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Las razones, las provocaciones y lo equivocado de una masacre

Guerra en Medio Oriente. La ofensiva israelí no debe haber sorprendido; pero la indignación internacional que generó, tampoco Protestas en todo el mundo, incluyendo en Estados Unidos

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THE ECONOMIST

La escala y la ferocidad de la embestida israelí en Gaza causan consternación. Las imágenes de civiles sufriendo desgarran el corazón. Pero por más deplorable que sea, la fuerza militar para silenciar los misiles de Hamas no sorprende.

Esta guerra se estuvo gestando por mucho tiempo. Desde que Israel evacuó a sus soldados y colonos de la Franja de Gaza hace tres años, los grupos palestinos de Gaza lanzaron miles de cohetes rudimentarios a través de la frontera, matando pocas personas pero alterando la vida normal en una franja del sur del Estado Hebreo. Lanzaron casi 300 entre el 19 de diciembre, cuando Hamas ignoró las súplicas de Egipto y decidió no renovar la tregua de seis meses, y el 27 de diciembre, cuando Israel comenzó los bombardeos. Aquí, Israel tiene razón al hablar de provocación.

Pese a los pocos muertos, pocos gobiernos dejarían que sus ciudades fueran golpeadas cada día por cohetes, más allá de lo ineficaces que estos sean. Más aún Israel, y más aún a menos de un mes de las elecciones. Como dijo Barack Obama en una visita que hizo en julio a una ciudad israelí: "Si alguien estuviera lanzando cohetes contra mi casa, donde duermen por las noches mis dos hijas, haría todo lo que estuviera en mi poder para frenarlo. Esperaría que los israelíes hicieran lo mismo".

Además, en estos meses, Hamas introdujo de contrabando a su bastión en Gaza más cohetes letales, con alcances mucho mayores a los anteriores. En su frontera con Líbano, Israel ya enfrenta a un actor radical que no es un Estado, Hezbollah, asistído por Irán y con un poderoso arsenal en su poder. Es comprensible que los israelíes se muestren reticentes a permitir que un peligro similar crezca en Gaza.

Pero Israel no debería sorprenderse por el torrente de indignación que ha suscitado alrededor del mundo. No solo se debe a que la gente no suele respaldar a la parte que tiene aviones F-16. En general, una guerra debe pasar tres pruebas, para ser justificada. Un país debe haber agotado todos los otros medios para defenderse. El ataque debe guardar proporción con el objetivo. Y, debe tener una chance razonable de alcanzar su objetivo. En las tres pruebas, la posición de Israel es más débil de lo que admite.

Es cierto que Israel ha soportado los cohetes de Gaza durante mucho tiempo. Pero, podría haber podido frenar los cohetes de otra manera. No es exactamente cierto que Ia única exigencia de Israel respecto de Gaza es de tranquilidad a lo largo de la frontera. Israel también ha tratado de socavar a Hamas mediante el afianzamiento de un bloqueo económico a la franja, mientras ha impulsado la economía de Cisjordania, donde Fatah, el movimiento secular palestino más complaciente, tiene su dominio. Aun durante la ahora terminada tregua, Israel impidió que, salvo un hilo de ayuda humanitaria, entrara a la franja. Por tanto, si bien Israel fue provocado, Hamas también puede sostener lo mismo. Si Israel hubiera levantado el bloqueo, Hamas tal vez habría podido renovar la tregua.

ACCIÓN. Respecto de la proporción, las cifras hablan por sí solas, hasta cierto punto. Desde que estalló la guerra, más de 850 palestinos y menos de 15 israelíes murieron. Ni el sentido común ni las leyes de la guerra requieren que Israel se desvíe de su norma habitual, que es matar cuanto enemigo pueda y evitar bajas de su lado. Hamas fue insensato al elegir una lucha desigual. Pero, de los palestinos muertos, más de un tercio son civiles. Si bien los ejércitos occidentales han matado a más enemigos y muchos más civiles en Afganistán e Irak, está en el interés de Israel reducir la matanza. Los palestinos que está bombardeando hoy, serán sus vecinos por siempre.

Este último punto se refiere a la prueba de la eficacia. Israel dijo al comienzo que, por más que le gustaría derrocar a Hamas, su actual operación tiene el objetivo más limitado de "cambiar la realidad" para que Hamas termine de lanzar cohetes a través de la frontera. Pero, como Israel aprendió en Líbano, en 2006, eso no es nada fácil de lograr. Al igual que Hezbollah, la "resistencia" de Hamas a Israel le ha dado popularidad y lo llevó al poder. Resulta improbable que ceda.

¿Israel pudo haber olvidado tan rápido la lección que aprendió en Líbano? Es poco probable. Su campaña contra Hamas tiene la intención de compensar por su fracaso relativo contra Hezbollah en 2006. Cuando aparece en el horizonte la amenaza nuclear de Irán, y con el crecimiento de la influencia iraní tanto en Líbano como en Gaza, Israel pone énfasis en recordarle a sus enemigos que todavía puede combatir y ganar. Precisamente por ese motivo, pese que habla de una campaña larga, sería más receptivo a un cese al fuego inmediato de lo que aparenta. Sus aviones han golpeado casi todos los objetivos en Gaza. Mayores logros militares serán más difíciles. Una tregua ahora, si Hamas realmente cesara su fuego, podría ser presentada a los votantes como la rehabilitación exitosa la disuasión aplicada por Israel.

El bloqueo, clave

Un cese al fuego necesita un mediador. La ONU fue desoída, Barack Obama no asumió la Presidencia en EE.UU., y George W. Bush apoya a Israel de quien espera un golpe de knock-out, que hasta ahora no se ha dado. Los analistas coinciden en que todos quienes tienen influencia deberían unirse, pero para una participación de Hamas, es necesario que se imponga el fin del bloqueo a Gaza. Por más ataques, Hamas no va a desaparecer. Por ello se debería -sostienen- apuntar a remover uno de los motivos que tiene para luchar.

La cifra

300 Misiles que lanzó Hamas a Israel desde el fin de la tregua hasta el inicio de la guerra. En ese período, no causó muertos.

Manifestaciones contra Israel

EE.UU. Unas 10.000 personas, según los organizadores, participaron en una marcha contra la ofensiva israelí en Gaza en Washington, la capital de Estados Unidos quien es el mayor aliado del Estado Hebreo en el mundo. Los manifestantes llegaron hasta la Casa Blanca y también hicieron una parada en el hotel Hay-Adams, residencia provisoria del presidente electo, Barack Obama.

Francia En este país se registraron las mayores protestas fuera del mundo árabe. En la capital, París, se congregaron entre 30.000 personas, según la policía, y 100.000, según los organizadores. En otras ciudades francesas, donde vive una importante colonia musulmana, se superaron los 90 mil asistentes. No faltaron los incidentes: en Niza fue atacado un local de la cadena de comida rápida McDonald`s y se lanzaron piedras contra el casino Ruhl "porque es judío", según uno de los manifestantes.

Gran Bretaña Desde Hyde Park a la embajada de Israel en Londres caminaron unas 100 mil personas, en un cortejo encabezado por personalidades del mundo artístico y de la izquierda política de la capital británica. Como en Francia, la policía hizo un estimativo sensiblemente menor de los asistentes: 12.000. Se produjeron enfrentamientos con las autoridades luego de que algunos de los participantes de la protesta intentaron forzar el vallado de protección que recorría la sede diplomática.

Italia Las concentraciones mayores de gente se registraron en las grandes ciudades del Norte, Milán y Turín.

Alemania Manifestaciones anti-israelíes en diferentes ciudades reunieron a 24 mil personas. En Duisburgo salieron a la calle diez mil, en su mayoría de la inmensa colectividad turca que vive en el país.

Turquía Las primeras damas de ocho países musulmanes denunciaron la ofensiva israelí y llamaron a la paz.

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