LAUREANO BUTTENBENDER
Cientos de miles de kilos de duraznos fueron tirados por productores como consecuencia de una zafra excepcional en volumen y que el mercado no alcanza a absorber, con el consiguiente derrumbe de precios.
Las estimaciones de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) difundidas el pasado 30 de diciembre proyectaron una producción total de duraznos del orden de las 23.000 toneladas, es decir 34% superior a la zafra 2008/2009.
Ya ese informe advertía de las dificultades de comercialización que tenía la fruta, por lo que buena parte de ella fue almacenada en cámaras de frío mientras que muchos productores la dejaron en el árbol sin cosechar.
Por su parte, la oficina de la Dirección General de la Granja (Digegra) en el Mercado Modelo registra ingresos de durazno 40% superiores a los de la misma fecha del año pasado. En consecuencia, el precio mayorista de la fruta cayó más de 60% con respecto a la zafra anterior. Alfredo Pérez, técnico del Mercado Modelo, dijo que actualmente el precio promedio para esta fruta se ubica entre $ 6 y $ 7 el kilo, cuando en esta misma época del año pasado estaba entre $ 17 y $ 18 el kilo.
A la alta producción, principal factor en el deterioro del precio, se sumaron otras circunstancias como la falta de sabor en la fruta por el exceso de lluvias, lo que afectó principalmente a las variedades más tempranas. Pérez recordó que se debe tener en cuenta que hay un gran abanico de variedades de durazno y cada semana ingresa una nueva.
Remo di Leonardi, ex presidente de la Confederación Granjera y productor de la zona de progreso, dijo a El País que en su opinión no menos del 20% de la cosecha actual del durazno se va a tirar. De confirmarse la estimación la pérdida llegaría a los 4.600.000 kilogramos de esa fruta
Decisiones. Muchos productores esperaban un repunte del precio del durazno, por lo que las variedades más tempranas se acondicionaron en cámaras de frío. Al pasar los días comienzan a acumularse los gastos a la vez que se acerca el inicio de la zafra de peras y manzanas, para lo que se necesitan esas cámaras.
Esto, sumado a que están apareciendo nuevas variedades de duraznos en mejores condiciones, hizo que muchos productores tomaran la decisión de tirar la fruta. Otros, dijo Pérez, aún mantienen la esperanza y conservan el durazno en cámara. Hay quienes especulan con que las variedades que aún faltan aparecer no tengan una producción tan grande como las primeras, lo que empujaría el precio al alza.
Otras frutas tuvieron baja producción con problemas de calidad. Para el caso de los melones de buena calidad los precios van de $ 20 a $ 25 el kilo, y de inferior calidad entre $12,5 y $20, lo que equivale a un aumento de 30% en relación al año pasado. Algo similar ocurrió con la sandía, que está en el entorno de $ 7 el kilo cuando el precio histórico es $ 2 a $ 3.