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Sarkozy dispuesto a prohibir el velo islámico en Francia

Dijo que es signo de envilecimiento y de subordinación

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PARÍS | AP

El presidente Nicolás Sarkozy condenó ayer el uso del velo islámico (burka) e insistió que ese vestido de cuerpo completo es un signo de "envilecimiento" de las mujeres, por lo que no será bienvenido en Francia. "La burka no es un signo religioso, es un signo de subordinación, un signo de envilecimiento, me gustaría decirlo de forma seria", dijo. "No será bienvenida en el territorio de la República Francesa", agregó en el primer discurso presidencial a los representantes en 136 años, en una sesión conjunta de ambas cámaras del parlamento.

El mandatario expresó su apoyo a un grupo de legisladores que han pedido la creación de una comisión parlamentaria para analizar el uso de esta indumentaria en Francia y expresó su apoyo a una posible prohibición, incluso antes de que un grupo de especialistas lo haya aprobado, lo que desató las críticas de aquellos que temen que se trate de un asunto de marginación, que podría estigmatizar a los musulmanes.

"En nuestro país no podemos aceptar que las mujeres sean prisioneras detrás de una cortina, aisladas de toda la vida social y negadas de toda identidad", dijo Sarkozy entre aplausos en Versalles.

Francia es el país europeo con la población musulmana más grande, se estima que en ella viven cinco millones de seguidores de esa religión. Un vocero oficial dijo el viernes que se espera que se cree una comisión parlamentaria que podría proponer iniciativas sobre prohibir el uso de esos vestidos fuera de sus hogares. El asunto ha creado controversia, la viceministra de derechos humanos Rama Yade dijo que podría apoyar la prohibición si es para proteger la libertad de las mujeres, pero el ministro de inmigración dijo que esto sólo llevaría a "tensiones".

Medidas para hacer frente a crisis global

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, lanzó ayer un "empréstito nacional" para financiar las prioridades del gobierno con el objetivo de salir de la crisis, que "no ha terminado" y ha generado "una situación sin precedentes", indicó. Sarkozy prometió en el Palacio de Versalles que "no habrá una política de rigor, no habrá aumento de impuestos".

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