Paro a medias del Pit-Cnt

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El Pit-Cnt exige desde esta mañana cambios en la Rendición de Cuentas durante el paro general que realiza en la jornada de hoy.

Sin embargo este paro será con ómnibus en la calle, atención normal en los bancos y en los hospitales. Sólo la educación pública y privada quedará paralizada por 24 horas.

La central obrera marchó desde esta mañana por la avenida 18 de Julio en una movilización que comenzó en la explanada de la Universidad, con un hecho poco usual: habló el rector Rodrigo Arocena.

Arocena reclamó el 4,5% del PBI para la enseñanza, para fomentar las áreas de extensión, investigación, salarios y la propia educación en la Universidad de la República.

Entre algunas carencias, mencionó la necesidad de aumentar los salarios de los funcionarios docentes y no docentes "más cerca de lo que debieran ser" y realizar un trabajo de plan de obras a largo plazo "que den cabida a los estudiantes".

Otros reclamos fueron la anulación del artículo que define como delito la sedición, como también ratificaron su intención de no participar del "día del nunca más" convocado para el 19 de junio por el presidente Tabaré Vázquez. Por último se ratificó la intención de anular la ley de Caducidad.

La marcha pasó luego frente al Ministerio de Economía y terminó en la Plaza Libertad.

La confrontación del Pit-Cnt con el Ministerio de Economía genera divisiones en el seno del Frente Amplio. En Asamblea Uruguay se observa como inadmisible que las críticas se centren sólo en el ministro Danilo Astori, pero legisladores de otros sectores ven como "legítimos" los reclamos sindicales.

Con este panorama, algunos legisladores del Frente e integrantes del Poder Ejecutivo tienen inquietud ante la posibilidad de que los gremios de la educación declaren la huelga general y que los estudiantes salgan a la calles, dijeron a EL PAÍS fuentes oficiales. Por eso, Astori y el presidente Tabaré Vázquez transmitieron ayer a los ministros que -como líderes sectoriales- "alineen" a sus legisladores detrás del proyecto del gobierno. Astori está preocupado por posibles modificaciones.

EL PAÍS

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