Por estos días, mientras Uruguay consolida su presencia en la escena tecnológica regional, algunas iniciativas empiezan a mostrar que el futuro de la innovación no vendrá únicamente del software tradicional ni del crecimiento orgánico de las empresas existentes. Vendrá, sobre todo, de la innovación abierta: la capacidad de construir nuevas soluciones, nuevos negocios y nuevos ecosistemas a partir de la colaboración, la mezcla de talentos y la apertura a ideas que trascienden los límites de una sola organización.
Uno de los emprendimientos que mejor simboliza este movimiento es Montevideo Tech Ventures (MTV), el nuevo venture studio impulsado por Qualabs. Pero más que una apuesta empresarial, su nacimiento es —como explica su CEO, Juan Pablo Saibene, en la entrevista— la consecuencia directa de una trayectoria marcada por la reinvención constante y la convicción de que la innovación se multiplica cuando se comparte.
De una casa familiar a un laboratorio de ideas
Saibene recuerda los comienzos de Qualabs con sencillez: una casa, una familia extendida, un equipo que hacía del living su centro de operaciones. “Todo era muy casero, muy de familia. Con esa mezcla entre caos organizado y entusiasmo que te da empezar algo propio”, describe.
Con el tiempo, Qualabs dejó de ser un emprendimiento doméstico para convertirse en un actor relevante dentro del ecosistema global del video y el streaming. El crecimiento fue tan acelerado que la empresa llegó a duplicarse año a año. “No existía el statu quo”, dice Saibene. “Siempre estábamos en movimiento, construyendo lo que venía después”.
Ese movimiento permanente fue transformando a la empresa en algo más que un proveedor tecnológico: en un punto de observación privilegiado para entender hacia dónde se dirige la industria. Y, al mismo tiempo, en un generador constante de ideas que no siempre podían encajar dentro del negocio central.
“Cuando aparecen soluciones o ideas demasiado nuevas, que requieren otra estructura o implican riesgos distintos, te encontrás con un dilema. ¿Qué hacés con eso? Si no creás un espacio aparte, se pierde”, afirma.
Nace Montevideo Tech Ventures
La respuesta a ese dilema fue Montevideo Tech Ventures, un venture studio diseñado para pensar a diez años, incubar nuevos proyectos, acompañar emprendedores y construir productos globales desde Uruguay. Saibene lo define como un “vehículo necesario” para canalizar oportunidades que en el día a día de una empresa de servicios no podrían desarrollarse.
Pero detrás de MTV hay mucho más que un modelo operativo: hay una visión. La idea de que Uruguay tiene las condiciones —talento, escala, reputación en servicios globales— para transformarse en un nodo relevante de la industria media-tech, una de las que más rápido evoluciona en el mundo.
Esa ambición también se refleja en la proyección internacional del propio Saibene, quien en un post difundido en LinkedIn destacaba recientemente cómo Uruguay puede aportar a la conversación global sobre innovación, y en una entrevista con Forbes Uruguay donde señalaba que la industria del video está en medio de “una de las transformaciones más grandes de las últimas décadas”, con espacio para que nuevos actores emergentes se inserten si logran moverse al ritmo del cambio.
El tipo de innovación abierta que propone Saibene
En la entrevista, Saibene plantea una visión de innovación abierta que no depende solo de convocar emprendedores externos o invertir capital, sino de integrar capacidades diversas en un proceso común de creación. Entre los modelos posibles —aceleración, incubación, venture capital, alianzas externas— el equipo decidió comenzar por el company building, un formato en el que el venture studio diseña y desarrolla startups desde cero.
No fue una decisión basada en niveles de riesgo o en comparaciones con otros modelos, sino en una necesidad práctica: antes de salir a buscar inversión de terceros o abrir programas para emprendedores, querían un entorno donde pudieran tener más control y, sobre todo, aprender con mayor velocidad.
“Esta es la primera vez que nos ponemos a construir otras startups, y queríamos hacerlo en un espacio que nos permitiera equivocarnos, iterar y entender el proceso sin la presión de comprometer capital externo en esta fase inicial”, explica Saibene.
Más adelante, sí ven un camino natural hacia modelos mixtos, pero el punto de partida —recalca— tenía más que ver con aprendizaje estructurado que con riesgo.
Innovación abierta como método
Saibene vuelve una y otra vez a una misma idea: innovar es abrirse. “Innovación abierta es no pensar que las mejores ideas van a salir siempre de adentro”, afirma. “Cuando abrís el juego, el ritmo de creación se multiplica.”
Esa lógica define a MTV: un espacio donde se cruzan el conocimiento técnico acumulado de Qualabs, la creatividad de emprendedores externos, la perspectiva de los clientes globales y las tendencias de una industria en plena metamorfosis. Un punto de encuentro entre quienes conocen los problemas, quienes imaginan las soluciones y quienes pueden convertirlas en productos exportables.
Uruguay, dice, tiene una ventaja que vale oro: la cercanía. “Acá todos estamos a una llamada de distancia. Hay talento, hay experiencia, hay ganas. Pero faltaba un espacio donde todo eso se pudiera mezclar con estructura, con inversión, con visión global”.
Un ecosistema que puede escalar
La apuesta de MTV no es menor: convertir a Uruguay en un polo media-tech capaz de desarrollar propiedad intelectual, atraer inversión, formar profesionales especializados y competir en un mercado dominado por gigantes globales.
Para eso, el venture studio propone un modelo híbrido que conjuga creación interna, colaboración externa y articulación con la industria. La innovación abierta no como slogan, sino como práctica: abrir puertas, conectar redes y permitir que las ideas circulen.
Saibene lo resume con una frase que podría funcionar como manifiesto:
“Cuando alguien te abre una puerta, vos tenés que abrir dos más. Esa es la lógica.”
Uruguay, frente a una oportunidad histórica
El ecosistema tecnológico uruguayo ya demostró que puede competir en servicios globales, fintech y comercio electrónico. Sin embargo, la industria del video, los contenidos digitales y la inteligencia artificial aplicada a medios representa un nuevo territorio por explorar.
Iniciativas como Montevideo Tech Ventures aportan algo más que inversión o infraestructura: ofrecen un método de innovación, una forma de articular esfuerzos y una plataforma para que nuevas empresas puedan proyectarse al mundo desde Uruguay.
Si el país aspira a consolidar una nueva ola tecnológica, la innovación abierta —entendida como proceso, estrategia y cultura— será determinante. Y MTV aparece como uno de los primeros movimientos firmes en esa dirección: la convicción de que cuando una puerta se abre, es posible abrir muchas más.