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Melodías que alegran la vida

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Una Caricia.  Música Para el Alma se presentó en el Hogar para Adultos Mayores Ginés Cairo Medina, del departamento de Maldonado.  Todos pasaron un buen momento. Foto: Ricardo Figueredo.

OTRA FORMA DE ATENCIÓN

Desde hace cinco años, Música para el alma a quienes más lo necesitan.

Un día como cualquier otro en un hogar de adultos mayores en Tacuarembó, en el medio del campo. De pronto aparece un grupo de músicos y tocan para los residentes. Una señora de 94 años no para de acariciar a la violinista. Es la maestra del pueblo que, cuando la música termina, le dice: “Nunca pensé que iba a tener un concierto en mi casa”.

Historias como esta, Estela Nicrosi tiene muchas, a cual más emotiva. Como violinista de las orquestas Filarmónica del Sodre y Sinfónica de Montevideo, hace unos cinco años recibió junto a otros músicos la invitación del primer chelista de la Filarmónica de Buenos Aires, Lucas Caballero, para concurrir al Hospital Pereira Rossell. Lo que se encontró fue un grupo de colegas de la vecina orilla tocando para los pacientes del lugar. Se daban en llamar Música Para el Alma.

“Se fueron y vi que no pasaba nada. ‘¿Esto no va a seguir ocurriendo teniendo tantos lugares a los que ir en Uruguay?’, me pregunté. Entonces decidí ponerme la camiseta junto con otras personas y ya hace cinco años que estamos con Música Para el Alma en el país”, cuenta la violinista sobre la creación de la rama uruguaya de tan noble experiencia.

Desde entonces, han visitado varios hospitales, como el Pereira Rossell y el Maciel; instituciones como la Escuela Horizonte o la Escuela Roosevelt; centros como la Fundación Pérez Scremini, que atiende a niños con cáncer; varios hogares de ancianos y muchos lugares dedicados a chicos especiales. Los recorridos incluyen giras por el Interior, como la que hicieron por Paso de los Toros o la que realizaron por varios hospitales del departamento de Maldonado.

“Se trata de empezar a crear conciencia de que tenemos un don tan lindo y hay tanta gente que no puede ir al teatro, ya sea por su condición de vida, por su condición social, por lo que sea”, dice Estela, y destaca que todo lo hacen a pulmón y de corazón. “Cuando recién empezamos, no teníamos ni camisetas. Hicimos una colecta entre todos, las compramos y las mandamos imprimir. Ahora sí tenemos ayuda de Buenos Aires y nos mandan camisetas, pegotines…”, agrega.

Lo que falta.

En general, las presentaciones que organiza Música Para el Alma surgen por iniciativa de sus integrantes, pero también está ocurriendo que reciben llamados de instituciones que quieren contar con su arte.

“Del Interior nos contactan mucho, el problema es que no tenemos medios para ir. He querido hacer un llamado a conciencia a los intendentes, no me importa de qué color sean. Lo único que queremos es un ómnibus solidario, no más que eso”, señala Estela sobre lo que les estaría haciendo falta para recorrer todo el país.

Experiencias.

Grupo de adultos mayores reciben otro tipo de atención con una organización que, a través de la música, les alegran su estancia en un hogar.. Foto: Ricardo Figueredo.
Grupo de adultos mayores reciben otro tipo de atención con una organización que, a través de la música, les alegran su estancia en un hogar.. Foto: Ricardo Figueredo.

Si bien Música Para el Alma cuenta con un repertorio básico clásico, cada grupo hace lo suyo. “Gestiona todo Ximena Armand-Ugon, que es la mamá de un chico de la Orquesta Juvenil que toca el oboe. Yo le digo ‘¿qué te parece si vamos a tal lado?’ y ella lo organiza”, cuenta Estela y acota que están con la idea de subirse de sorpresa a un ómnibus y tocar para los pasajeros. “Ya lo vamos a hacer”, dice.

“Tratamos de que todos los meses haya alguna actividad”, explica, aunque depende mucho de los horarios de los músicos y de los lugares en los que se presentan. “A veces somos muchos, a veces no… depende. Por ejemplo, llenamos el Hospital Pasteur, que parecía una cajita musical porque estaba el coro en el patio central, un cuarteto de cuerdas tocando en el otro patio… Nosotros nos metemos por las salas, con el permiso correspondiente”.

Y así van recopilando historias, como la que Estela vivió en Joanicó. “Se me acerca una doctora y me pregunta si podíamos irle a tocar a un chico que estaba en una etapa terminal, en estado de coma. Tocamos y para mí fue muy especial. Cuando nos dimos vuelta, el chico fallece. Los padres vinieron a agradecernos que se había ido escuchando música”.

O lo que le ocurrió con una chica en la Escuela Horizonte. “La niña estaba parapléjica, lo único que movía eran sus ojitos y funcionaba a música. Tenía que tener su radio 24 horas prendida. Yo agarré el violín y le bajé la radio. Entró en un nerviosismo que enseguida me puse a tocar y se calmó. Le veía la expresión de su cara y pensaba ‘me quedo acá a tocar, soy yo la radio’”.

Músicos, cantantes y un Manuel Oribe

Música Para el Alma Uruguay está integrado por miembros de la Sinfónica del Sodre, la Filarmónica de Montevideo, la Orquesta Juvenil del Sodre, chicos que están estudiando música, coristas, gente de la lírica.

“A diferencia de Buenos Aires, se me ocurrió ¿por qué no folklore? y ¿por qué no integrar otro tipo de música?”, cuenta Estela Nicrosi, su creadora. “Tenemos folkloristas, gente que toca tango, uno que toca la quena que es radiólogo… se ha formado un grupo heterogéneo. También se ha unido un coro precioso del Liceo Francés, todos jubilados de la institución”, agrega.

Entre los miembros se encuentra la reconocida cantante de folklore María Elena Melo, protagonista de una de las tantas historias de este grupo. “En el Hospital Maciel, cuando María Elena iba subiendo la escalera, uno de los pacientes dice ‘esa es la voz de María Melo, ¡no lo puedo creer!’. El señor era del Interior, ella le fue a cantar y él lloraba”, recuerda la violinista.

Para contactarlos está el Facebook, Música Para el Alma Uruguay, donde aparece el teléfono de Estela (094 254507) y un correo electrónico: [email protected].

Este lunes, Nicrosi recibirá el Premio Manuel Oribe a la Cultura en el Rubro Responsabilidad Social Cultural, que concede el Partido Nacional.

Sueños.

Alegría. Adultos mayores se divierten junto al grupo musical. Foto: Ricardo Figueredo.
Alegría. Adultos mayores se divierten junto al grupo musical. Foto: Ricardo Figueredo.

A Estela le gustaría organizar conciertos con el fin de reunir fondos para conseguir medicamentos a quienes lo necesitan. Lo ha hablado con el abogado Juan Ceretta, especializado en el tema de medicamentos de alto costo. “Sería bueno que cuando aparece un caso, automáticamente nos dieran una sala y no tuviéramos que pelear tanto. Todo cuesta muchísimo”, se lamenta.

Otro de sus sueños es poder formar una orquesta de chicos con síndrome de Down. “En algún momento lo voy a lograr”, afirma. “En Brasil existe, así que se puede hacer. Son chicos con una sensibilidad muy especial; son diferentes, nada más”, sostiene convencida de que con la música también se podrían lograr muchas cosas con niños y adolescentes que viven en situaciones sociales críticas. “Creo que la música es un buen medio para que vean otros horizontes”.

No solo cree que es posible, sino que lo comprueba cada vez que Música Para el Alma llena de música los lugares que visita. “Uno no sabe todo lo que puede dar con tan poco. Para mí es sacar el violín y tocarles. Y es muy diferente a lo que se ve en un teatro. Yo tengo 52 años, ojalá lo hubiera hecho mucho antes”.

Una historia que toca muy de cerca a la creadora.

Creadora.  Estela Nicrosi con los integrantes de la Camerata. Foto: Ricardo Figueredo.
Creadora. Estela Nicrosi con los integrantes de la Camerata. Foto: Ricardo Figueredo.

Entre las muchas anécdotas que atesora Estela Nicrosi, hay una que le llega especialmente porque tiene que ver con un alumno suyo enfermo de cáncer, que tocaba el violín.

“Él me decía ‘hoy tengo quimioterapia, ¿me acompañás?’, yo respondía que sí y después nos íbamos a la presentación que hubiera de Música Para el Alma. Un día le pregunté: ‘Michel, ¿querés operarte?’ y me dijo: ‘yo quiero luchar hasta el fin’. Logramos que lo operara gratis un médico amigo, que forma parte del grupo, Álvaro Córdoba. La operación fue un éxito, pero este año murió. Le hicimos un homenaje muy lindo. La madre va siempre con nosotros, nos acompaña”.

Una tarea para los alumnos que entusiasma.

Este año, Estela empezó a dar clases en Maldonado, en la Camerata. “Les dije a los chicos que como parte de la preparación tenían que ser embajadores de Música Para el Alma en el departamento, porque hay mucha gente que lo precisa. Fueron al centro de adictos que hay en el Jagüel y quedaron encantados por la experiencia”, relata la violinista sobre lo que está ocurriendo con la Camerata Maldonado, que el fin de semana pasado se presentó en el Hogar de Adultos Mayores Ginés Cairo Medina.

“Mi idea es poder llegar a todo el país y hacer como en Maldonado, que cada departamento tenga su orquestita, su banda. No me importa que se pongan la camiseta de Música Para el Alma, sino que tomen conciencia de que su departamento, su gente, lo necesita”.

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