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TEHERÁN | EL PAÍS DE MADRID

Un enorme despliegue policial impidió ayer que la oposición iraní copara la celebración oficial del 30º aniversario de la toma de la Embajada de Estados Unidos en Teherán. Miles de iraníes corearon "muerte a América" y "muerte a Israel" aislados por un doble cordón de seguridad, cuya envergadura revelaba la inquietud de las autoridades. Aun así, los opositores desafiaron la prohibición y lograron manifestarse en diversos puntos del centro de la capital. Sus gritos de "Muerte al dictador" fueron respondidos con gases lacrimógenos y tiros al aire. Varias personas resultaron detenidas.

"No tienen nada que hacer aquí", espetaban unos milicianos "basiyí" a un grupo de mujeres que intentaba acercarse al "nido de espías", la antigua Embajada de EE.UU. en la propaganda oficial. El aspecto de las mujeres, que aunque vestidas de negro no llevaban "chador" (la tela negra con que las piadosas chiíes se cubren), les hacía sospechar de sus simpatías antigubernamentales y no estaban dispuestos a arriesgarse y que reventaran la "jornada contra la arrogancia global", como el régimen ha bautizado el 4 de noviembre.

En esa fecha, hace 30 años, un grupo de estudiantes revolucionarios asaltó la Embajada de EE.UU. y tomó como rehenes a 52 personas. El secuestro, bendecido por el ayatolá Jomeiní, se prolongó 444 días y no sólo supuso la ruptura de relaciones entre los dos países sino que estableció el antiamericanismo como un elemento definitorio de la República Islámica.

Tres décadas más tarde, sus dirigentes aún temen que renunciar a ese pilar ideológico precipite el final del régimen. "América es el principal enemigo de Irán", reiteró ayer Gholam Ali Haddad Adel, el influyente diputado conservador que fue el orador principal. Haddad Adel también dijo que Washington debe de cambiar su política hacia el programa atómico iraní porque "nadie en Irán puede negociar el derecho a la tecnología nuclear".

La oposición cuestiona que la política exterior de Irán tenga que basarse en el antiamericanismo. Sin embargo, ayer sus seguidores también advirtieron a Obama "o estás con nosotros, o estás con el régimen", un eslogan que dice mucho de su temor a que las conversaciones nucleares desemboquen en una legitimación de la República Islámica, al estilo de lo sucedido con Libia.