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"T llamo después. Toy manejando"

| Tránsito. Leer y escribir mensajes de texto al manejar es más peligroso que hacerlo alcoholizado o drogado, concluyó un estudio. Los conductores pierden de vista el 50% las señalizaciones viales

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El País

ANA PAIS

La multa por manejar borracho o drogado es de $ 5.500 en Montevideo, mientras que hacerlo mandando un mensaje de texto vale $ 550. Sin embargo, un estudio indica que en el tránsito los SMS son más peligrosos que el alcohol y la marihuana.

Suena el ringtone del mensaje del texto. El conductor busca el celular, lo agarra y lee el SMS. Piensa y responde, para volverlo a guardar. En esos segundos la capacidad de reacción de la persona al volante disminuyó un 34,7%, según un reciente estudio de la RAC Foundation for Motoring.

Al contrario de la idea generalizada, la institución británica demostró que los reflejos de los conductores se reducen en un 12,4% si manejan con más alcohol en la sangre del permitido y en un 21% si están bajo la influencia de la marihuana.

De hecho, leer y escribir mensajes de texto en el tránsito es un factor de distracción mayor que atender una llamada por manos libres (26,5%), aunque no supera una conversación por celular con teléfono en mano (45,9%), concluyó la investigación realizada a jóvenes entre 18 y 25 años.

"Las drogas psicotrópicas enlentecen el tiempo de reacción, pero fundamentalmente sacan al cerebro de foco de lo relevante", explicó Arturo Borges, director del Instituto de Seguridad y Educación Vial, sobre el funcionamiento selectivo del cerebro. "Si lo estoy interfiriendo en la toma de decisiones, el manejo (que por lo general es instintivo) se va a ver afectado por leer o mandar un SMS", continuó.

Los técnicos en seguridad vial coinciden en que lo ideal sería que los conductores apagaran el celular. Pero como señaló Ileana Poloni, psicóloga y directora del Centro de Estudios del Tránsito del Uruguay (CETU), "el celular está dentro de las adicciones, es una prolongación de la persona como el auto y el cigarro, y como tal trae consecuencias a nivel orgánico, físico y psicológico. Hay estudios que dicen que si quitás el celular pueden llegar a un grado descompensación importante porque es la pérdida del control".

Por eso, muchos conductores no resisten la tentación de apoyar el celular sobre el volante para leer y/o escribir mensajes de texto, mientras atienden de reojo al tránsito.

El estudio de la RAC Foundation también demostró que la capacidad de mantenerse en un mismo carril disminuye un 35% entre los conductores que consumieron marihuana. En cambio, los que escriben mensajes pierden el control del volante en un 91,4%.

La circulación errante se debe a que "es imposible hacer una actividad sin que esté en desmedro de la otra -dijo Borges-. Es distinto si estoy mirando la televisión o conversando con otro y respondo un SMS, aunque igual el cerebro no soporta" ambas acciones.

Poloni agregó que un estudio español comprobó que los conductores pierden casi el 50% de las señalizaciones viales mientras mandan mensajes.

Aprovechar las luces en rojo para leer o responder tampoco es una solución. "Para reincorporarse al tránsito, entre que dejan de contestar y arrancan el auto, el sistema nervioso central demora entre tres y cuatro segundos. Es muchísimo tiempo", dijo Poloni.

Y ejemplificó con la "ley de los dos segundos", que es la distancia que se debe mantener del vehículo delantero para poder hacer una maniobra que evite un accidente de tránsito.

Según la directora del CETU, "el celular es como el alcohol: no son buenas compañías para el conductor".

En cambio, Omar Rodríguez, director de la Unidad de Seguridad Vial (Unasev), fue bastante categórico sobre la investigación: "Todo lo que sea una imprudencia es una falta, una potencial chance de tener un siniestro de tránsito. No lo mediría, es lo mismo".

DESATENCIÓN. Gerardo Urse, director de la División Tránsito y Transporte de la Intendencia de Montevideo, dijo que "tendríamos que hacer una evaluación técnica para actualizar la normativa y el tipo de sanción que se aplica en este tipo de casos. Hoy está penalizado sólo como imprudencia".

Manejar con un perro en la falda o tomando mate vale los mismos $ 550 de multa que hablar o escribir con el teléfono móvil.

Del promedio de 15.000 sanciones que pone cada año la comuna capitalina por imprudencia, un 99% corresponde a conductores que usan el celular, informó Facundo Pérez, también de Tránsito.

Si bien Urse dijo que es necesario estudiar cuántos accidentes son provocados por este tipo de distracciones, adelantó que en la Intendencia no tienen registro de que sean una causante protagonista en los accidentes graves.

Para Rodríguez, "la situación se ha generalizado porque todos tenemos un celular a mano. Pero cuando estamos conduciendo, primero que nada, no deberíamos usarlo. Pero si lo vamos a atender, tendríamos que desarrollar la cultura de estacionar antes".

El director de la Unasev resaltó que "muchos siniestros se pueden evitar y más todavía las lesiones por los siniestros simples. Sólo hay que tomar acciones". Según datos oficiales, en el 96% de los accidentes la culpa es el factor humano.

"Las nuevas tecnologías en vez de jugar a favor, son elementos totalmente opuestos a la finalidad del tránsito que es moverse con seguridad", dijo Borges. Y aunque es probable que demore en llegar a Uruguay, Chrysler parece haberle dado la razón: la compañía ya anunció que en 2009 sus modelos tendrán conexión inalámbrica e Internet.

Las cifras

34,7% Es la disminución en la capacidad de reacción de los conductores cuando leen o escriben mensajes de texto, según un estudio.

91,4% Es la pérdida de control del volante para quienes redactan SMS al volante. Para una persona que consumió marihuana es del 35%.

"Es el que más infringe las normas de tránsito"

Camina mirando la pantalla del celular mientras escucha música en su reproductor: es el "peatón tecnológico", un nuevo peligro en las calles.

El director de la División Tránsito y Transporte de la Intendencia capitalina, Gerardo Urse, dijo que "el principal problema en el peatón es la distracción porque hoy en día en las calles de Montevideo es el que más infringe las leyes de tránsito. Cruza más los semáforos en rojo que el auto y atraviesa la calle en cualquier parte...", ejemplificó.

Por eso, para Urse "el estar escribiendo mensajes de texto y caminando al mismo tiempo aumenta la capacidad de infringir las normas".

Según la Fundación Española de la Seguridad Vial, estos peatones de cabeza gacha, oídos ocupados y mente distraída tienen entre un 30% y 40% más de riesgo de sufrir un accidente.

La directora del Centro de Estudios del Tránsito del Uruguay (CETU), Ileana Poloni, contó que no sólo los peatones circulan escribiendo SMS, sino también los ciclistas y motociclistas. "Ya de por sí son los tres actores más desprotegidos del tránsito. Si a eso le sumamos los mensajes de texto, entran todavía más en la franja de riesgo", dijo.

Los peligros del uso del celular tanto en el peatón como en el conductor de vehículos son los mismos, sostuvo Poloni. La diferencia está en las consecuencias.

"No es lo mismo que estés escribiendo un mensaje cruzando por la mitad de una cuadra, a que lo hagas manejando a 80 kilómetros por hora. Las consecuencias del siniestro son distintas. El peatón puede ser atropellado o muerto, pero depende de un agente externo que es el conductor. La consecuencia con quien maneja es mucho más grave porque justamente está llevando el vehículo y si le sumamos la velocidad, la fatalidad que puede pasar es tremenda", explicó la directora del CETU.

La calle ni la cebra "son la continuación de la vereda, había dicho Arturo Borges, director del Instituto de Seguridad y Educación Vial, hace unos meses a El País sobre el uso de celulares y reproductores de música en la vía pública.

Para él, su utilización "forma parte de la formación del individuo, que define cuál es el riesgo que acepta".

No obstante, no existen sanciones para los peatones tecnológicos. En Estados Unidos, un senador estadounidense presentó el año pasado un proyecto de ley donde proponía multar con US$ 100 a quienes caminaran por la calle o anduvieran en bicicleta por Nueva York utilizando un reproductor de música, un celular, una agenda electrónica o un videojuego. La propuesta no fue aprobada.

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