Biblioteca ambulante en San José: lectura y homenaje a Martín Pino Clara

LIBROS

El 26 de mayo de 1816, Dámaso Antonio Larrañaga inauguró la Biblioteca Nacional con aproximadamente unos 5.000 libros y publicaciones. Con una cantidad similar funciona hoy la Biblioteca Ambulante Maragata Martín Pino Clara en el departamento de San José.

La idea de la biblioteca surgió en enero de 2017, cuando el docente de literatura y escritor Pedro Peña sacó libros que tenía en su casa hasta la plazoleta de la cooperativa de viviendas donde reside y los puso a disposición de quien quisiera irlos a buscar a préstamo. Publicó en Facebook su iniciativa y ese mismo día se acercaron dos amigos, Diego Cabral y Natalia Molina, quienes fueron los primeros usuarios y adeptos al proyecto.

Sin darse cuenta, ya habían concretado la primera escala y para la siguiente ya eran cuatro los impulsores de la biblioteca que un año y medio después completaría su denominación con el nombre de Martín Pino Clara, un joven de la ciudad que falleció en febrero de 2012 en Montevideo al caer al Río de la Plata tras una rapiña.

A la biblioteca la lidera un grupo de 11 personas con un denominador común: todos conocían de algún ámbito, e incluso algunos son amigos cercanos, a Martín Pino Clara. Y así surgió la idea de homenajearlo.

“Los que propusieron el nombre lo hicieron pensando en que él había sido un agente cultural del departamento. Era una linda oportunidad de tenerlo presente, como también lo está cada vez que hablamos de él o que hacemos las escalas, tanto presenciales como virtuales”, indicó Pedro Peña a El País.

La familia de Martín estuvo de acuerdo desde el primer momento con la denominación. Adriana, su madre, aseguró que fue un orgullo y no dudó un minuto en sumarse al proyecto. “Me pareció una idea fantástica; a Martín le encantaba leer, leía todo tipo de lectura. No hay mejor manera de recordarlo que en un libro y gratuito”, relató.

“Martín era estudiante de Filosofía y un artista relacionado con la actuación; los libros, la literatura, el arte y la filosofía en particular, atravesaron toda su vida”, agregó Peña.

“El corazón de la biblioteca es reivindicar la presencia de Martín y lo hacemos visible a través de un sello que le ponemos al cada libro”, sostuvo.

“La intención es que cuando alguien recibe el libro, en algunas de las páginas del interior, se encuentre con el sello que lleva el nombre de Martín y al menos se pregunte quién fue”.

La Biblioteca Ambulante Maragata Martín Pino Clara da préstamos gratuitos a través de “escalas” que por ahora solo se han realizado en San José de Mayo. En ellas colocan mesas en la calle o espacios públicos con cientos de los títulos que tienen a disposición de quien se interese por ellos. La última fue en diciembre de 2021 y ahora están suspendidas por la situación sanitaria.

Si bien en un principio se anotaba quien llevaba que libro, con el correr de las escalas lo cambiaron y actualmente la gente se lleva los títulos por plazo indeterminado. “Estamos muy anárquicos en ese sentido”, señala Peña.

La única condición para los usuarios es que brinden un número de WhatsApp para contactarlos y avisar de las siguientes escalas para que si lo quiere devolver pueda hacerlo. Si no lo terminó de leer, ni siquiera tiene que avisar e incluso puede pasarlo a otra persona sin problemas.

La otra vía de comunicación que utilizan es el Facebook, donde además de comunicar escalas se promueven algunos temas de debate cultural. Por la situación sanitaria de la pandemia, han promovido por esta vía que los usuarios pidan los libros en un live y se coordine luego la entrega dentro de la ciudad. Si no se es de allí, se pueden pasar a buscar o hacer envíos con costo cero para la biblioteca.

“En ninguna de las etapas de la biblioteca hay dinero de por medio; no contamos con fondos del Estado ni de la Intendencia, solo es tiempo voluntario de los 11 integrantes”, aclara Peña.

Los libros se encuentran en un depósito que ADEMU San José les cede sin costo.

Los títulos son para todo público: niños, adultos y hasta materiales específicos para alumnos de profesorados. Peña explica que en estos años les han donado más libros de los que pueden poner a circular pero entienden que es un buen lugar “porque se les da como una segunda vida”.

Así, si bien están un poco desbordados, no rechazan las donaciones de nadie. También han realizado liberación de libros en espacios de la ciudad; cada ejemplar lleva una leyenda que reza que ese libro se libera para que luego de ser leído se preste o se pasa a otra persona, y así sucesivamente.

El proyecto de la Biblioteca Ambulante Maragata Martín Pino Clara no se constituyó aún como una organización civil pero es un punto que puede revertirse en algún momento porque uno de los planes, a muy largo plazo, es instaurar una beca para ayudar a estudiantes del departamento en sus carreras.

“Eso va a requerir un funcionamiento más institucional que, si bien no está en nuestro ADN desordenado y anárquico, es algo que deberemos afrontar para ayudar desde otro lado”, reflexionó Pedro Peña.

Otra gran ambición de los miembros de la biblioteca maragata es tener un espacio físico propio donde poner los libros con total libertad, una suerte de punto de referencia más allá de no querer perder el carácter de ambulante.

Pero eso no es todo: los 11 impulsores de la biblioteca sueñan con tener un vehículo, acondicionado especialmente para moverse con los libros.

Las escalas son informadas por Facebooky por el grupo de WhatsApp que armaron con sus seguidores. El número es 099 591 956.

Los colaboradores son: el profesor de literatura y escritor Pedro Peña, el periodista Diego Cabral, la pediatra Natalia Molina, Adriana Clara y el psiquiatra Maximiliano Gutiérrez (madre y amigo de Martín respectivamente), la música y tallerista Ana Torterolo, la profesora de literatura Florencia Ronqui, la actriz y maquilladora Laura Arias, el publicista Eduardo Gutiérrez, la educadora Noelia García y Elisa Regalado, la última incorporación del grupo.