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Venta de armas creció 335% en 4 años

Seguridad. Armas compradas para protección frecuentemente son robadas y usadas para cometer delitos En 2005 se importaron 1.188 y en 2009 ingresaron 5.176 y 10 millones de proyectiles

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GASTÓN PÉRGOLA

De la mesa de luz de un apartamento en Punta Carretas a terminar con la vida de un comerciante en 8 de Octubre. Ese fue el recorrido de un arma en cuestión de días; la única finalidad que tenía su propietario era la seguridad de su hogar.

A Sebastián Zeoli (55), dueño de una ferretería en Maroñas, lo mataron a balazos con el fin de robarle la ganancia del mes. La nueve milímetros con la que le dieron tres disparos era la misma que tiempo atrás había comprado el dueño de un apartamento en Punta Carretas con el fin de ganar "seguridad" en el hogar. Pero el arma fue robada y su finalidad primaria derivó en un trágico destino.

"Son innumerables los casos de armas compradas por civiles para protegerse, que después terminan siendo robadas de la casa o la guantera de un auto y terminan con la vida de un comerciante, taxista, o dueño de una casa", aseguraron desde el Ministerio del Interior. Un total de 309 personas murieron el año pasado a causa de armas de fuego, según datos del Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior.

De ese total, 129 muertes fueron por homicidios, mientras que 180 se registraron por suicidios con armas.

A todo esto, más del 80% de los uruguayos que compra armas dice hacerlo por una cuestión de "seguridad", según datos de la Asociación de Lucha por el Desarme Civil (Aludec). Se estima que existe poco más de un millón de armas en manos de civiles. Este alto índice por habitante lleva a que, muchas veces, estas máquinas de matar terminen en manos equivocadas.

Lejos de atenuarse, la compra de armas viene siendo cada mayor en Uruguay. Mientras en el año 2006 ingresaron al país 1.063 armas de fuego, esta cifra trepó a 5.176 armas el año pasado, según datos de importación del sector a los que accedió El País.

En Uruguay, el Registro Nacional de Armas (RNA) -bajo la órbita del Ministerio de Defensa- es la oficina que se encarga, precisamente, de registrar a los ciudadanos que poseen armas, además de inspeccionar a armerías, coleccionistas, recargadores e importadores (de armas y municiones) en todo el país. Al momento, el RNA tiene registradas (y activas, es decir que están en funcionamiento) cerca de 450.000 armas, que están en manos de civiles.

A esa cifra se suman, según estimaciones del Ministerio del Interior y asociaciones civiles, otras 500.000 armas no registradas, alcanzando un total de poco más de un millón en poder de la población.

El número de armas importadas para la venta a civiles viene en aumento, según datos de importaciones. Por ejemplo, en 2006 ingresaron unas 1.063 armas de fuego; en 2007 el número alcanzó a las 1.485. A partir de 2008 se dio el primer salto, con un total de 3.441 armas que entraron para su comercialización, al tiempo que en 2009 se consolidó la tendencia con un ingreso de 5.176 armas.

Estos números no incluyen las importaciones que realizan las Fuerzas Armadas ni la Policía, sino que corresponden solamente a importaciones para comercialización civil. En cuanto a municiones y balas, el año pasado ingresaron al país 6,2 millones de balas y 3,8 millones de cartuchos: 10 millones de proyectiles.

El Ministerio de Defensa registra 121 armerías: 45 en Montevideo y 76 en el Interior. Las armerías constituyen uno de los canales principales de venta. El otro mecanismo más practicado es la transacción de particular a particular.

Allí, es donde existen más problemas de control y registro, ya que queda a voluntad de cada individuo realizar todos los trámites.

Entre los principales motivos de compra de un arma, la mayoría de los uruguayos lo justifica con los términos "seguridad" y "tranquilidad". Un porcentaje muy inferior hace referencia a "prácticas deportivas" y actividades vinculadas con el coleccionismo.

El perfil es variado, aunque existe un común denominador, según las armerías consultadas por El País. "Es gente más bien mayor de cuarenta años, que viene con la preocupación de la inseguridad en su hogar o comercio y busca un arma para su defensa. Están preocupados por los robos y copamientos en las casas, muchos vienen porque han visto que esto le pasó a vecinos y quieren estar prevenidos", narró Miguel Varela, dueño de la armería Codorniz.

"Muchos creen que comprar un arma es una solución al tema de la inseguridad. Y no saben que en realidad están comprando un problema. No sólo para ellos mismos, sino para la sociedad en su conjunto. Muchas de estas armas terminan siendo robadas y quedan en poder de delincuentes, cuyo uso no tiene buenos fines", comentó el titular de Asociación de Lucha por el Desarme Civil, Gustavo Guidobono.

En los últimos tres años (de 2007 a 2009) murieron 366 personas a causa de homicidios con armas de fuego. Dicha cifra no incluye los casos en que una persona ingresa grave a un hospital producto de una herida de bala, y su deceso se da unos días después. En ese caso se registra como motivo de su deceso la causa final de su muerte, y no la herida de bala. En tanto, 564 personas se suicidaron en los últimos tres años utilizando un arma de fuego.

Esto quiere decir que entre homicidios y suicidios por arma de fuego murieron unas 930 personas entre 2007 y 2009.

El registro de heridos no está contabilizado en la dependencia de criminalidad del Ministerio, pero se estima que allí también las cifras son alarmantes.

LA TRANSFERENCIA. Según el Ministerio del Interior, las cifras de armas no registradas se ha transformado en una preocupación, porque indica que existe una cantidad considerable de "armas robadas" en manos de la población civil.

"No se trata de un mercado negro como en otros países, donde se dedican al negocio de la venta de armas. Acá es más artesanal, pero preocupante al fin. Y es un tema cultural", afirman desde la cartera.

"La gente, con tal de sacarse el arma de encima, la vende y no quiere saber de trámite ninguno. En la venta entre particulares, si no se realiza la transferencia el arma queda a nombre del dueño primario, con los riesgos que eso implica. El que venda un arma debe asegurarse de hacer la transferencia", afirmó Edgar Méndez, jefe del Registro Nacional de Armas.

Méndez también niega la existencia de organizaciones de peso vinculadas al tráfico de armas y aduce dificultades en la frontera seca con Brasil.

"Se habla de que hay tráfico de armas para un lado y para otro. Yo no lo he visto y no creo que sea así. No se puede hablar de tráfico. Obviamente hay una cantidad de armas que han entrado quién sabe cómo al país. Nosotros tenemos una frontera seca con Brasil muy grande, donde el control se hace muy difícil", justificó Méndez.

Esa venta artesanal e ilegal (que puede llegar a complicar el trabajo de la Policía) se traduce en una infinidad de situaciones, de acuerdo a fuentes del Ministerio del Interior.

"Puede ser un vecino que tiene un revólver 38 que era de un tío suyo que trabajaba en la Policía, y lo vende a otro vecino que está buscando un arma para estar más tranquilo. O que uno le compre a un `malandro` que tiene contactos, que le consigue un revólver barato y bueno. También puede ser alguien que se quiere deshacer de un arma y la vende sin trámite de traspaso. Para la Policía se hace muy difícil después saber por cuántas manos pasó el arma", agregó la fuente del Ministerio.

Entre sus funciones, el Registro Nacional de Armas se encarga de brindar información a la Justicia sobre el origen (nombre del propietario) de un arma incautada. Allí, muchas veces pasa que "salta" el nombre de una persona que hace tiempo dejó de tener contacto con el arma, porque la vendió o se la robaron. Y es peor si nunca se hizo la denuncia.

"Existen muchos casos de estos. Yo vendí la pistola, pero la transferencia nunca se llegó a hacer. Con esa pistola se cometió un delito, porque fue robada o por otro motivo, y después soy yo el que tiene que ir a declarar al juez", explica Méndez.

Por ejemplo, en el conocido caso del economista Saúl Feldman, a quien se le descubrió un arsenal de más de 600 piezas, un número importante de personas debió ir a declarar, después de que el RNA detectara quienes figuraban como propietarios de las armas que se encontraron. En efecto, muchas eran robadas.

Una vez al año, el RNA quema armas en un horno siderúrgico. En esos lotes se incluyen las que son requisadas por la Justicia y las que entrega la población de forma voluntaria.

Este año fueron quemadas 2.827 armas, en su mayoría cortas y casi todas incautadas previamente: sólo 61 civiles se acercaron a dejar el arma para su quema. La destrucción fue el jueves 9 de septiembre.

"El principal motivo de entrega voluntaria es buscar tranquilidad y evitar problemas", comenta Méndez: "Vienen señoras con el arma que fue de su marido y me dicen: `Mi esposo murió y no quiero tener más su arma en la casa`".

Fallecidos: son unos 25 por mes

En Uruguay existen 570.000 armas registradas, desde que se creó la ley de registro. Actualmente se estima que de ese total, unas 450.000 estén en funcionamiento, mientras el resto fueron destruidas, extraviadas y fuera de funcionamiento.

En el último año ingresaron al país para su venta un total de 5.176 armas; un aumento de 50,4% respecto a 2008. Entre 2005 y 2009 la importación de armas creció 335%. Entre 2007 y 2008 el ingreso creció 131%. En 2009 fueron importados 6,2 millones de balas y 3,8 millones de cartuchos, según datos del Registro Nacional de Armas.

En 2007 murieron 111 personas a causa de homicidios por armas, en 2008 fueron 126, mientras el año pasado la cifra fue de 129 personas muertas. En tanto, el año pasado 180 personas se suicidaron con armas.

Las cifras

121 Es el número de armerías registradas en todo el país: 45 están en la capital y 76 se distribuyen en todo el interior del país.

930 personas murieron en tres años a causa de las armas de fuego: se trata de 564 personas por suicidio y otras 366 por homicidio.

Habituados a vivir entre armas

De las más de 700 armas que fueron encontradas en la casa del economista Saúl Feldman en el barrio Aires Puros (en Montevideo), la Policía Técnica determinó que unas 100 eran robadas. Algunas fueron hurtadas en casas de policías, otras a particulares y algunas otras pertenecían a la Armada.

Hasta el día de hoy el caso tiene en vilo a organizaciones civiles de lucha para el desarme civil, como a la propia Justicia, que aún sigue en proceso de investigación.

El 30 de octubre del año pasado, Feldman se atrincheró en su casa del balneario Shangrilá cuando efectivos policiales querían interrogarlo sobre las 700 armas que habían sido encontradas en su vivienda de Montevideo, tras un incendio en la propiedad. El economista, de 64 años de edad, resistió a balazos la presencia policial, causando la muerte a un agente de Inteligencia. Finalmente, Feldman se suicidó.

Para el Registro Nacional de Armas (RNA) Feldman era "una persona común que tenía pocas armas registradas (menos de 15) y no era coleccionista", comentó a El País el jefe del RNA, Edgar Méndez.

"Nosotros hicimos el trabajo que nos solicitó el juez. Éste nos elevó un pedido acorde a las armas que tenía Feldman, a ver qué identificación le dábamos. Y había personas que figuraban como titulares de armas que estaban en poder de Feldman", afirmó Méndez, que abogó porque "no existan más casos Feldman en el país".

A su turno, el titular de la Asociación de Lucha contra el Desarme Civil, Gustavo Guidobono, se mostró indignado con las escasas respuestas a las que se han arribado en este polémico caso.

"Nos queda una preocupación muy grande: ¿dónde están las conclusiones de las investigaciones? Ya pasaron demasiados meses, el tema salió de la agenda periodística y obviamente el gobierno la saca también de los titulares", dijo Guidobono a El País.

"Nos estamos acostumbrando a convivir con las armas y es el principio de una muerte anunciada. Si los ciudadanos continuamos comprando armas para defendernos, si la Policía no puede transmitir seguridad y si los hombres de bien han optado por un gatillo fácil... toda la prédica es inútil", concluyó.

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