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Darío Silva y su ejemplo al mundo

Solidaridad. Con una pierna ortopédica, el ex jugador emocionó en un partido a beneficio

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PUNTA DEL ESTE | RAÚL MERNIES

En un partido a beneficio de una fundación que ayuda a niños carenciados, Punta del Este fue testigo de una de las expresiones de voluntad más grandes de la historia del deporte: con una pierna ortopédica Darío Silva volvió a jugar, y fue uno más.

"Esto fue espectacular y muy emocionante. Estaba acostumbrado a jugar con gente amiga pero no con tribunas y ver a todos estos compañeros, rivales y amigos acá, acompañándome para apoyar a la fundación y a los niños me llena de alegría", dijo Darío Silva después de definir el partido con un penal ejecutado como en los viejos tiempos.

Seguramente aquel inolvidable pelotazo largo de Darío Rodríguez que Darío Silva corrió con todas sus fuerzas, acomodó con su cabeza y luego definió cruzado desde la derecha ante la salida de Dida pasó por la cabeza de todos en el Campus de Maldonado.

Claro, imposible olvidar también que en ese partido por Eliminatorias a Japón-Corea 2002 el colombiano Oscar Ruiz cobró un penal de Fabián Coelho que sólo él vio y el golazo de Darío devolvió a la selección uruguaya a su tierra con un empate a uno y mucha rabia.

Pero aquella imagen del delantero celeste corriendo a festejar y dándose vuelta para llamar a sus compañeros, todavía del otro lado de la cancha, esa sonrisa producto de lo que significa hacerle un gol a Brasil, en Brasil, se volvió a ver el domingo en Punta del Este, porque Darío Silva volvió a ponerse la camiseta celeste.

Pocas veces se vio una muestra de entereza y voluntad como la que el goleador de la selección dio esa noche y seguramente ninguno de los presentes se había imaginado que alguna vez iba a poder cantar "Da-rí-o, Da-rí-o" otra vez. Pero el aliento para el delantero fue más fuerte que nunca.

Pasaron dos años y cuatro meses desde aquella trágica madrugada en la que un accidente de tránsito terminó con la amputación de la parte inferior de la pierna derecha de Darío. Pero el domingo en la cancha era un jugador más.

Mas allá de que fue verdaderamente emocionante verlo correr con un poco de dificultad, Darío fue el mismo león de siempre, es más, la primera vez que vio el arco, estaba a unos 45 metros de distancia, sacó un zurdazo que pasó cerca del travesaño y generó una interminable ovación desde las tribunas.

Sus movimientos son los mismos. Esa tendencia a buscar cada pelota como si fuera la última, a luchar en el piso y hasta tirarse de cabeza en el medio de la cancha para evitar un contragolpe hicieron que el padrino de la fundación "Niños con Alas", erizara la piel de los presentes y les recordara a todos por qué en Cagliari lo bautizaron "sa pibinca", que significa "molesto", por su frenética manera de atacar y atacar.

Era el "fútbol de famosos" y estaban todos, pero la grata sorpresa de la llegada de Sebastián Abreu dio clara muestra de que lo sustancialmente importante era el homenaje a Darío Silva y su esperado regreso a una cancha de fútbol.

El "Loco", padrino de Elina, la hija de Darío Silva, se dio una escapada y llegó al partido diez minutos antes para acompañar a su compadre. Llegó, se cambió, jugó, le dio un fuerte abrazo y se fue. Al caminar alrededor de la cancha durante el partido entre Uruguay y Argentina era dar dos pasos y escuchar un "¡Qué grande Darío!" o "Un fenómeno el negro...".

Es verdad, se quedó en la mitad de la cancha casi todo el partido, dando pases muy precisos, por cierto, y sólo una vez picó, entró al área y definió cruzado, como en sus mejores épocas. Pero el ex goleador de Peñarol, Espanyol, Sevilla y Málaga dejó todo en la cancha.

Argentina ganaba 1 a 0, con gol del modelo y conductor Iván de Pineda y "sin querer" cometieron una falta en el área.

Era el momento para que Debray Darío Silva se reencontrara con el gol.

Tomó la pelota, la acomodó y definió como siempre. Fue el momento más emocionante de la noche.

Pablo Francescoli, organizador del partido a beneficio y gran responsable del regreso de Darío a las canchas, se acercó y le dio ese beso en la frente que todo Uruguay, España, Inglaterra, Brasil y el mundo entero hubiera querido darle al "negro Darío" en ese momento.

No faltó uno que se acercara y frotara su mano sobre la cabeza del homenajeado.

Con la mirada hacia el césped y la humildad de siempre, levantó sus brazos y el "mimo" se lo hizo la tribuna aplaudiéndolo de pie, para que él les devolviera una mirada de desbordante agradecimiento.

La última vez que la celeste había vibrado con un gol de Silva databa del 25 de noviembre de 2001, cuando convirtió uno de los tres goles ante Australia que sellaron la clasificación de Uruguay al Mundial de 2002.

En los 25 partidos de Eliminatorias que participó convirtió ocho goles y en total vistió 46 veces la camiseta de Uruguay, sacudiendo las redes 14 veces.

"Qué la tribuna vuelva a gritar mi nombre es la emoción más grande. Eso significa que uno como jugador ha hecho cosas muy importantes para Uruguay y ahora, en esta situación, también tiene una lectura diferente, creo que también es un reconocimiento como persona, ellos son el ejemplo más grande de que hice cosas buenas", agregó en medio de sonrisas y chistes constantes.

HACIA LONDRES 2012. Pero como si lo hecho en el partido no fuera suficiente muestra de la fuerza de voluntad que lo caracteriza, Darío Silva no dejó de mencionar que sus objetivos deportivos no finalizaron.

Una vez recuperado de la operación ya había anunciado que estaba practicando remo y que pretendía competir; pero el domingo dejó en claro que ahora el objetivo es poder llegar a los Juegos Paralímpicos de Londres 2012.

Lo de Darío sólo es comparable con lo que en los últimos años hizo el velocista australiano Oscar Pistorius, que corre con prótesis y registra tiempos formidables. Pero la gran diferencia es que al uruguayo no lo conocieron en el mundo entero por sus logros con la pierna ortopédica, sino que sus clásicas definiciones al palo opuesto recorrieron las pantallas del mundo entero desde sus primeras épocas.

Los compilados de imágenes con los mejores goles de su carrera abundan en internet y la gran mayoría cierra con un "Fuerza, Darío" que en su regreso no fue necesario, porque la fuerza la puso él.

En la jornada se recaudó menos de mil dólares

La fiesta del fútbol de famosos empezó con el clásico que protagonizaron ex jugadores de Nacional y Peñarol, entre ellos Hugo de León, Gabriel Cedrés, Ruben Sosa, Claudio Flores, Juan Ramón Carrasco y muchos más.

Ese fue el primer espectáculo a beneficio de la fundación "Niños con Alas", que tiene como objetivo ayudar en la lucha contra la marginalidad, con especial preocupación por los niños que la sufren no sólo en el presente, sino que pueden seguir sufriéndola por el resto de sus vidas.

Fue a segunda hora que el padrino, Darío Silva, volvió a las canchas para el Uruguay vs. Argentina. Por uruguay acompañaron a Darío: Julio Ríos, en el arco, Martín Kesman, Martín Charquero, Alejandro Figueredo, Sergio Gorzy, Pablo Francescoli, Carlos Scheck, Fabián "Fata" Delgado, entre otros, mientras que en Argentina figuraron nombres como el de Iván de Pineda, Thiany Valencia y Sebastián "Pollo" Vignolo.

En el partido se recaudaron unos 3.800 pesos en donaciones espontáneas y otros $ 10.000 por la venta de entradas, informó Marta Penadés, de la fundación Niños con Alas. "Todavía no terminamos el recuento final del dinero, pero estaremos entre $ 15.000 y $ 18.000.

"Tal vez podíamos prever un poco más, pero este era un evento muy particular", dijo Penadés.

Varios futbolistas, como Darío Silva, son padrinos de la fundación Niños con Alas y apoyan a la formación de los niños.

Este reconocimiento, o responsabilidad, implica firmar un contrato con la institución por el que se encargarán de pagar todos los gastos necesarios para la educación de un chico en alguno de los colegios que apoya la fundación durante seis años.

"Además, van a la escuela, les enseñan por ejemplo a patear, y hablan con ellos sobre valores", señaló Penadés.

Jorge Da Silveira: "Me parece admirable"

Comentarista

Lo de Darío Silva me parece admirable, un verdadero ejemplo de vida", dijo el Toto, que no pudo estar presente en el partido benéfico de Punta del Este por sus programas de televisión.

Sebastián Abreu: "Verlo así me llena de alegría"

Jugador de fútbol

Darío es ejemplar y verlo así me llena de alegría. Con estas cosas uno se da cuenta que muchas veces no valora lo suficiente", dijo el "Loco" que estuvo presente en el regreso de Darío Silva.

Ruben Sosa: "Ser un tipo alegre lo sacó adelante"

Ex jugador de fútbol

Tiene un carácter muy parecido al mío, si no viviera el fútbol con tanta alegría nunca hubiera salido adelante de la manera que lo hizo", dijo Sosita, ídolo tricolor.

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