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Antes de la caída

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Cuando se conocieron los primeros mensajes diplomáticos confidenciales revelados por WikiLeaks, uno de los primeros en aplaudir esta difusión fue Fidel Castro. Claro, parecía que la investigación de Julian Assange apuntaba contra Estados Unidos y no contra la dictadura de la familia Castro.

Ahora nos enteramos (gracias a WikiLeaks), que la corrupción en Cuba es un fenómeno generalizado que involucra a altos funcionarios, miembros del Partido Comunista Cubano (PCC) y otros. A través de declaraciones, datos y anécdotas, se retratan las prácticas instaladas en el régimen que, como otros gobiernos marxistas, ha sido ensalzado como "incorruptible" por los comunistas del mundo.

Estamos ante lo mismo que fue revelado cuando cayeron regímenes como la Unión Soviética y sus satélites. La única diferencia es que aquí la revelación se produce antes de la caída del tambaleante gobierno de Cuba. Es parte de la crónica de una caída anunciada.

La corrupción en Cuba es conocida desde larga data. Pero ahora queda al desnudo en toda su enormidad, pues ya no estamos ante pequeñas maniobras de desventurados cubanos que las practican para sobrevivir en el opresivo ambiente instalado desde hace más de cincuenta años, sino que son operaciones gigantes, puestas en evidencia de manera total y espeluznante. Por ejemplo, como dijo un cubano: "algunas instalaciones del Estado son administradas, de hecho por mafias".

Será interesante observar la forma como Fidel Castro, señalado ya por "Forbes" como uno de los más grandes millonarios del mundo, dará una de sus clásicas volteretas, frente al inesperado vuelco que han dado las informaciones de WikiLeaks.

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