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PUNTA DEL ESTE | M. GALLARDO

La paradigmática esquina de Gorlero y calle 27, antiguamente centro de la movida de la península, va en camino de recuperar su lugar en Punta. El grupo inversor liderado por el arquitecto Vito Atijas apostará al edificio donde funcionó el hotel Meliá.

El grupo inversor compró en US$ 10 millones el edificio donde funcionó durante varios años el hotel Meliá. El objetivo de los nuevos propietarios es reconstruirlo para ofrecer allí una propuesta inmobiliaria "de primer nivel" e instalar áreas comerciales.

"Sentimos la alegría de poder participar en el reciclaje de un edificio emblemático de Punta del Este porque un complejo que estaba abandonado volverá a mostrar el nivel que merece el balneario. Sin duda que la nueva propuesta permitirá aumentar las comodidades que Punta del Este ofrece al turista", dijo Vito Atijas a El País.

La torre se encuentra clausurada desde hace más de 10 años cuando en el balneario se hizo sentir el recordado "efecto Tequila", a mediados de los años `90.

Esta fue una de las tantas crisis externas que afectaron la región y que hizo "caer" a la firma que regenteaba el hotel y tres locales comerciales: dos salas de cine y una confitería. Desde ese entonces, la esquina estuvo abandonada.

El edificio fue construido sobre un predio de 1.642 metros cuadrados, tiene 17 pisos, tres subsuelos y tres locales. "Es una de las principales esquinas de Punta del Este. Por eso también apuntamos a valorizar la zona con una presencia comercial muy importante. El Banco Santander, que opera como financista de la propuesta, tendrá su lugar", sostuvo el desarrollista.

NUEVA CARA. El edificio tendrá unidades de uno y dos dormitorios, con todas las comodidades, y apartamentos de mayor tamaño. El complejo cuenta con todos los servicios, como piscinas, y además otros se le incorporarán para esta nueva etapa. También goza de extraordinarias vistas. "Es incomparable, se ve el puerto, la playa Brava, la playa Mansa y toda la zona", afirmó Atijas.

La configuración del nuevo edificio permitirá, según el arquitecto, poder contemplar la demanda insatisfecha de potenciales compradores argentinos y brasileños de clase media que, ansiosos de invertir en Punta del Este, no tienen a su alcance la mayor parte de la oferta inmobiliaria del balneario esteño.

"Acá estamos hablando de unidades que van a estar promediando los 40 y 60 metros cuadrados. Así que van a estar totalmente al alcance del público de clase media. Sin perjuicio que las comodidades y la ubicación del edificio hacen que todo el público se pueda sentir a gusto", explicó.

La compra confirmada este viernes por parte del grupo inversor, cierra una etapa que fue considerada en la península como "el peor negocio hotelero de la historia de Punta del Este" por las decenas de millones de dólares perdidos desde años en esa esquina.