Tatiana Scherz Brener
Para emprender cualquier camino de sanación es importante desarrollar la conexión con uno mismo, y una de las maneras de hacerlo es mediante la sofrología, una disciplina que promueve el bienestar a través del autoconocimiento.
“La sofrología consiste en la introspección; la utilizamos para obtener información del interior, sobre todo del interior físico”, sostuvo Cristina Blumenfeld, directora del Centro de Investigación Científico Parapsicológico (ICP), donde dictan cursos de sofrología y otras terapias. Ella viene trabajando con este método desde los años 80.
La disciplina fue creada en 1960 por el neurólogo y psiquiatra colombiano Alfonso Caycedo. Su hija, Natalia Caycedo, también es médica y psiquiatra, y es presidenta de Sofrocay, el Instituto Internacional de Sofrología Caycediana.
En su artículo Historicidad de la vida del profesor Caycedo, Natalia explicó que el término sofrología viene del latín sos (equilibrio), phren (mente o consciencia) y logos (estudio). De esta manera, significa: estudio de la consciencia en equilibrio. A su vez, señaló: “El método Caycedo consiste en una serie de técnicas de relajación, ejercicios respiratorios, movimientos corporales y estrategias de activación mental que tienen como fin el conocimiento de uno mismo y el desarrollo de la consciencia”.
Según Cristina, a través de esta terapia uno logra “conectarse con el corazón, con los pulmones, con el dolor; esa advertencia física, esa inquietud”. Se trata de aumentar la percepción y el conocimiento de la propia corporalidad para luego conectar también con las emociones, los pensamientos y la conducta.
A lo largo de su experiencia, la directora del ICP ha visto que la sofrología sirve especialmente para apoyar la sanación de duelos y ayuda en casos de ansiedad, insomnio y dolores crónicos, entre otras cosas.
En su metodología, la sofrología caycediana utiliza “el sentir del cuerpo”, como la respiración y el latido del corazón. “Por ejemplo, sentir los ojos y moverlos, sentir las manos y moverlas, calmar los latidos, enlentecer la respiración, etc.”, mencionó Cristina. A partir de esa percepción del cuerpo es que comienza la introspección.
En la página web de Sofrocay indican que “el cuerpo está siempre presente. Entramos poco a poco en la consciencia de nuestros tejidos del cuerpo, especialmente la piel, los músculos, los huesos y los órganos internos”.
Finalmente, Cristina afirmó: “En la escuela te enseñan todas las cosas del mundo externo, pero le preguntás a un niño de quinto año dónde está el intestino grueso o el vaso y no lo sabe”. Por el contrario, la sofrología fomenta la consciencia y percepción del propio cuerpo para alcanzar el bienestar físico y mental.
Más optimismo a partir de conocerse a uno mismo.
Pablo de Barros es dentista y conoció la sofrología caycediana hace cuatro años. La utiliza para reducir el estrés y la ansiedad. Lo explicó así: “Consiste en técnicas de relajación para conocer el cuerpo y tener actitudes más positivas”.
En efecto, desde Sofrocay señalan que uno de los objetivos del método Caycedo es “desarrollar optimismo ante la vida y aprender a gestionar los pensamientos y las emociones negativas”.
Cristina mencionó: “Muchos niños hacen esto sin saberlo porque no han perdido esa búsqueda de sí mismos. Un niño se mira a las manos y los pies, se mide las distancias, se fija como se siente. Como adultos dejamos de hacer eso”.
En ICP dan cursos de sofrología de cuatro meses de duración y están en Instagram como @universitarioicp.