SILVIA PEREZ
Hace ya 33 años que Atilio Ancheta vive en Brasil. En este momento tiene una escuela de fútbol para niños de 6 a 14 años y está trabajando en la grabación de "Suavemente Latino", su tercer CD. Hace doce años que el ex zaguero se dedica a la música, aunque en realidad siempre cantó: "desde mis épocas de futbolista. Cantaba boleros y al público, que eran mis compañeros, le gustaba".
Pero el contacto con Santo Antonio da Patrulla, la ciudad ubicada a 70 kms de Porto Alegre, donde vive actualmente el ex tricolor, no fue para hablar de música, sino para recordar un hecho acontecida en el año 1973 cuando Ancheta, que había sido citado, no integró la selección uruguaya que se preparaba para el Mundial de Alemania, y fue muy criticado por ello.
Hoy, con la intención de algunos jugadores celestes de renunciar a la selección, el tema vuelve al tapete. Aunque el caso de Ancheta fue muy diferente. Cabe recordar que el futbolista había jugado, cumpliendo una destacada actuación, el Mundial de México en el año 70, oportunidad en que los celestes finalizaron en cuarto lugar. En el 73, cuando la selección uruguaya comenzó a prepararse para el Mundial de Alemania 74, Ancheta estaba jugando en Gremio y acababa de obtener el balón de oro, como el mejor jugador de Brasil de ese año. "Mi caso fue diferente al de estos muchachos. Fui citado y quería estar, pero se trataba de un tema económico. En ese momento, en Gremio yo ganaba un sueldo de 2.500 dólares y en la selección me daban sólo 1.000. Yo les expliqué que quería estar de cualquier manera, pero que necesitaba ese dinero porque acababa de comprar un puesto de gasolina y tenía que pagar las mensualidades. En Uruguay me ensuciaron mal, los dirigentes decían que yo no quería ir y que pedía mucho dinero. Empezaron a tratarme de mercenario, a decir que no venía porque prefería la plata que me daba Gremio y la gente lo tomó muy mal. Me llamaron mis padres, desesperados, a preguntarme qué me había pasado porque ellos sabían que yo era muy patriota".
Con las cosas así, Ancheta viajó a Uruguay para aclarar las cosas con los dirigentes de la Asociación. Venía dispuesto a encontrar una solución porque quería estar en el Campeonato Mundial de cualquier manera. "Cuando llegué a Montevideo, me fui directo al Estadio Centenario. Se jugaba un partido, que no recuerdo cual era, pero los dirigentes estaban allí. Tuve que esperar que terminara y nos fuimos al apartamento de uno de ellos para conversar. No los nombro porque ya están muertos y no está bien hablar de los muertos. Les propuse que me dieran los 1.500 dólares que faltaban para completar al sueldo de Gremio y que yo, en 4 o 5 meses se los devolvería. Les dije que me estaban desprestigiando y llegamos a un acuerdo. Hicimos un papel y lo firmamos todos. Pero me sucedió algo terrible, yo estaba tan nervioso, porque quería estar en el Mundial de cualquier forma, que me olvidé del papel en lo del directivo. Fue así, lo juro por mis hijos. Sin darme cuenta me fui loco de la vida de vuelta para Brasil y cuando pasé la frontera en el Chui, compré el diario y casi me muero. Un gran titular decía: ‘Imposible arreglar con Ancheta. Pide mucho dinero, mientras que Jauregui viene gratis’. Me puse a llorar, no lo podía creer. ¿Qué podía hacer? Seguí viaje hacia Porto Alegre. Aquello me dolió mucho. Meses después, durante el Mundial, miraba los partidos por televisión y sufría como loco. Recibimos varios goles de cabeza y yo pensaba que conmigo en la cancha hubiera sido otra historia".
Esa dolorosa experiencia marcó a Ancheta de por vida y según dice, también lo perjudicó en su carrera, porque jugar un Mundial siempre es algo trascendente. "Lo único que yo deseaba en ese momento, era que, frente a una cámara de televisión me pusieran, a mí y a esos dos dirigentes, un detector de mentiras. Si yo mentía, estaba dispuesto a que me metieran preso por 30 años. Por todo eso que me pasó es que hoy siento una gran pena por los muchachos que no quieren estar más en la selección. No los puedo entender, y además, para renunciar, deberían esperar a ser convocados, porque ellos no saben si para la próxima instancia los van a llamar y de esta forma, le están faltando el respeto a otros jugadores que actúan en su puesto. La selección siempre fue lo más importante para mí, y sufrí mucho por quedar afuera en esa oportunidad. Eso del 74 quedó muy marcado. Yo no haría lo que están haciendo estos muchachos. Uruguay siempre estuvo primero en mi corazón y sigue estándolo. Es más, si me convocan hoy, con 56 años, voy y juego".