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Travesuras de cachorros que pueden resultar muy peligrosas y terminar en tragedia

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Foto: Archivo El País

SALUD ANIMAL

Alimentos y sustancias tóxicas al alcance de sus patas y hocicos. ¿Con qué productos hay que tener cuidado? ¿qué pasa si ingieren remedios para humanos?

Rompen, muerden, no prestan atención, ensucian, se emocionan por demás, escarban en la basura, comen y vuelven a romper. A pesar de todo eso y bastante más, los cachorros llevan miles de momentos de alegría a los hogares. Pero más allá de todas las cosas lindas, las familias deben saber que tener una mascota es una gran responsabilidad.

Los que tienen animales en casa ya saben por qué y, los que no, deben tener en cuenta que ante la presencia de una mascota probablemente sea necesario modificar algunas costumbres o cambiar de lugar ciertas cosas por la seguridad de todos. Ya no se podrá dejar ni un caramelo sobre el sillón, descuidar el tacho de la basura o tomarse un remedio y dejar la tableta en el borde de la mesa.

Hay perros y gatos que son tranquilos, pero otros que parecen no dar tregua: rompen zapatos, muebles y comen casi cualquier cosa. Aman hurgar en la basura y “robarán” lo que esté a su alcance cuando tengan la oportunidad, sin importar que sea medio limón, un blíster de pastillas para dormir de su dueño, un par de medias o un caramelo con envoltorio y todo. En algunos casos la situación no pasa a mayores, pero en otros la travesura puede transformarse en un mal momento, o incluso, en el peor de los momentos.

Perros y gatos pueden llegar a vivir hasta dos décadas, hacer el duelo es lo más difícil.
Foto: archivo El País

Alejandro Benech, profesor titular del Departamento de Pequeños Animales en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República, explicó que, “por las características comportamentales de perros y gatos, durante el juego los perros tienen la costumbre de masticar objetos, con el riesgo de tragar algún pedazo, mientras que los gatos son más de jugar con las patas, como si estuvieran cazando. Por otro lado, en el caso de que sea algo comestible, el gato selecciona más lo que come”.

¿Con qué alimentos hay que tener cuidado?

Hay alimentos que pueden ser peligrosos para los animales. La berenjena es uno de ellos: cuando está cruda contiene un alcaloide llamado solanina que puede afectar al sistema circulatorio, “por lo que es potencialmente tóxica” para humanos y perros.

“Se ha visto reacciones alérgicas en algunos animales, por lo que se recomienda darles poca cantidad al principio y observar la reacción”, detalló Benech. La solanina también está presente en la cáscara de papa y los tomates.

La cebolla y el ajo pueden producirles anemia, ya que contienen moléculas que promueven la oxidación de los tejidos y por lo que tienen efectos tóxicos. La dosis tóxica de cebolla en los perros es de 15 a 30 gramos por kilo y en gatos es de cinco gramos por kilo.

Las cerezas y manzanas no son tóxicas, pero sí sus semillas: contienen cianuro y pueden causar efectos neurotóxicos como mareos, vómitos, dificultad respiratoria y muerte. Las pasas de uva también pueden producir falla renal en perros y gatos. En cuanto a la leche entera, como los perros y gatos adultos no tienen buena cantidad de lactasa (enzima que degrada la lactosa de la leche), puede ocasionarles diarrea.

Foto: Archivo El País
Foto: archivo El País

El chocolate también es peligroso: Benech explicó que contiene un alcaloide llamado teobromina que produce efectos en los sistemas nervioso, digestivo y circulatorio, produciendo nerviosismo, taquicardia y jadeos. La dosis tóxica de chocolate es de 100 a 200 miligramos por kilo; el chocolate negro es más tóxico.

Aunque son amados por los perros, los huesos son peligrosos: al masticarlos se pueden astillar y dañar el tubo digestivo, sobre todo los huesos de pollo. Los huesos de costilla del corte del asado, que son cuadrados, puedan quedar trancados en el esófago.

El peligro de dejar medicamentos al alcance.

Los remedios más comunes en los hogares son los analgésicos y aunque también se usan en veterinaria, algunas formulaciones que se usan en humanos son tóxicas para animales.

El paracetamol, por ejemplo, puede causar daño hepático y renal y hemólisis. A los gatos puede causarles ulceraciones en el estómago y hemorragias internas, además de falla renal y hepática. La dosis tóxica se estima en 150 miligramos por kilo en perros y 50 miligramos por kilo en gatos, detalló Benech.

El ibuprofeno puede producir vómitos, diarreas, temblores, convulsiones, insuficiencia renal y hasta la muerte. La dosis de 400 gramos para una persona corresponde a 100 veces la dosis para un perro pequeño. La aspirina puede causar graves trastornos estomacales en perros y gatos. En perros se observaron úlceras y vómitos, anemia, heces oscuras, depresión respiratoria, convulsiones, coma y muerte. Los gatos son más susceptibles de intoxicarse con aspirina que los perros, señaló el médico.

“Al igual que con los niños, con las mascotas hay que tener cuidado con las cosas que se dejan a su alcance. Si quedan solos en casa, lo ideal es que sea en un lugar cercado, con juguetes comestibles”, concluyó el veterinario.

Si bien los analgésicos son los medicamentos más comunes, en los hogares también pueden quedar al alcance de nuestras mascotas otros fármacos que, en caso de ingesta, pueden causar efectos diversos. Benech puso algunos ejemplos.

El Tramadol, que es un analgésico opioide de corta duración y que se utiliza en algunos procedimientos veterinarios, puede llegar a ser tóxico para perros y gatos, causando vómitos, temblores o provocar al colapso cardiovascular.

Los antidepresivos, si bien también se usan para tratar animales con trastornos de conducta, pueden llevar a la depresión del sistema nervioso central, vómitos y en algunos casos, agitación, alteración de la conciencia, hiperreflexia e hipertermia.

En cuanto a las Benzodiacepinas (Valium), hay un alto porcentaje de perros que al ingerir diacepam se agitan en vez de sedarse. Este tipo de medicamentos pueden causar letargo severo, falta de coordinación y respiración más lenta. En los gatos, algunas formas de las benzodiacepinas pueden causar insuficiencia hepática.

La lista podría seguir, pero lo importante es guardar bien todo remedio para prevenir, antes que curar.

¿Qué pasa si la mascota come en exceso su alimento?

Más allá de las cosas que pueden hacerles mal, también es peligroso que las mascotas coman demasiado de su alimento, cosa que suele suceder con algunos perros.

Si son cachorros, lo más común es que vomiten, tengan malestar pasajero y diarrea, sostuvo el veterinario Benech. Pero con perros adultos puede haber situaciones serias como hepatitis o pancreatitis.

“Algo no deseable es que los perros coman comida de gato y viceversa. La de gatos tiene más grasa y un porcentaje de proteínas mayor que la de perros. Además, cada especie tiene sus aminoácidos esenciales y si no comen la comida diseñada para su especie puede llegar a tener deficiencia y desarrollar alguna enfermedad”, explicó.

El peligro de los caracoles, sapos y más.

En el parque o en el jardín, también hay que tener cuidado: Benech señaló que hay ciertos animales que se encuentran en los jardines y contienen toxinas que pueden producir un efecto alérgico en perros y gatos si los comen: caracoles, sapos, abejas, etc., algunos más peligrosos que otros.

No es frecuente que por comer un animal perros y gatos puedan intoxicarse, pero tampoco es imposible”, sostuvo,. Lo que sí es frecuente es que los perros y gatos se intoxiquen con venenos para caracoles o ratas puestos en los jardines.

En cualquier caso, “una manera casera de producir el vómito en caso de ingesta inmediata de algún tóxico es meterle un puñado chico de sal gruesa en la garganta: la irritación producirá el vómito”. También se puede lograr el vómito con agua oxigenada en la garganta, explicó el experto.

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