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Las dos primeras plazas inclusivas de Montevideo funcionan en el Municipio CH

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Aparatos inclusivos

DEPORTE E INTEGRACIÓN

En la rambla de Punta Carretas y en la Plaza Secco Illa de La Blanqueada se instalaron aparatos de ejercicios físicos que pueden ser usados tanto por personas en silla de ruedas como por personas sin discapacidad.

Se acercan los días más lindos y la rambla montevideana invita al ejercicio físico. Desde hace tiempo, hay estaciones de aparatos en distintos puntos de este paseo costero, pero hay un grupo de ellos que se destaca del resto y es el que está ubicado a la entrada del Faro de Punta Carretas.

Son cinco aparatos de tamaño más grande que los tradicionales y están allí desde hace unos meses, como parte de un espacio llamado “Plaza integradora, inclusiva e híbrida”. La denominación responde a que estos aparatos pueden ser usados tanto por personas en silla de ruedas como por aquellas que no tienen ningún problema físico.

“El importador, LF Importaciones, tenía esta estación de aparatos desde hacía tiempo. Estaba intentando hacerla llegar a la comunidad y no encontraba la forma”, contó Ximena Costa, presidenta de la Cámara Uruguaya de Productos Ortopédicos (CUPO). “Entonces recurrió a la cámara cuando se formó (12 de setiembre de 2018) y nos dijo que nos la quería dar y que nosotros decidiéramos qué hacer con ella”, dijo a El País.

Las autoridades de CUPO recurrieron al alcalde del Municipio CH, Andrés Abt, porque consideraron que era al que podían llegar más rápido. “Se lo propusimos, nos dijo que le interesaba, nos reunimos sobre octubre-noviembre del año pasado y empezamos la gestión. Juntos determinamos cuál era el mejor lugar para ubicar los aparatos, buscando que tuviera accesibilidad y visibilidad”, continuó Costa sobre el camino que los condujo a esa zona de la Rambla Wilson, previa autorización de la Intendencia de Montevideo gestionada por el Municipio.

La estación fue inaugurada oficialmente en agosto pasado, con presencia del alcalde Abt, los directivos de CUPO y el importador. Por el momento no tiene una convocatoria masiva porque necesita darse a conocer con acciones que se están instrumentando, como la elaboración de cartelería en la que se explicará cómo debe utilizarse cada aparato.

Sebastián Miró, coordinador de Deportes del Municipio CH, señaló que se considera colocar un profesor de educación física de referencia, una vez por semana, para que informe sobre el uso del equipamiento, teniendo en cuenta que es algo bastante nuevo.

En el Municipio CH hay dos plazas de este tipo, la de la rambla y la ubicada en la Plaza Secco Illa (situada en Susviela Guarch y Secco Illa), que es un poco más completa. Esta última, si bien fue montada por la misma empresa, no fue donada por CUPO sino adquirida con fondos municipales. “Son los dos primeros lugares de Montevideo que cuentan con este tipo de estaciones”, destacó Miró sobre una acción que responde a las distintas políticas inclusivas que implementa el Municipio CH.

En Uruguay predomina jugar a la boccia

En los deportes en silla de ruedas, la predominancia de uno u otro en un país depende mucho de sus características poblacionales. Según explicó el docente Santiago Guido (ISEF), en el deporte paralímpico en general, a nivel mundial, predominan las disciplinas practicadas por personas con discapacidad adquirida. Son deportistas con amputaciones, cosa que ocurre en países con heridos de guerra, como Estados Unidos, o que tienen problemas de minas antipersonales, como Colombia.
Uruguay no presenta esas situaciones. La población discapacitada lo es, generalmente, por un tema congénito. Lo más frecuente es la parálisis cerebral, derivada en muchos casos de nacimientos prematuros.
Para esos casos, Guido señaló que el deporte más aconsejable y, por ende, más practicado en Uruguay es la boccia, conocido también como bochas adaptadas.
En nuestro país lo juegan alrededor de 70 personas, número que viene en crecimiento en los últimos años.
Desde 1984 es considerado deporte paralímpico, pero Uruguay no ha podido participar en competencias por problemas internos del Comité Paralímpico Uruguayo.
Actualmente funciona un circuito de competencia armado por el ISEF y la Secretaría Nacional de Deporte en conjunto con varias instituciones vinculadas a la discapacidad, como APRI (Asociación Pro Recuperación del Inválido) o las escuelas Roosevelt, Horizonte y la N° 200.
Además, existe la Asociación de Bochas Adaptadas pero, según la nueva estructura del Comité Paralímpico Uruguayo, necesita convertirse en Federación para poder competir. Para ello debe juntarse con tres asociaciones civiles, un trámite que lleva su tiempo.

Reparos.

“Lo que tiene de bueno la estación es que puede ser utilizada, al mismo tiempo y sin necesidad de hacer ninguna maniobra o adaptación, tanto por gente en silla de ruedas como por gente que no tenga problemas para caminar. Esa es la principal ventaja respecto a las otras estaciones que hay en la rambla”, detalló Costa.

De todas formas, no son aparatos aptos para todas las personas que usan silla de ruedas. Según Santiago Guido, docente del Instituto Superior de Educación Física (ISEF) en la cátedra de Deportes Adaptados, estas estaciones se recomiendan para aquellos individuos que tienen una discapacidad adquirida, por ejemplo, por un accidente. No son aconsejables para quienes padecen una discapacidad congénita.

“No es lo mismo una persona que nació con una parálisis cerebral o con una espina bífida, que alguien que adquirió la discapacidad. No todo el mundo puede hacer lo mismo. En el caso de una persona con parálisis cerebral (patología congénita), las actividades más recomendables son las que bajan el tono muscular, como la elongación o la relajación. La idea es que no sea un trabajo de fuerza”, apuntó Guido al señalar que lo que hacen estos aparatos en principio es lo contrario: aumentan el tono muscular.

En cambio, una persona que padece una discapacidad motriz adquirida puede hacer uso de estas estaciones sin problema porque “a lo que se apunta en este caso, no es a recuperar su marcha, sino a mejorar la calidad de vida. Esto significa que la persona adquiera cierto grado de independencia para subir y bajar de la cama, hacer traslados en la silla de ruedas, usar al inodoro… ese tipo de cosas”, amplió Guido, quien aclaró que todas sus opiniones son derivadas de su trayectoria académica ya que está en el debe del ISEF realizar estudios sobre el uso de estos aparatos.

Otro elemento a tener en cuenta es si lo que se busca es el entrenamiento deportivo, el cual se maneja con la lógica del rendimiento. Lo que es necesario distinguir entre un deportista convencional y uno con discapacidad es que los niveles de fuerza son determinantes para empezar un deporte. La persona que adquirió la discapacidad, tiene que tener determinados niveles de fuerza para trasladar la silla o tirar la pelota más lejos. “No es lo mismo tirar un triple en básquetbol parado que sentado, hay que tener presente la posibilidad del impulso de las piernas”, señaló el profesor.

En todos los casos, como pasa con cualquier persona que quiere empezar una actividad física, lo primero que hay que hacer es un chequeo médico.

Para Guido, lo importante es siempre que el aparato se adapte a la persona y no la persona al aparato, pero igual rescata que se instalen estas estaciones porque contribuyen a que se visualice el tema del acceso a la actividad física de las personas con discapacidad. Es un primer paso.

En octubre se celebran los primeros juegos

Los días 4 y 5 de octubre tendrán lugar los primeros Juegos Paranacionales María Auxiliadora Delgado. Se eligió el nombre de la recientemente fallecida esposa del Presidente de la República, Tabaré Vázquez, porque se trataba de la madrina de Olimpíadas Especiales Uruguay.
Los juegos son abiertos para personas con discapacidad visual, motriz e intelectual. En esta primera edición, se participará solo en tres disciplinas: atletismo, natación y boccia.
Vale destacar que en Uruguay no hay ligas de los distintos deportes practicados por discapacitados. Eso hace que, por ejemplo, el voleíbol para ciegos y el básquetbol en silla de ruedas se vean obligados a competir en Argentina como si fueran una provincia más de ese país. Santiago Guido contó que los dos uruguayos que consiguieron medalla en los Juegos Parapanamericanos Lima 2019, Henry Borges (oro en judo) y Gonzalo Dutra (bronce en natación), en Uruguay compiten con deportistas convencionales.

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