D. FRIEDMANN Y B. LAITANO
Científicos encontraron el primer microorganismo capaz de vivir del arsénico, considerado un veneno para cualquier ser vivo. El hallazgo cambia el paradigma de la Biología y abre nuevos horizontes a la búsqueda de vida extraterrestre.
En diciembre de 2006 la joven astrobióloga Felisa Wolfe-Simon, graduada en Biología por el Oberlin College (2000) y en Oceanografía por la Universidad de Rutgers (2006), participó del taller ¿Árbol o bosque? La búsqueda de formas alternativas de vida en la Tierra, organizado por el Centro Beyond, de la Universidad de Arizona, donde la científica cursaba un postdoctorado. "Allí fue donde empezó todo", contó Paul Davies, quien también participó del descubrimiento. "Las palabras de Felisa fueron memorables por lo concretas. Muchas de las conversaciones del taller se planteaban como `tal vez` mientras ella dijo `esto es lo que vamos a buscar`", agregó.
La idea de Wolfe-Simon era que el arsénico, normalmente muy tóxico para los organismos vivos porque altera su metabolismo, podía sustituir al fósforo en la vida en la Tierra. Eso, que ahora probaron, redefine lo que los biólogos consideraban los elementos necesarios para la vida: carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre.
Tras finalizar su postdoctorado en la Universidad de Arizona, Wolfe-Simon se unió a Ronald Oreman, del Servicio Geológico de Estados Unidos, reconocido mundialmente por sus conocimientos sobre microbiología del arsénico.
En febrero de este año la científica, que se dedica también a la música, se define como "intrínsecamente multidisciplinaria" y cambia asiduamente el color y el largo de su cabello, registró en su blog el momento en que la NASA decidió financiar su investigación. "¡Es oficial! Felisa ha sido seleccionada para ser financiada por el Instituto de Astrobiología de la NASA. Como miembro de la NASA, ahora tiene el apoyo y el tiempo para continuar con su investigación (…) Estén atentos. En realidad, al final no se trata sólo sobre arsénico. Se trata de observar qué es, de pensar qué podría ser, importante y cómo encontrarlo".
EXTREMO. Felisa tenía razón y ayer estaba "emocionada" de poder compartir el descubrimiento. Su hallazgo -del que participaron otros 11 científicos y fue difundido ayer en Science- sacudió a buena parte del mundo científico. La variedad GFAJ-1 de la bacteria Halomonadaceae, que encontraron en lago Mono, en California, no sólo vive en el arsénico, sino que además crece incorporando ese elemento en las membranas de su ADN.
"La prueba de que el arsénico, un elemento tóxico, puede sustituir al fósforo como nutriente esencial de la biomolécula de una bacteria natural amplía el alcance de la búsqueda de vida fuera de la Tierra", señaló la Universidad de Arizona en un comunicado.
El estudio encabezado por Wolfe-Simon se enmarca en una línea que analiza los organismos extremófilos, que viven en condiciones extremas, explicó la astrónoma Andrea Sánchez a El País. En este caso, el lago Mono es un ambiente muy salado y con alto nivel de arsénico.
Para que una célula se pueda reproducir necesita información del ADN, para lo que es esencial la presencia de fósforo. "¿Por qué el arsénico es veneno? Porque puede engañar a la estructura, entre comillas, celular, porque tiene una química similar al fósforo. Cuando se sustituye fósforo por arsénico, en el próximo paso de replicación la célula muere porque está engañada por el arsénico", señaló Sánchez. Lo que descubrió este equipo fue que puso a esta bacteria en un cultivo donde había fósforo y arsénico, y lentamente fue bajando los niveles de fósforo y veía que igual se seguían reproduciendo las bacterias. Hasta que eliminaron totalmente el fósforo y se siguieron reproduciendo sin problema. Por lo tanto, son capaces de incorporar a la estructura de sus células arsénico, cosa que en los seres vivos, aún en las bacterias, no se había visto hasta ahora", agregó. El arsénico está inmediatamente debajo del fósforo en la tabla periódica.
Para la especialista lo que aportan este tipo de organismos extremófilos es "que el concepto que se tiene de vida es muy estrecho" y que "hay organismos que pueden sobrevivir en distintas condiciones".
Hasta ahora, uno de los principios rectores en la búsqueda de vida en otros planetas es que debían seguir a los seis elementos. "El estudio de Felisa nos enseña que debemos pensar más sobre qué elementos seguir", dijo Ariel Ambar, otro de los investigadores del equipo. Davies, en tanto, predijo que el nuevo organismo "es sin duda la punta de un iceberg grande, que tiene el potencial para abrir un dominio totalmente nuevo en la microbiología".
La NASA fue contundente: "La definición de la vida se acaba de ampliar", señaló el investigador Ed Weiler.
Wolfe-Simon se plantó mirando al futuro: "Si hay algo aquí en la Tierra que puede hacer algo tan inesperado, ¿qué más puede hacer la vida que no hemos visto todavía? Es el momento de averiguarlo". Y agregó: "Esto es sólo el comienzo".
Aspectos claves
Hallazgo en lago de EE.UU.
Científicos hallaron una bacteria que vive en el arsénico, descubrimiento que podría expandir la búsqueda de otras formas de vida en la Tierra y en el espacio. Fue patrocinado por la agencia espacial estadounidense (NASA).
Redefine reglas de la Biología
El descubrimiento redefine lo que los biólogos consideraban que eran los elementos necesarios para la vida: carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre. La bacteria crece incorporando el arsénico a su ADN.
Conferencia en uruguay
La investigadora Felisa Wolfe-Simon visitó Uruguay en septiembre de 2009 para participar en la Segunda Escuela Iberoamericana de Astrobiología. En ese marco dio la conferencia "Los microbios y las cuatro estrategias básicas para la vida en la Tierra" y reflexionó sobre la vida microbiana, "el tipo de vida más ubicuo, metabólicamente flexible y genéticamente diverso conocido en el Universo". En su página web www.ironlisa.com Felisa publicó dos fotografías de su visita a Uruguay, donde también visitó a una tía que reside en el Centro.