El matemático uruguayo que ganó una competencia de pan dulce en Argentina

Pan Dulce

GASTRONOMÍA

Marcelo Cerminara cocinó un panetón y se llevó el primer puesto en la categoría Innovación.

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Es un hecho: el mejor pan dulce de la región está en Uruguay. El pasado 9 de junio el uruguayo Marcelo Cerminara obtuvo el primer puesto en el Campeonato de Pan Dulce Artesanal, Milanés y Genovés que se celebró en la Feria Internacional de Tecnología y Materias Primas (FITHEP) en Buenos Aires, Argentina. Cerminara compitió en la categoría Innovación y cocinó un panetón, “una pieza muy difícil de la bollería y la panadería dulce que es muy húmeda y delicada de sabores”.

La victoria.

Cerminara salió campeón en una competencia de cocina, pero no es cocinero de profesión, sino matemático e investigador. Hace unos 15 años que estudia gastronomía de forma autodidacta. “A la pastelería llegué después y la panadería es aún más reciente en mi actividad”, señaló.

En 2021 comenzó la formación de maestro panadero en el Centro de Industriales Panaderos del Uruguay (CIPU). Y durante la pandemia comenzó un emprendimiento de sándwiches con un pan de molde con una técnica japonesa.

Cerminara salió campeón en una competencia de cocina para argentinos, pero no es argentino, sino uruguayo. Sin embargo, también tiene la ciudadanía argentina porque su madre nació allá, por lo que aceptaron su inscripción en el concurso. El matemático había estado cocinando panetones para vender desde enero: “El emprendimiento tiene un éxito bárbaro, así que pensé: ‘Me voy a presentar’”.

Como el panetón lleva un proceso largo de producción –como tres días, según Cerminara–, había que llevarlo ya horneado y embalado a la competencia. El CIPU le prestó sus equipos de panadería, que son más modernos que los que él usa en su casa, y el mismo 9 de junio viajó a Buenos Aires.

“En el concurso de pan dulce hubo más de 40 competidores en tres categorías: Milanés, Genovés e Innovación”, contó Cerminara. Él compitió en la última de ellas porque, “si bien el panetón es algo tradicional, no se estila en el Río de la Plata”. La innovación, entonces, venía por el lado de “volver al origen”, pero también por el lado de los ingredientes, ya que uno de ellos era el chocolate, “que no es de los tradicionales del panettone italiano”.

La FITHEP Expoalimentaria Latinoamericana se realiza desde 1980 cada dos años en Argentina y está dirigida a heladeros, panaderos, confiteros, pasteleros, chocolateros, pizzeros, empanaderos, fabricantes de pastas frescas y secas, responsables de restaurantes, hoteles, bares, cervecerías, cafeterías, supermercados y empresas de catering y food service. Su objetivo es “promover e incentivar la industria alimentaria mediante una serie de actividades que apuntan a la innovación tecnológica, la capacitación profesional y la generación de negocios”, según indican en su página web.

“Es una feria enorme y se organizan torneos de distintas especialidades, como de heladería, pastelería, chocolatería, etcétera”, expresó Cerminara. Algunas competencias se hacen a nivel latinoamericano, como sucedió con la de heladería, y otras a nivel nacional, como la del pan dulce.

El matemático contó a El País que “Uruguay fue con un equipo bueno al concurso de helados y obtuvieron el reconocimiento por mejor helado artesanal”.

Marcelo Cerminara
Marcelo Cerminara en el Campeonato de Pan Dulce Artesanal, Milanés y Genovés.

Platos modernos y una pascualina líquida

“En el mundo culinario la gente me conoce como ‘el matemático’”, aseguró Marcelo Cerminara. Trabajó algún tiempo en el restaurante Captain Cook, que era de una amiga suya, la chef argentina Marta Ramírez. También en Montevideo en los restaurantes Sucrè Salè Bistro y Poc.

El año pasado, junto al cocinero Adrián Orio, hicieron una experiencia en Sucrè Salè Bistro donde armaron un menú con comida tradicional uruguaya. “Hicimos dos versiones de cada plato: una ‘de la abuela’, y otra más moderna en la que usábamos técnicas como las espumas o los gelificantes”, relató Cerminara. Recuerda especialmente la versión moderna de la pascualina: “La hicimos líquida, con la idea de que uno comiera una cucharada de algo que parece una sopa pero lleva el sabor de una pascualina”. En este sentido, explicó que “es un juego, no solo está rico sino que tiene una parte lúdica”.

A Marcelo Cerminara le gusta cocinar desde su adolescencia. “Aprendí principalmente de mi abuela y mi madre, y de mi padre un poco también”, contó. Define su estilo como una “cocina moderna, con bastante uso de las técnicas nuevas y lo que después se denominó cocina molecular”. La matemática está siempre: “Me interesa mucho el uso de la ciencia en la cocina”. Está en Instagram como @themathsando.

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