Las pistas que llevaron a trazar la primera frontera de Montevideo

HISTORIA

A Gonzalo Fierro había algo que no le cerraba. Cada vez que visitaba alguno de los pueblos del santoral en Canelones –él es oriundo de San Bautista– los paisanos le contaban la misma historia: “Mi abuelo encontró unas cosas redondas” y “se dice que de este paso hasta más allá de aquella torre de corriente estaba el fuerte” eran algunos de los comentarios. Pensó que era una “leyenda del imaginario local” que exageraba la presencia de alguna guardia militar. Hasta que se lo tomó en serio y empezó a investigar.

Ahí se llevó la sorpresa: las “cosas redondas” resultaron ser balas coloniales de cañón de 18 libras y se sumaron otros objetos atesorados por los vecinos como monedas, enseres indígenas, vajilla y más.

No solo es evidencia física de la llamada “Guardia del Santa Lucía” sino que los hallazgos le hacen proponer un origen más temprano para esa zona: “Fue la primera frontera de Montevideo que había sido descrita por Hernandarias, notificada a la Corona y consolidada por esta”, sostuvo Fierro.

Este estudiante de maestría en Antropología, guía turístico, psicólogo y, según se describe, expedicionario, comenzó hace un año una investigación que lo llevó a bucear en el río Santa Lucíay a realizar prospecciones en sus márgenes por las que encontró valiosos materiales que abonan su hipótesis.

Y, si bien dará a conocer todo en un libro que prepara con la historiadora María Bentancor, adelantó la historia al diario El País.

El trabajo de Fierro sigue el trazado de un sistema de puestos militares interconectados que conformaron la que sobre finales del siglo XVIII se llamó “La Guardia del Santa Lucía”, dispuesta a lo largo del río; pero él sitúa su origen un siglo antes, constituyendo la primera frontera interna del territorio que tiempo después se convertiría en Uruguay.

Estos sitios dieron origen a parajes, villas y poblados (hoy ciudades) que resultaron “indispensables para una ulterior identidad oriental y posteriormente nacional”.

Así lo explicó el investigador: “La sociedad que se fue formando en las márgenes del río Santa Lucía fueron los primeros fueguitos que iniciaron el largo proceso de independencia”.

En lugares como San Ramón, Fray Marcos, Chamizo, Santa Lucía, Parador Tajes y Santiago Vázquez –del lado de Canelones y de Florida del Santa Lucía– Fierro encontró ejemplos de arquitectura colonial (“los ladrillos son bien determinantes de la época”) y piezas de uso cotidiano doméstico y de uso militar de finales del siglo XVII y posteriores sepultadas en el río y en la tierra.

“Por ejemplo, hallé cerámica y porcelana que eran muy caras para la época por lo que se puede suponer que pertenecieron a estratos militares altos y que estos sitios eran importantes”, señaló a El País.

“Esta frontera le da otra dimensión al río Santa Lucía. Gracias a su cauce rápido, se usó intencionalmente para establecer guardias y frenar intentos de invasión”, dijo Fierro.

Un episodio histórico relacionado con esto fue la Batalla de Paso Cuello, ocurrida en marzo de 1817 entre el ejército portugués y las milicias de la resistencia artiguista a pocos kilómetros de la orilla.

¿Y qué tiene que ver Hernandarias? Hernando Arias de Saavedra, además de ser el primer gobernador criollo del Río de la Plata y del Paraguay, fue un gran explorador y “cartógrafo de a caballo” con un don excepcional, a juicio de Fierro: “Era un notable visionario de lo que ‘podía ser’” (se le reconoce haber introducido el ganado bovino y, por lo tanto, promotor de la riqueza ganadera del país).

El investigador encontró una carta que Hernandarias le escribió en 1612 al rey Felipe III de España en la que habla de la “necesidad estratégica de establecer puestos militares y vecinos a lo largo del río” Santa Lucía –lo había nombrado así el 13 de diciembre de 1607, día dedicado a esta mártir cristiana– para frenar cualquier avance de otros imperios sobre el puerto de la que un poco más de un siglo después sería San Felipe y Santiago de Montevideo.

Esta es la confirmación documental para afirmar que se pensó en ese sistema de guardias militares interconectadas a lo largo del curso del Santa Lucía, al entenderlo como un límite geográfico.

“Este primer criollo fue quien estableció la primera frontera para defender Montevideo. No estamos hablando de términos relativamente actuales como la Guerra Grande (1839-1851), sino que correspondía al siglo XVII”, apuntó Fierro.

Y añadió: “Los hallazgos son increíbles para la zona. Denotan actividades y acontecimientos que no conocíamos y redefinen nuestra historia local, regional y global”.