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D. ISGLEAS / D. FERREIRA

A pocas horas del inicio de la ronda salarial, el Pit-Cnt disparó contra el sector empresarial. La central atacó a las patronales acusándolas de la inflación y les pidió que admitan el "error histórico", de haber apoyado el golpe de Estado.

El director del Instituto Cuesta-Duarte (la referencia económica de la central obrera), Ruben Villaverde, señaló a las cámaras empresariales, y particularmente a la Cámara de Comercio de haber acordado la desestabilización del gobierno "desde el terror de las góndolas".

Acusados de operar políticamente a favor de la oposición, los delegados de la Cámara de Comercio prefirieron la mesura para no enturbiar el clima ante el inicio de los consejos de salarios, previsto para el martes.

Las críticas "van por cuenta de quien las dice. Sería muy malo retrucar con otra cosa que también se puede decir muy dura", señaló el dirigente de la Cámara de Comercio en los consejos de salarios, Julio Guevara.

Los dichos de Villaverde fueron en sintonía al tono áspero y duro con el que la central se refirió a las patronales en el acto de ayer, recordatorio del golpe de estado de 1973.

La movilización con acto incluido tuvo su oratoria enfocada directamente contra los empresarios, según lo expuesto por los dirigentes Luis Puig y Óscar Andrade, que oficiaron de oradores.

"Es hora de reconocer el error histórico de haber apoyado la dictadura. Todavía están a tiempo", pidió Puig, un empleado de la Compañía del Gas conocido por su dureza como negociador con las patronales, que milita en el Partido Por la Victoria del Pueblo (PVP). Desde el estrado ubicado frente a la sede de la Federación Rural del Uruguay (FRU) y ante una multitud que colmaba varias cuadras de la avenida 18 de Julio, en esos términos Puig les habló a los "señores de las cámaras empresariales".

Andrade, dirigente de la construcción (Sunca) y de filiación comunista, fue más directo cuando aludió al ex presidente de la gremial agropecuaria, Rodrigo Herrero, citando afirmaciones suyas en el último congreso de la FRU, cuando dijo que el empresario "criticó salvajemente a los avances laborales" porque las negociaciones dieron lugar a la formación de sindicatos en los establecimientos rurales. "Qué horrible", ironizó Andrade. Y a continuación lo fustigó porque Herrero sostuvo que en el campo el estanciero y el peón son lo mismo, y que en general los productores se opusieron a la ley que fija la jornada rural. Del mismo modo, Andrade lo convocó a que "estancieros y peones cambien (de roles) y demuestren que son la misma cosa". Y en general, dijo que los sectores agroexportadores del país "pesan la plata en carretilla".

Herrero declaró su sorpresa por la referencia a que la Federación apoyó el golpe. Recordó que quizás no sea conocido pero la Federación "tuvo dirigentes presos" durante la dictadura, y "serios problemas" en esa época. Recomendó a los sindicalistas que "miren un poquito para adentro antes de acusar de algo tan serio y sin fundamento a la institución" porque declaró que, según le comentaron, "algunos sindicalistas habían salido a festejar cuando se enteraron del golpe".

"HACÍAN COLA". El Pit-Cnt recordó ayer con un paro general parcial el inicio de la huelga general de 35 días que convocó la central para oponerse al golpe de Estado. Bajo la consigna "Mejor y más distribución de la riqueza, más democracia", el Pit-Cnt dispuso la medida, la segunda de este año, a la que el transporte adhirió sin cese de actividades.

"Aquel 27 de junio las cámaras empresariales, la Asociación Rural, la Cámara de Industrias y (la) de Comercio hacían cola para saludar a los golpistas", aseguró Puig, en una referencia muy aplaudida por la platea.

Mientras, Andrade valoró la "conducta" del movimiento sindical por su "movilización en defensa de la democracia" cuando el gobierno del ex presidente Jorge Pacheco Areco aprobó con venia del Parlamento el establecimiento de las medidas prontas de seguridad pero, otra vez, atacó a los empresarios. Al otro día de esa medida, recordó Andrade, "las Cámaras se reúnen con el gobierno de Pacheco Areco para felicitarlo por instalar medidas prontas de seguridad", a la que llamó "la primera medida del quiebre institucional" de junio de 1973. "Y las Cámaras también lo felicitaron" a Pacheco Areco, afirmó Andrade, cuando dijo que en 1968 ese gobierno "congeló los salarios".

A pesar de algunos cuestionamientos hacia las políticas contra la pobreza, la salarial, la de reforma estatal y la de asociación de las empresas públicas, al gobierno le tocaron pocas críticas.