Un estudio reciente del Instituto de Inteligencia Artificial Centrada en el Ser Humano (HAI) de la Universidad de Stanford revela la creciente competencia global en el desarrollo de inteligencia artificial (IA), destacando particularmente el avance significativo que ha logrado China frente a Estados Unidos, aunque este último aún mantiene el liderazgo en modelos avanzados. Durante 2024, Estados Unidos produjo 40 modelos avanzados de IA, seguido por China con 15 y Europa con 3. Esto refleja un escenario en el que China, pese a enfrentar restricciones para acceder a recursos computacionales avanzados debido a regulaciones de exportación estadounidenses, ha conseguido importantes avances tecnológicos, como el desarrollo del modelo R1 de la compañía china DeepSeek, cuyo desempeño es comparable a los modelos líderes desarrollados en Estados Unidos.
China ha superado a Estados Unidos en la cantidad de publicaciones académicas sobre inteligencia artificial y solicitudes de patentes relacionadas, lo que señala un giro importante hacia la investigación científica y el desarrollo tecnológico en este ámbito. Este panorama global se complementa con la expansión significativa de la inteligencia artificial hacia regiones menos tradicionales como Oriente Medio, América Latina y el Sudeste Asiático, sugiriendo una mayor democratización y diversidad en el desarrollo de esta tecnología.
El informe también destaca el aumento en popularidad de los modelos de inteligencia artificial de código abierto, liderado por empresas como Meta con su serie de modelos Llama y, por supuesto, DeepSeek. La brecha en rendimiento entre los modelos abiertos y cerrados se ha reducido considerablemente durante el último año, del 8% al 1,7%. Sin embargo, todavía el 60,7% de los modelos más avanzados disponibles en el mercado permanecen cerrados, reflejando que las empresas aún prefieren proteger ciertas innovaciones.
Otro aspecto relevante del informe indica una mejora del 40% en la eficiencia del hardware necesario para ejecutar modelos de IA, lo que ha permitido que estos sean más accesibles a una audiencia más amplia y ha disminuido considerablemente los costos asociados a su implementación. Esta mejora tecnológica, según expertos, podría impulsar aún más la integración de la IA en distintos sectores económicos y sociales.
Por otra parte, el estudio advierte sobre posibles desafíos en el futuro cercano debido al agotamiento previsto de datos disponibles en internet para el entrenamiento de nuevos modelos, proyectado entre los años 2026 y 2032. Este agotamiento de datos naturales podría forzar una mayor dependencia de datos sintéticos generados por la propia inteligencia artificial, planteando nuevos retos técnicos y éticos en el desarrollo futuro.
En términos económicos, las inversiones privadas en inteligencia artificial alcanzaron un récord histórico en 2024, con US$ 150.800 millones invertidos en este sector. Paralelamente, se ha incrementado notablemente la demanda laboral de especialistas con competencias específicas en IA, reflejando la creciente relevancia y penetración de esta tecnología en múltiples áreas de actividad profesional y económica.
Finalmente, el informe registra un aumento en incidentes vinculados al uso indebido o fallas de modelos de IA, lo que está generando un incremento significativo en investigaciones relacionadas con la seguridad, transparencia y confiabilidad de estos sistemas.
En cuanto a alcanzar la tan promocionada meta de la Inteligencia General Artificial (AGI), el informe destaca cómo algunos modelos de IA ya superan las habilidades humanas en pruebas que evalúan destrezas específicas, como clasificación de imágenes, comprensión del lenguaje y razonamiento matemático. Esto se debe en parte a que los modelos están diseñados y optimizados para sobresalir en estos parámetros, pero también pone de relieve la rapidez con la que esta tecnología ha avanzado.