Arturo del Campo
El presidente de Danubio no se explica por qué la policía no actuó en la cancha al comenzar los incidentes. Afirma que los clubes no pueden controlar a los violentos.
Edward Piñón
- Lo que pasó en Jardines del Hipódromo, ¿fue el hecho más violento que le tocó observar desde una tribuna de fútbol?
- Creo que sí. Aunque he visto muchos líos, sin duda que esto del domingo fue lo más desagradable.
- Le sorprendió la inacción policial?
- Absolutamente. Al punto tal que nadie me saca la idea de que lo que pasó se pudo haber evitado desde un principio y las pruebas para demostrar eso las dio la propia Policía, porque cuando se decidió entrar a la cancha el tema se terminó en un minuto.
- Teniendo en cuenta los antecedentes de los partidos entre Danubio y los grandes, ¿su club tomó las máximas precauciones en materia de seguridad?
- Las mismas que se toman en todos los partidos de esta índole. Fuimos a la Comisión de Seguridad, hablamos sobre el tema, pactamos las pautas que se iban a llevar a cabo sobre el operativo, como la distribución de los hinchas, los accesos para cada una de las barras, la cantidad de efectivos. Es más, Danubio cuando se enteró que el Estado Mayor disponía de 120 efectivos para el control del partido, ofreció pagar 50 efectivos más por el sistema del 222 y no fue aceptado.
- ¿Se le explicó a Danubio las razones para rechazar esa iniciativa?
- Se dijo que no era necesario, que con 120 efectivos estaba bien.
- Según se pudo apreciar, en la cancha nunca hubo el suficiente personal policial para prever hechos de violencia.
- Es verdad, nunca hubo policías dentro de la cancha. Cuando aparecen los primeros hinchas de Nacional en la cancha, había seis u ocho policías en el túnel y eso se nota claramente en las imágenes de televisión. Allí se los ve en una actitud claramente pasiva, cuando enfrente de ellos había una guerra campal. Esperaron un momento para actuar y no sé cuál era el momento para hacerlo o por qué aguardaron. Además, cuando quisieron ponerle punto final lo hicieron, lo que demuestra que estos temas son prevenibles, subsanables. La Policía cuando quiso terminó el tema con diez u once efectivos, no es que se fue de las manos y se pudo haber evitado. Hay problemas que son de diferente índole, pero este es claramente de pasividad de la Policía que averiguaremos a qué obedeció.
- Se enteró de la supuesta determinación de la ministra del Interior, Daisy Tourné, de que la Policía no tomaría más cartas en el asunto de la seguridad interna de las canchas.
- Sí, me llegó esa versión de que había una serie de desavenencias entre las autoridades del Ministerio y la AUF y sobre todo después de este tema. Pero esa desinteligencia no puede determinar que cuando hay ocho policías observando una trifulca no actúen.
- ¿Qué sintió cuando empezó a ver la batalla campal?
- Jardines es nuestra casa. Gastamos mucho dinero en cuidarlo, en tenerlo prolijo, con baños adecuados para los espectadores y cuando vemos invadir y romper Jardines de esta manera, lo primero que sentimos es que están atacando nuestro hogar.
- ¿Considera que es posible manejar la situación de los violentos del fútbol uruguayo?
- Yo digo que en este caso era absolutamente manejable y eso lo tenemos en claro todos, e incluso la misma gente de la Policía. Porque acá tampoco hay que generalizar. Resulta que había determinada gente dentro de la cancha que no cumplió con su cometido o tal vez sí, quizás eso es lo que hay que averiguar. El tema es de dónde vino la orden de dejar que se peguen, dejar que haya destrozos, de no actuar. Si fue una orden premeditada, o un mando medio o los mismos policías los que determinaron no actuar.