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De tal palo otra astilla

Melanie Carrasco es la número uno en tenis y Bruno Pérez la rompe jugando al fútbol

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SILVIA PÉREZ

"De tal palo, tal astilla", reza uno de los dicho más populares. Sin embargo, no siempre es así. Y hay ejemplos que lo prueban. De un gran futbolista, como fue Juan Ramón Carrasco, surgió una muy buena tenista: su hija Melanie, que tiene 14 años y es la número uno de Uruguay en su categoría.

Y de un excelente tenista, como fue Diego Pérez, apareció un volante con buenas condiciones: su hijo Bruno que juega en el Carrasco Lawn Tenis integró la selección de la Liga Interbalnearia y hace dos meses que sumó su aporte a Wanderers.

Melanie comenzó a jugar al tenis a los nueve años y hace sólo diez días que ostenta el título de ser la número uno.

"Todo empezó un día en que fuimos al San Nicolás donde había un campeonato de golf y vi que también estaban jugando al tenis. Me encantó y le pedí a mi padre para empezar. Lo hice y me siguió gustando", contó la jovencita que hoy entrena allí mismo, en San Nicolás, y en el Carrasco Polo, club al que representa cuando compite.

Sabedor de lo que es el deporte, Juan Ramón ha tomado todos los recaudos para que su hija pueda hacer una buena carrera. Melanie cuenta hoy con una profesora de gimnasia particular, psicólogo y nutricionista. "Le estamos respaldando la carrera más allá de sus condiciones", narró JR. "Pero siempre priorizando el estudio y que se divierta, que lo haga como un juego o como una pasión", afirmó Carrasco, quien no dudó en admitir que está "chocho" con la nena. "Creo que mamó el deporte en casa. Yo no sólo miro fútbol, el tenis me encanta. Ella es testigo de que miro mucho tenis. No sé jugarlo, pero sé mirarlo. Es como el periodista que opina y nunca jugó. Je. Estoy bastante orientado, lo sé ver bastante bien. Además, cuando puedo voy siempre con ella a los entrenamientos", dijo JR, quien reconoció, a su vez, el gran mérito de su esposa Claudia en la realidad que vive hoy su hija.

Melanie entrena tres horas diarias, lo que sorprendió al propio Diego Pérez y, según afirmó, no le cuesta. "Ya me acostumbré, lo único que me duele es que a veces cuando tengo torneo los domingos, no puedo ir a los cumpleaños de quince", se lamentó.

Bruno comenzó a jugar al fútbol en el Carrasco Lawn Tenis, cuando tenía sólo tres años. Juega de "10" o de "5" y hace unas semanas atrás disputó, integrando la selección de la Liga Interbalnearia, la final del primer Torneo Sub 13 según las reglas FIFA.

"Acá en el club (Carrasco Lawn) me siento como en casa", dijo el niño refiriéndose al club con el que ya lleva varios campeonatos ganados. "Pero ahora también empecé a jugar en Wanderers", agregó antes de definirse como un enganche que hace goles y también los da. Bruno también juega al tenis, pero lo que le gusta es el fútbol.

"Siempre, de entrada, le divirtió mucho más el fútbol que el tenis y además yo no le tenía paciencia como para enseñarle. De todos modos siempre me pareció que en algún momento iba a querer jugar al tenis y entonces lo que hice fue ponerlo con un profesor de tenis dos veces por semana, media horita, y que se peleara con él. Y ahora ya entrena con Filippini y los demás chicos del club", contó Diego.

"Yo lo entiendo, el fútbol es otra cosa. Tenés compañeros y se arma un clima que difícilmente encuentres en el tenis. Ha ido varias veces a jugar al interior y van todos juntos en el ómnibus. Hay gente de diferentes barrios de Montevideo, de todas las clases sociales y con otras realidades. Me parece que eso está muy bueno. Además, y conste que yo no soy ningún experto, pero me parece que tiene un talento especial para el fútbol", finalizó el baboso Diego Pérez.

"De repente me equivoco en el tono en que le digo las cosas"

Aunque Melanie no lo admitió, su padre es muy exigente con ella, tanto o más que con los jugadores de River Plate. "Uno trata de que no le llegue todo de golpe y que sepa lo que son los momentos tristes y los de alegría. Son cosas que uno le puede traspasar. Reconozco que antes era insoportable, pero ahora estoy mejor. Uno trata de transmitirle sus experiencias, aunque de repente me equivoco en el tono en que le digo las cosas. En la forma de llegarle, eso lo asumo. Pero es que la veo practicar y juega impresionante, pega cada palo... y luego no lo repite en los torneos", reconoció JR.

Ella, por su parte, aseguró que ser la hija de JR no le ha traído problemas, pero a veces tiene que tolerar a sus compañeros de liceo. "Cuando River perdió con Peñarol me decían de todo, pero yo trato de no hacerles caso", dijo la joven.

"Ser el hijo de Diego Pérez, a veces, me trae problemas"

"Voy a los partidos y grito los goles, pero nada más. No soy de esos padres que se ponen como locos", dijo Diego Pérez que se toma las cosas con mucha más calma que Carrasco. "Tengo la suerte de que le gusten los deportes, soy consciente de eso. Yo estoy encantado de que haga deporte, no me importa a lo que juegue. Los niños que no hacen deportes se encierran horas y horas con las computadoras y la televisión y les cuesta mucho más relacionarse con otros chicos", agregó el ex tenista.

Para Bruno, mientras tanto, ser el hijo de alguien tan conocido tiene sus pros y sus contras. "Ser el hijo de Diego, a veces me favorece y a veces no. Hay gente que me dice `sos el hijo de Diego, tenés mucha plata` y eso me trae problemas", contó.

Emiliano tendrá que optar entre la raqueta y los zapatos con tapones

El año que viene, Emiliano Ahuntchain deberá decidir entre el tenis y el fútbol. Es una decisión que no le resultará nada fácil porque los dos deportes le encantan y en ambos se destaca. "llega un momento en que ya no se puede seguir con las dos cosas. Si tuviera que decidirlo hoy no sabría con cual quedarme", admitió el jovencito de 12 años que el fin de semana jugó un torneo de tenis en Punta del Este.

Emiliano comenzó a jugar al fútbol en el Mirador Rosado a los cuatro años. Es volante por derecha y confesó que "soy de irme al ataque y me gusta habilitar a los demás".

Nada más lógico que el hijo de Juan Ahuntchain siguiera sus pasos futbolísticos. Sin embargo, una tarde, hace tres años, acompañó a un amigo que jugaba al tenis y le gustó la raqueta. "Ese día mi madre tuvo que llevar a mi amigo, Eduardo, a Nacional porque sus padres no lo podían llevar y me quedé a verlo. Me gustó y pedí para jugar. Empecé con una raqueta que me prestó mi primo, hasta que me compraron una", relató Emiliano.

Desde ese momento compite en tenis defendiendo a Nacional y sigue con el fútbol en el Mirador Rosado. "Por suerte nunca me coinciden los partidos. Solo una vez me pasó y fui al tenis y apenas terminó, me apuré y llegué bien al partido de fútbol. ¡Aunque esa noche estaba bastante cansado!", dijo Emiliano. "En casos así lo que hago es decidir según la importancia. Si justo el partido de fútbol es muy importante voy, si no, juego al tenis", explicó el admirador de Tabaré Viudez y el "Pelado" Martín Cáceres. Cuando se trata de tenis, en cambio, su preferido es el español Rafael Nadal.

"A mí me gustan los deportes colectivos, pero tiene que hacer lo que él quiera", dijo Juan Ahuntchain, el papá de Emiliano. "A esta edad es bueno que practiquen varios deportes, pero por ahora picotea entre los dos, va a tener que decidirse. De todos modos, creo que lo principal es que haga deporte, no importa cual", agregó el coordinador de las Divisiones Juveniles de Defensor Sporting.

"El tenis es un deporte en solitario y muy exigente. Y en este país es muy difícil poder hacer una buena carrera. Para hacerlo se tendría que ir al exterior, siendo muy joven", afirmó Ahuntchain quien dijo que su hijo tiene talento para el fútbol aunque aún le falta físico, y reconoció, a su vez, que por algo está entre los ocho mejores tenistas del país en su categoría.

Un tenista con corazón violeta

Es el tercer hijo de Juan Ahuntchain, tiene 12 años y dos hermanas mayores. Está en primero de liceo, va al colegio Santa María y no se va a llevar ninguna materia. Obviamente, es hincha de Defensor.

Un manya con personalidad

Es el único hijo de Diego Pérez, tiene 13 años y cursa primero de liceo en el Uruguayan American School. Tiene buenas notas y en inglés anda volando. Tiene gran personalidad y es hincha de Peñarol.

¡Ojo con el drive de Melanie!

Melanie es la quinta hija de JR, tiene 14 años y está en tercero de liceo. Concurre a la Sagrada Familia y es muy buena estudiante: nunca se llevó una materia. Cree que su fuerte como tenista es el drive.

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