PEDRO DA CRUZ
Doce artistas uruguayos comparten el espacio del Centro Cultural de la Embajada de México (25 de Mayo 512). Bajo el título de "Imagine" tienen como tema disparador de la presentación a la no violencia.
El título de la exposición trae a la memoria la mundialmente conocida canción de John Lennon (que hace unos días hubiera cumplido 71 años), y que apela a un sentimiento similar relacionado a la esperanza de vivir en un mundo en el que no exista la violencia.
A iniciativa de la escultora Nora Kimelman, una de las artistas cuyas obras forman parte de la exposición, los participantes trabajaron sobre el tema propuesto, aunque conservando las líneas de trabajo individuales que caracterizan a cada uno. Refiriéndose al tema de la exposición, Kimelman escribe en el catálogo: "Hay muchos modos de enfrentar la violencia, ya por la denuncia de sus efectos en las sociedades humanas, ya recurriendo a la creación artística para conjurar sus dolorosas secuelas (…) Este grupo de artistas pretende enviar un mensaje a la sociedad, que parte de la preocupación referida a la inseguridad en la que los ciudadanos del mundo estamos inmersos: maltrato, abuso, adicciones, violencia estructural expresada en la explotación, la pobreza y la marginalidad, violencia política, desempleo, terrorismo y atropellos de distinto orden".
Una particularidad de "Imagine" son los carteles con textos, escritos por los propios artistas, que acompañan los tradicionales carteles con datos como título, técnica y fecha de la obra. Esos textos complementan la presentación de las imágenes, un recurso pedagógico que ofrece al espectador distintas "pistas" para la interpretación personal.
LAS OBRAS. Las únicas de las obras expuestas que no son recientes son las de Rafael Lorente, una serie de dibujos en tinta china y aguada, "testimonios mudos del horror" realizados en 1977, en los que los motivos expresan las consecuencias del "terrorismo de Estado, la represión, la censura y la persecución política".
Diferentes técnicas textiles son la base común de las obras de Gladys Afamado, Olga Bettas y Margaret Whyte. Afamado, con una larga trayectoria como grabadora, incursiona en el área textil con Saludo, una obra en técnica mixta con dibujos sobre tela, en la que expresa que está "contra la violencia en un país democrático y civilizado". En Eres tú Bettas continúa trabajando con prendas femeninas, en este caso un vestido de novia con una víbora a sus pies, mientras que Whyte muestra su Realidad encubierta, una obra en gran formato con dibujos sobre tela semicubiertos con fibras de variado grosor.
Más de la mitad de los artistas presentan distintos tipos de objetos. Bessio y Madfes utilizan la pared como soporte. La primera muestra Artículo 9 (Manifiesto futurista, Marinetti. 1909) con palomitas blancas vaciadas en yeso que forman la frase "Queremos glorificar la guerra", mientras que Madfes realizó dos casas esquemáticas en celofán transparente que contienen carbón y viruta de lápices, con el color como metáfora de "una pantalla que encubre un universo de agresiones físicas y simbólicas".
Otros de los objetos son tridimensionales. Doreen Bayley muestra una serie de manos tendidas, obras realizadas en un material semitransparente utilizando una técnica de vaciado. El aporte de Álvaro Gelabert son prismas con modelos geométricos, con el título común Hambre, que llevan adheridos, entre otros objetos, un cucharón y un gran tenedor. Nora Kimelman hizo Luces de esperanza, una serie de colgantes de plata suspendidos en cajas de acrílico transparente, mientras que Agresión urbana, de Linda Kohen, consiste en varios prismas de madera policromada que representan altos edificios, que contrastan con la añoranza que la artista siente por "… las viejas casitas de barrio…"
Finalmente, dos técnicas diferentes caracterizan las obras de Javier Bassi y Ernesto Vila. El primero muestra Incubus / el perseguidor, una fotografía impresa digitalmente en gran formato sobre lona, mientras que Valsecito desde aquí de Vila, que considera su trabajo "como el de un cronista visual", consiste en una hoja de papel recortada y rasgada colgada de un piolín con un palillo de ropa, una estética desarrollada por el artista durante largo tiempo.