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La raza preferida por la Reina Isabel II es un perro pastor muy activo, ¿es buena mascota?

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El Corgi es una raza originaria de Gran Bretaña que a pesar de su tamaño sirve como pastor y necesita hacer mucho ejercicio. También es un perro cariñoso y compañero que se lleva bien con todos.

Antes de ser el perro de la Reina Isabel II al Corgi se lo conocía como “el perro de las hadas”. Cuenta la criadora y jueza del Kennel Club Uruguayo, María del Carmen Romero, que como todo ser vivo que proviene de Gran Bretaña, un territorio plagado de leyendas, esta raza tenía que tener la suya.

La misma dice que las hadas usaban estos perros como montura, o sea que eran sus caballos. Una noche uno de ellos cayó en una trampa y dos niños que buscaban una oveja perdida lo rescataron y curaron. En compensación las hadas les dieron dos perritos, que los pequeños criaron y cruzaron. Fue así que el Corgi se transformó en un perro pastor que ayuda a los campesinos.

La raza original es la Wesh Corgi, de la cual derivaron dos tipos diferentes que hoy en día se consideran dos razas distintas: Cardigan y Pembroke, bautizadas así de acuerdo al territorio que ocupan en la isla británica.

El Corgi Pembroke es el que todos conocemos como el “perro de la Reina”. Se lo describe como “un perro de talla pequeña, fuerte, de constitución robusta, alerta y activo, que da la impresión de fortaleza y vigor en un cuerpo pequeño”. A diferencia del Cardigan, no tiene cola larga.

Tanto el Pembroke como el Cardigan, detrás de lo que serían las escápulas, cuentan con un contrapelo que viene hacia adelante. Siguiendo con la leyenda sobre su origen, se dice que se trata de la marca de la cabalgadura de las hadas.

Perro enano

Corgi es una palabra de origen celta donde “cor” significa “perro” y “gi” es “enano”.

¿Es buena mascota?

Que se trate de perros pastores es un dato fundamental para quienes quieran adoptar esta raza como perro de compañía (que también lo es). ¿Por qué? Porque si se lo va a tener en un apartamento hay que tener presente que debe hacer ejercicio.

“Por lo menos debe tener dos buenas salidas a caminar en el día, de unas 10 cuadras. O sea que podés tenerlo en tu casa e irte a trabajar de mañana y volver de tarde, pero vas a tener que sacarlo antes de irte y otra vez cuando vuelvas”, señala Romero.

Aclara que eso no significa que sea un perro hiperactivo, ni que vaya a destruir la casa.

Si no hace ejercicio y además se lo castra, puede que tenga problemas de obesidad.

Romero aclara que ella, como criadora, entrega a los cachorros con 90 días de vida, ya socializados. “Cuando se van de mi casa ya utilizan el tapete, pueden salir, caminan rápidamente con una correa”, detalla. Acota que son “muy inteligentes, van a aprender todo lo que les enseñes”.

Destaca que es un gran compañero, cariñoso y dulce. No es un perro agresivo, puede convivir con gatos u otros animales, incluso con perros macho. Es muy sociable y puede incorporarse a una casa en la que ya haya otro perro sin ningún problema, aunque sea de su mismo sexo.

En cuanto a los humanos, se lleva muy bien con los niños. “En general se lleva bien con todo el mundo, es sumamente obediente”, dice Romero.

Hay países como Australia en que se lo usa para buscar droga y otros como Estados Unidos en que se lo utiliza como perro de terapia. La criadora cuenta que en San Martín de los Andes hay una entrenadora que tiene una Cardigan criada por ella que se desempeña como perra de asistencia, acompañando a personas en silla de ruedas.

La reina Isabel y su hermana Margarita con su primer corgi, Susan.
La reina Isabel y su hermana Margarita con su primer Corgi, Susan.

Cuidados.

No es un perro que dé mucho trabajo. Hay que bañarlo una vez por mes y lo ideal es hacerlo en una peluquería porque, al tener doble capa de pelo, el secado es bastante complejo. Mudan el pelo dos veces al año, por consiguiente es importante cepillarlo día por medio para retirar el pelo muerto.

No es un animal oloroso.

Cuando son adultos comen un recipiente de comida al día. Si bien son bastante glotones, si se les da lo que deben comer se mantienen bien.

Es una raza bastante longeva, vive entre 12 y 14 años e incluso algún año más.

En cuanto a las enfermedades, se ve muy poca displasia, quizás algún problema de córnea que no aparece si está controlado y puede haber problemas renales en perros añosos. A veces, si tienen problemas de columna, usan un carrito para movilizarse. Todo esto se puede obviar si se tiene cuidado en la elección del cachorro, buscar que tenga pedigree.

Romero aclara que no es un perro barato porque son ejemplares que vienen de muy lejos, como Rusia o Dinamarca.

“Pero dado el nuevo integrante de la familia que te llevás, tampoco es un desembolso tan grande como para no tenerlo. Es lo más barato que hay si se tiene en cuenta el nivel de cariño, amor y compañía”, destaca la criadora.

Isabel II

Isabel II tiene actualmente dos Corgi y un Dorgi

Susan fue la primera perra Corgi que tuvo la Reina Isabel II (96 años), un regalo por su 18 cumpleaños. En su casa ya había perros de esta raza porque su padre, Jorge VI, también era aficionado a ellos.

Luego tuvo 30 perros, la mayoría descendientes de Susan. Se suponía que Candy iba a ser la última porque la monarca sufre mucho con las pérdidas, pero el año pasado cambió de parecer y recibió dos nuevos cachorros: un Dorgi, es decir una cruza de un Corgi con un salchicha, y un Corgi puro. Al primero lo bautizó Fergus, en honor a Fergus Bowes-Lyon, tío de Isabel y hermano de la Reina Madre que murió a los 26 años, combatiendo en la Primera Guerra Mundial. La Reina no lo conoció, pero su madre lo quiso mucho y al casarse depositó el ramo de novia en la tumba del soldado desconocido que hay en la abadía de Westminter, una tradición que siguen manteniendo las mujeres de la familia real británica cuando contraen matrimonio.

En cuanto al Corgi puro primero se llamó Charlie, pero luego cambió su nombre por Muick, por uno de los lagos preferidos de la soberana, donde habitúa hacer picnics.

Los perros suelen acompañar a Isabel en sus viajes y es común que juegue con ellos, al punto que en 1991 llegó a recibir tres puntos luego de mediar en una pelea entre ocho de ellos.

Cuando recibió los dos nuevos cachorros el diario The Sun escribió: “Es impensable que la Reina no tenga Corgis; es como si la torre de Londres no tuviera cuervos”.

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