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Experto argentino que hace 27 años enseña a perderle el miedo a volar cuenta cuáles son las claves para subirse confiado a un avión

Conocer todo lo que ocurre detrás de un vuelo y saber qué medicación tomar son algunas de las claves que el Dr. Claudio Plá menciona en sus cursos. En Uruguay, donde estará a fines de abril, cuenta con la colaboración de la coach Ana Saraceno.

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Pasajero en avión.

El primer recuerdo que tiene Claudio Plá de un vuelo en avión fue de cuando tenía 6 años. Su padre tuvo que viajar a Japón por un tema de negocios y le dejó a él y a su hermano un testamento escrito a mano donde decía dónde estaba el dinero y qué tenían que hacer en caso de que falleciera.

Los siguientes viajes, si involucraban a su madre, la pareja los hacía en distintos aviones por las dudas que pasara algo.

Claudio se subió a un avión por primera vez con 14 años, acompañando a su padre con destino Río de Janeiro. “Iba en el asiento de al lado y lo vi aterrado. Viajaba tomando muchos ansiolíticos, dosis industriales, y aún así estaba muy ansioso. Viéndolo tan mal fue que le tomé miedo a volar”, contó a El País este médico psiquiatra y psicoanalista argentino que, paradojas de la vida, con los años se transformó en experto en sacarle a la gente el miedo a volar.

“Cuando terminé mi formación como psicoanalista, mi analista didacta me invitó a trabajar con él en Aerolíneas Argentinas en la capacitación de los pilotos en factores humanos para la prevención de accidentes”, señaló sobre un curso que es obligatorio para los pilotos.

Gracias a esta labor aprendió mucho sobre aviación y poco a poco le fue perdiendo el miedo a los aviones. Toda la información que fue adquiriendo le hizo darse cuenta de que podía usarla para ayudar a otra gente y fue así que en 1995 dio el primer curso sobre el tema. “Lo hicimos en mi casa con amigos que tenían miedo a los aviones, los llevamos a volar y resultó efectivo”, recordó.

Fue la semilla de lo que hoy es Poder Volarpodervolar.org–, el sitio web en el que Plá informa sobre todos los cursos que brinda según un método creado por él mismo y evacúa las dudas que puedan surgir. Con todo ese bagaje estará en Montevideo, los 26 y 27 de abril, para dictar talleres tanto a pasajeros como a colegas en el Museo del Tango del Palacio Salvo (por más información recurrir al sitio web).

Claudio Plá

Especialista en aerofobia

Poder Volar es un método desarrollado por el doctor Claudio Plá. Luego de resolver su propio miedo a volar, creó su método y se dedica desde 1995 a asistir a miles de pasajeros cada año para que superen ese temor (lleva más de 8 mil pacientes). Es médico psiquiatra y psicoanalista, director de psicodrama y terapeuta cognitivo, speaker, cofundador e integrante del primer equipo especializado en aerofobia de la Argentina.

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Doctor Claudio Plá.

Proceso

“A la gente que tiene miedo a volar yo la defino como personas que son inteligentes, sensibles y con capacidad de imaginación, porque no cualquiera desarrolla un miedo”, explicó Plá. Es decir que se trata de personas que tienen las herramientas para retorcer la información que les llega y hacer que les juegue en contra. “Información negativa recibimos todos los días, pero no todos nos dejamos impregnar por ella”, acotó el especialista.

Puso como ejemplo que quizás vemos que ocurren más asaltos o más choques de automóviles, pero no por eso dejamos de salir a la calle.

Cuando Plá habla del miedo a volar, también lo hace desde el punto de vista metafórico. Es decir que ataca también el miedo a avanzar en la vida.

“Tiene que ver con soltar los miedos y hacer el recorrido del héroe, en el que el héroe finalmente se transforma. Son historias de transformación”, detalló quien tiene entre sus pacientes al músico argentino Gillespi. “Nunca había volado en su vida y ahora viaja por todas partes del mundo”, comentó.

El experto detalló que el miedo se construye con una cantidad de vivencias.

Primero aparecen los miedos infantiles. “Los chicos tienen miedo a los rayos, a los truenos, a la altura… y esos miedos quedan almacenados. En la infancia se toman las fotografías que luego, en algún momento, van a ser reveladas o no. Hay gente que no revela la foto, pero hay otra que sí y dice ‘¡uy!, la montaña me da miedo’”, explicó.

Recordó que en una oportunidad lo fue a ver una chica que había visto Viven –film de 1993 sobre la tragedia de los Andes– y a partir de ahí nunca más pudo viajar en avión. Por eso, entre las recomendaciones del curso está no ver películas o documentales sobre accidentes aéreos en fechas próximas a tomar un vuelo.

Luego hay gente que inicia sus miedos en la adolescencia, cuando tiene que hacer el viaje de egresados. “Hay una carga casi que hormonal de que va a ser un viaje iniciático, que va a tener que atravesar una prueba tremenda y lo transforma en miedo”, señaló Plá.

Más adelante aparecen los miedos de adulto, donde las que más consultan son las mujeres porque son las que tienen más permiso para verbalizar lo que sienten. “El hombre es más apretador de mandíbulas y de puño”, apuntó Plá. También actúa el hecho de que las mujeres, si son madres, sienten más el alejarse de “la cría” en caso de no viajar con ella.

Y si viajan con niños también hay inconvenientes. “Funciona algo casi biológico que es que la madre y su cría pequeña requieren de un lugar fijo porque el chico necesita rutinas y situaciones muy tranquilas. Al avión lo viven como una gran incomodidad, además de que es todo un trastorno volar con niños chicos”, indicó Plá.

Finalmente están los miedos de las personas mayores, algunas de las cuales se ponen regresivas y vuelven a tener miedos al estilo infantil. “A veces son miedos hipocondríacos basados en datos reales, como tener miedo a descomponerse en el avión y que no haya un médico que los socorra; esto es muy común”, aseguró.

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Para quién

Plá identificó cuatro tipos de destinatarios para el programa Poder Volar: personas que no han volado nunca, personas que vuelan mal, personas fóbicas que evitan volar y personas fóbicas complicadas.

Entre los que no han volado nunca, aparece la fobia primaria al avión, es decir que desconfían de la situación. “Se imaginan como que los van a meter dentro de un proyectil. Hay gente que me ha dicho: ‘Yo me imagino como si fuera la bala de un cañón que va a ser disparado contra algo’. Obviamente son fantasías”, comentó Plá.

¿Y a qué se refiere cuando habla de ‘las personas que vuelan mal’? “Son aquellos que notan que progresivamente van teniendo más ansiedad. En general la ansiedad se manifiesta en los días previos: empiezan a dormir mal, a pensar en el vuelo, a consultar el Weather Channel, sacan pasajes que se puedan cambiar por si hay tormenta”, describió.

La ansiedad va en ascenso y, por ejemplo, en un vuelo transoceánico no pegan un ojo. “Tuve una paciente que decía que cuando el avión se movía, levantaba los pies del piso para no hacer peso. Es gente que empieza a sentir más síntomas: transpiración, taquicardia… y se dan cuenta de que si siguen así van a dejar de volar”, detalló.

Puede influir el entorno, porque una persona ansiosa es vulnerable a otra persona con miedo. “Hay quienes se ponen a rezar y generan climas. Hay emociones que son contagiosas y los climas tensos en los aviones se contagian”, aseguró Plá.

Estudio

Lo que más afecta es el miedo a las turbulencias

Un estudio realizado en argentina hace unos años por el Instituto Di Tella reveló que las perturbaciones psicológicas más frecuentes de los pasajeros de avión en general son: el miedo a las turbulencias (49%), el miedo a las tormentas (39%) y el miedo a un accidente (37%). Luego hacen referencia al momento del despegue/aterrizaje (23%), el miedo genérico a la muerte (18%), padecer claustrofobia (8%), tener vértigo (8%), miedo a enfermarse durante el vuelo (7%) o miedo a perder el control (4%).

Ese mismo estudio clasificó a los pasajeros en tres grupos: tranquilos (63%), miedosos asumidos (23%) y miedosos no asumidos (14%). Se diferencian por la forma en que cada grupo transita el viaje.

Solución

“Yo digo que mi curso más efectivo es el curso preventivo”, destacó Plá sobre lo que imparte en un tiempo estándar de cuatro horas en la modalidad individual, que a su vez adapta a cada persona de acuerdo a sus necesidades.

Lo que el experto hace en sus cursos es proporcionar información sistematizada sobre seguridad aérea para que la persona entienda “la trastienda del vuelo” y entrega videos explicativos. También aconseja sobre la ingesta de ansiolíticos, que recomienda se haga 48 horas antes de volar (no prescribe, cada uno deberá recurrir a su médico).

Todo esto se puede encontrar además en su libro Modo Avión (tiene uno anterior en formato ebook).

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“Cuando la persona entiende que en el avión todo está duplicado; cuál es el entrenamiento de los pilotos; que la turbulencia no le hace absolutamente nada al avión; que hay mucha información meteorológica para el piloto; que hay un montón de controles redundantes antes, durante y después del vuelo… se saca todas las dudas y los miedos desaparecen”, afirmó el psicoanalista.

Plá se define a sí mismo como un “barredor de fantasmas”. “Mi idea es difundir todo esto porque hay mucha gente que sufre con los aviones. Mi aspiración es que la persona se logre olvidar del avión. Yo digo que si toma la información, la metaboliza, la digiere y la procesa, el avión termina de ser un problema y, a sabiendas que no todos los vuelos son iguales, hay altas chances de que su vuelo sea perfecto”, concluyó.

Colaboradora

De tener miedo a aprender a pilotar

Cuando el doctor Claudio Plá atiende a viajeros uruguayos, lo hace en conjunto con la coach Ana Saraceno. A esta última la conoció como paciente, porque ella padeció el miedo a volar y se curó gracias a Plá.

“Yo viajo desde que tengo uso de razón porque tengo familia en España, pero como a los 30 años me vino el miedo a volar”, contó a El País. Estaba por viajar a Italia con su pareja y en la puerta de la agencia de viajes le vino un ataque de pánico, situación por la que llegó a estar medicada. A partir de ahí no pudo subirse a un avión porque pensaba que se iba a morir.

Pero a los tres años le surgió un viaje a Asia que no estaba dispuesta a perderse, así que buscó información en Internet y dio con Plá. “Me cambió la forma de ver los aviones”, recordó.

Con el tiempo se empezó a dedicar al desarrollo personal, escribió libros y se certificó en dinámicas de alto impacto. Hasta que hace un par de años se reencontró con Plá y le manifestó su deseo de realizar algo en conjunto.

“Nos pusimos a trabajar en equipo. Él lo hace desde su parte terapéutica y de información aeronáutica, y yo estoy más desde la parte de la motivación”, explicó quien hace unas semanas cumplió su sueño de ir a conocer el lugar donde ocurrió la Tragedia de los Andes.

Además de haber superado el miedo a volar, Saraceno fue más lejos aún porque está aprendiendo a pilotar aviones.

Ana Karina Saraceno
Nota a Ana Karina Saraceno, escritora uruguaya, por su libro de autoayuda Creo en la Magia y en el Amor, en el diario El Pais en Montevideo, ND 20191004, foto Darwin Borrelli - Archivo El Pais
Darwin Borrelli/Archivo El Pais

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