Entre polémica, quejas y nombres extraños, así están las comidas en los Juegos Olímpicos

Dumplings. Foto: Pixabay

GASTRONOMÍA

Si bien vienen muchos están disfrutando de los platos de la villa olímpica, otros se quejaron de que la comida era demasiado grasienta, y algunos periodistas han protestado por los precios.

Los organizadores de losJuegos Olímpicos de Invierno querían llegar al corazón de los asistentes por el estómago, pero la comida dentro de la burbuja de Pekín 2022 ha levantado pasiones como críticas, entre atletas devotos del recetario chino y prensa descontenta con los precios del menú.

Si ha habido una dedicada embajadora de la rica cocina del país asiático ha sido la estrella chino-americana de los juegos, Eileen Gu.

La también modelo, que compite por China, lo mismo repone fuerzas en las pistas comiéndose a mordiscos un jiucai hezi, una suerte de pan relleno de ciboulette y huevo, que sube a sus redes fotos dando cuenta de los tradicionales jiaozi (empanadillas al vapor o dumplings).

A otros atletas como la snowboarder estadounidense Tessa Maud les ha seducido la comida de los anfitriones y han compartido vídeos disfrutando de pollo Kung Pao –gonbao jiding en mandarín–, el famoso pato laqueado pequinés o arroz frito.

La también estadounidense Julia Marino aseguró a medios de su país que desde que llegó a la capital china habrá engullido “unos doscientos dumplings” con el mismo fervor con el que la maltesa Jenise Spiteri devora tradicionales panecillos al vapor o baozi, otro clásico.

Pero no todo son paladares satisfechos. Miembros del equipo surcoreano se quejaban de que la comida era demasiado grasienta, y periodistas occidentales han protestado por los precios elevados de la cantina.
Ante cualquier crítica, en estos muy politizados Juegos Olímpicos un ejército de medios estatales chinos ha estado preparado para saltar presto a despejar balones y la cuestión gastronómica no ha sido una excepción.

A un informador que desde dentro del circuito compartió una foto de unos espaguetis con un solitario tomate cherry se le acusó de usar filtros fotográficos poco favorecedores para tratar de denigrar la cita olímpica. Y a atletas y medios británicos que osaron decir que la comida en Pekín no era buena y equipararon el evento a la serie Los juegos del hambre, les replicaron que la gastronomía de su país es aún peor y no se quejan.

Según el cocinero jefe del restaurante que sirve a los deportistas, Yang Chen, el menú rota cada ocho días y se compone de un 30% de platos chinos y un 70% de occidentales, con cordero, ternera, pato y dumplings como los más solicitados, según declaró al diario oficialista Global Times.

La organización de los Juegos aseguró que la carne es “del todo segura”, después de que la Agencia Antidopaje alemana recomendara a sus deportistas que no consumieran este tipo de alimento en Pekín por el riesgo de que contuviera sustancias no permitidas.

Más allá de los gustos y disgustos, los asistentes han visto, como comensales, un derroche de tecnología al servicio de las medidas antipandémicas. Las imágenes de brazos robóticos que sirven el menú en la cantina y mezclan un cóctel para relajarse tras la competición han dado la vuelta al mundo, aunque también lo han hecho las del personal de la “burbuja” haciéndolo ataviado con trajes protectores.

Ante todas estas polémicas culinarias, el snowboarder suizo Nicolas Huber se llevó aplauso y ovación cerrada del público local cuando espetó: “No sé de qué se queja la gente. Es un país diferente, ¿qué esperaban? Creo que algunos están demasiado mimados”.

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