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Gobierno defiende instalación de la planta de celulosa

| Latchinian dijo que "la peor solución que se puede buscar para el ambiente es prohibir las industrias"

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La alarma que generó en Argentina la instalación sobre la costa del río Uruguay, en Río Negro, de una planta de celulosa, alegando motivos ambientales es vista por el gobierno uruguayo como una excusa para proteger otros intereses.

El vicepresidente Luis Hierro; los ministros Saúl Irureta (Vivienda) y Didier Opertti (Relaciones Exteriores); el titular de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), Aramis Latchinian, y el intendente de Río Negro, Francisco Centurión coincidieron con esa posibilidad.

Hierro dijo que "no suena justa" la posición argentina porque "este emprendimiento va a significar una muy cuantiosa inversión (...) Me preocupa que tras el reclamo ambiental haya otro tipo de intereses. Para Uruguay es estratégica la instalación de una planta de esta índole".

Latchinian dijo que le llama la atención que tanto Argentina como Chile tienen plantas de celulosa y no han generado esta movida, lo que demuestra que podría haber otros intereses. "Si estas presiones tuvieran éxito se estaría prohibiendo que la industria de la celulosa se instalara en Uruguay y se sentaría un mal precedente porque el país demostraría ser sensible a presiones".

Añadió que la Dinama analizó durante varios meses el estudio de impacto ambiental presentado por la empresa y le puso una cantidad importante de condiciones que deberá cumplir.

Entre ellas, se la obliga a colocar colmenas y plantas que crecen sobre la superficie que son sensibles a la contaminación.

Agregó que "la peor solución que se puede buscar para el ambiente es prohibir las industrias, eso es impracticable con este nivel de desempleo".

Irureta, en tanto, manifestó su confianza en la gestión de la Dinama. "Después de 15 años de pagar subsidios para medio millón de hectáreas de materia forestal, cuando aparece una empresa dispuesta a invertir, hay que depositar toda la confianza en la Dinama y que se tomarán las precauciones del caso", dijo.

Irureta aseguró que "el intendente de Gualeguaychú es candidato, y como sucede en estas circunstancias, se levantan dificultades y alarma pública que no responden a un problema real, pero que sirven como tema electoral", enfatizó.

ARGENTINA. El ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Rafael Bielsa, al participar ayer de la reunión de cancilleres del Mercosur dijo que el informe de impacto ambiental de la empresa mencionaba "una serie de deterioros del ecosistema un poco alarmistas". Agregó que Uruguay "que es sexto en el mundo en preservación ambiental, se opondría a la instalación de la planta si fuera contaminante".

Bielsa negó la interferencia de Argentina en asuntos de Uruguay: "Somos países hermanos. Me parece que cuando usted tiene a 14 cuadras de distancia una ribera de la otra y cuando tiene poblaciones preocupadas lo mejor que se puede hacer es quitarle la preocupación".

El canciller señaló que la propuesta de impacto ambiental de la empresa debe ser enviada al comité específico por el tratado del río Uruguay.

En respuesta, Opertti, dijo que se trata de una obra nacional, en territorio uruguayo, sobre territorio uruguayo y bajo soberanía uruguaya. Por lo tanto no es competencia de la comisión binacional que trata temas conjuntos.

El intendente de Río Negro, Francisco Centurión dijo que el gobierno uruguayo no dará autorización a ninguna instalación "que ponga en riesgo la cualidad del territorio y su ambiente".

Añadió que Uruguay no ha puesto ninguna dificultad a instalaciones similares en la Cuenca del Plata. Se refirió así a plantas argentinas sobre el río Paraná y el río Paraguay.

Rechazan injerencia

El Directorio blanco aprobó por unanimidad una declaración donde se rechaza "todo acto de injerencia por parte de cualquier estado en los asuntos internos de Uruguay" y ratificó su apoyo "a la cooperación internacional y binacional pero sin efectuar concesiones en lo referido a la soberanía nacional".

El precandidato blanco Sergio Abreu —que compareció ante el ejecutivo blanco para analizar el tema— argumentó que el problema tiene que ver con el clima de campaña electoral que se vive en la vecina orilla. "Esta es una fábrica que va hacer una inversión de U$S 500 millones —la segunda en la historia del Uruguay después de Salto Grande— y que requerirá 3.000 puestos de trabajo, directa e indirectamente, en los próximos años", concluyó.

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