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Por primera vez, un avión que volaba irregularmente sobre territorio uruguayo fue interceptado por aviones de la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU).

"No se trata de un avión hostil intruso o ilícito. Es una aeronave brasileña, deportiva, monomotor de ala baja, modelo RV9. La tripulación salió de San Fernando (Argentina) con plan de vuelo Florianópolis (Brasil)", según informó a El País el encargado de prensa de la FAU, Mariano Rodrigo.

El aeroplano ingresó al país por Colonia, más precisamente, por la isla Martín García el martes 23 de marzo. Las autoridades uruguayas dieron cuenta que el código de vuelo no se correspondía con el plan de vuelo enviado desde Argentina. Ya en territorio uruguayo, quien pilotaba la nave apagó la línea de contacto, con lo cual el avión quedó incomunicado hacia los controles.

"Nosotros supusimos que podría haber tenido una falla de comunicaciones", indicó Rodrigo. Pero este hecho fue descartado cuando el aeroplano ingresó en el espacio aéreo del aeropuerto internacional de alternativa ubicado en Durazno, una parada obligatoria.

"No solo no se comunicó, sino que se apartó de la ruta prevista en su plan de vuelo e ingresó en un área restringida, donde la Fuerza Aérea estaba haciendo entrenamiento de combate aéreo real", indicó el coronel Rodrigo.

En este sentido, las autoridades aéreas locales dispusieron la interceptación de la nave, a través del envío de dos aviones Pucará, quienes a 10 millas de la frontera aérea con Brasil se le formaron a los costados, porque el piloto no respondía.

El hecho fue informado al Ministerio de Defensa Nacional, quien tomó cartas en el asunto. Si bien la Dirección de Infraestructura Aeronáutica y Aviación civil (Dinacia) trabaja en el caso, se prevé que si esta nave ingresa nuevamente al país será demorada y se le aplicará un sanción, que en estos casos suele ser económica, según constató El País.

RADARES 3D. Este operativo se pudo realizar debido a la cobertura que el país tiene del espacio aéreo desde la instalación en el interior del país de dos radares: uno de ellos fijo en Santa Clara de Olimar y el otro móvil, que circula por todo el territorio nacional. Quedaron operativos hace dos semanas, "por lo tanto, recién ahora tenemos capacidad de ver lo que antes no veíamos", indicó el vocero de la Fuerza Aérea. Los aparatos costaron US$ 18 millones.

"Son radares militares, tridimensionales, de origen español". Tienen la capacidad de visualizar las rutas aéreas con "un radio máximo de 300 kilómetros y son radares robustos para operaciones militares", dijo.

El suceso con el avión brasileño no fue visto como un hecho grave. "Más que nada lo tomamos como una señal de advertencia a la aviación en general. Que sepan que ya estamos haciendo ejercicios de control en el espacio jurisdiccional del país. Ahora podemos ejercer la Policía Aérea. El espacio está controlado", sostuvo Rodrigo.