoy en el Teatro Solís, donde Orfeo y Eurídice se podrá ver también mañana, el lunes 19, martes 20, miércoles 21 y jueves 22, de Gluck los días 16, 17, 19, 20, 21 y 22 de diciembre, siempre a las 20 horas. Las entradas están en Red UTS y en la boletería del Solís, y van desde $ 1990 a $ 200.

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