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ROCHA | EDUARDO GONZÁLEZ

La lluvia trajo el esperado alivio. Y también la disminución del viento, factores que sumados permitieron a los Bomberos dar, por fin, como controlado el primer gran incendio forestal de la temporada.

Los tres helicópteros militares que están desde el sábado en Rocha ayer sólo volaron para monitorear la situación. Ni estas aeronaves de Fuerza Aérea, ni los aviones de fumigación arrojaron agua sobre el bosque en llamas. Fuentes del comando de la fuerza del aire indicaron a El País que, de no cambiar radicalmente la situación, todas las aeronaves serían retiradas hoy de la zona.

Poco después del mediodía comenzó a llover sobre el corredor boscoso que se extiende entre el kilómetro 286 y el 296 de la Ruta 9, frente sobre el que se extendió el incendio con un desvío hacia el Norte, en la zona de Laguna Negra, desde la tarde del miércoles. Los bomberos señalaron que la lluvia, si bien no extinguiría el fuego, permitiría enfriar el suelo. El oficial de Bomberos Joaquín Elizondo informó que el siniestro "se encuentra parcialmente controlado, esperemos que esto suceda de manera total y luego vendrá la etapa de liquidación, realizada metro a metro por toda el área afectada".

Estas son las tareas que a partir de hoy comenzarán a encarar los efectivos desplegados en esta zona de Rocha. Una estimación primaria de Bomberos señala que el siniestro forestal afectó a una superficie de unas 800 hectáreas, aunque reconocen que podría tratarse de una superficie mayor.

Mientras esto ocurría en el perímetro directamente afectado por el incendio -en aquellas zonas donde efectivamente ya se pudo extinguir el fuego se ve tierra arrasada (foto)-, en Punta del Diablo la vida volvía lentamente a la normalidad.

En pocos días más el balneario comenzará a recibir a numerosos turistas, sobre todo brasileños, que desde hace unos años colocaron a este antiguo pueblo de pescadores entre los sitios turísticos más buscados y originales. Aunque los bomberos anticiparon que aún restan algunos días de trabajo, se espera que se reduzca la cantidad de maquinaria municipal concentrada en la zona afectada. Una topadora se quemó.

APOYO DE BRASIL. En 2005, cuando sobrevino el incendio que afectó parte de la misma zona y el Parque de Santa Teresa, un empresario y dirigente político brasileño fue el nexo con las autoridades de su país para lograr el apoyo de bomberos de Rio Grande do Sul.

Marzal Saldivia dijo ayer a El País que estaba al corriente de la gestión que había hecho el secretario del prefeito (alcalde) de la ciudad brasileña de Chui ante autoridades uruguayas. Saldivia dijo que el ofrecimiento hecho a través del Departamento de Defensa Civil de esa ciudad fronteriza "no fue rechazado, en caso de ser necesario se tomaría en cuenta".

Saldivia recordó la reciprocidad existente, ya que el cuerpo de Bomberos uruguayo siempre estuvo a disposición de la ciudad de Chui en emergencias, ya que ésta no cuenta con un servicio de ese tipo, el más cercano está a 22 kilómetros.

En 2005 el diputado nacionalista Luis Alberto Lacalle Pou formuló un planteo por escrito, de similar tono al que el miércoles en la sesión del Senado planteó su padre. En aquella ocasión Lacalle Pou propuso solicitar la colaboración de España ya que este país cuenta con herramientas y un "desarrollo importante". En tal sentido propuso que se pidiera el apoyo de un "avión cisterna", que permaneciera en el país durante la temporada afectado a estas tareas.