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Así fue la experiencia de un grupo de médicos uruguayos que viajó a capacitarse a EE.UU.

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Los médicos uruguayos antes de partir. Foto: Facundo García Bottigliero

MEDICINA

Gracias a la solidaridad de quienes colaboran con Fundación Corazoncitos, profesionales viajaron para asistir a un congreso y visitar también uno de los hospitales que es referencia mundialmente.

Gracias a las donaciones que recibe anualmente la Fundación Corazoncitos, por ejemplo, por las ventas de su clásico Mega Strogonoff, un grupo de profesionales de la salud participó del tercer programa de Capacitación y Actualización en el exterior, concretamente en las ciudades estadounidenses de Orlando y Houston, para profundizar sus conocimientos sobre cardiopatías congénitas.

Fundación Corazoncitos es una agrupación que trabaja en Uruguay desde 2010 para mejorar el porcentaje de detección precoz de estas enfermedades y los procedimientos médicos para su tratamiento.

En Uruguay, cada año nacen unos 450 bebés con cardiopatías congénitas y, en la mayoría de los casos, se necesitan intervenciones quirúrgicas antes de cumplir un año de vida.

Este programa del que formaron parte profesionales uruguayos de distintas áreas, como cirujanos, enfermeros, anestesistas, entre otros, permitió a los seleccionados acceder a una beca para el encuentro número 23 de Actualización Anual sobre la Enfermedad Cardiovascular Congénita y Pediátrica, que se realizó del 12 al 16 de febrero en Orlando y posterior visita de observación al Hospital de Niños de Texas en Houston, un centro de referencia a nivel mundial en el tema de las cardiopatías congénitas.

El País habló con dos de los médicos que viajaron a Estados Unidos para conocer los detalles de esta capacitación y cómo implementan lo aprendido en Uruguay.

Juan Pablo Gesuela, pediatra, neonatólogo y profesor adjunto de Neonatología del Centro Hospitalario Pereira Rossell, contó que la experiencia fue sumamente positiva.

La primera etapa comprendió la actualización anual de cardiopatías congénitas del Hospital de Niños de Filadelfia (CHOP) donde, entre otras actividades, especialistas de varios países dieron charlas sobre el manejo de cirugía, cuidados posoperatorios y seguimiento de pacientes. La segunda etapa fue en el Hospital de Niños de Texas, un centro referente a nivel mundial.

“Recibimos por parte del personal una gran bienvenida y, en todo momento, mostraron generosidad, nos enseñaron cómo hacen las cosas, cuáles son sus procesos asistenciales, su tecnología y, sobre todo, la experiencia acumulada”, señaló Gesuela.

Mateo Ríos, médico pediatra que está culminando un posgrado en cardiología pediátrica, contó que, en su caso, participó de la visita al hospital y coincidió con su colega en que la recepción que tuvieron allí fue “excepcional”. “Nuestro título no aplica allá, por lo que no podíamos tocar a los pacientes, pero sí ver todo de primera mano”, añadió.

Gesuela opinó que fue muy productivo que cada participante fuera referido a un sector de acuerdo a su interés. “Yo roté por el servicio de postoperatorio de cirugía cardíaca de recién nacido y luego con el equipo de circulación por membrana extracorpórea (ECMO)”, relató.

Sobre la visita al Hospital de Niños de Texas.

Cada uno de los profesionales visitó el área donde desarrolla su actividad en Uruguay, conociendo los procesos y generando vínculos con los colegas. “La pasantía se focalizó más que nada en instancias prácticas. Al ser observadores no podemos participar activamente de la asistencia pero si ver todo lo que sucede, el cómo lo hacen y sacarnos todas las dudas”, agregó el médico uruguayo.

Gesuela contó que en el Hospital de Niños de Texas se operan aproximadamente a 800 niños al año, mientras que en todo Uruguay, entre 200 a 250. “El número hace a la experiencia del equipo, sumado a la tecnología de primera y a los recursos terapéuticos con los que no contamos en Uruguay”, sostuvo.

Gesuela recordó que los resultados de mortalidad y de morbilidad en Estados Unidos son muy inferiores a los de Uruguay y que, en el caso de Texas, es el estado número uno en atención cardiológica en aquel país. “Para nosotros fue como jugar en la NBA”, sostuvo entre risas.

Añadió que algo que les llamó la atención fue la organización de los equipos y el control del proceso asistencial “que va desde el personal de seguridad hasta quien realiza la limpieza que hacen que los resultado sean mejores”, sostuvo.

Ríos, por su parte, señaló que la infraestructura de este centro de salud en Texas es “impresionante”. Además, dijo que “no es un edificio, sino que son entre cuatro y cinco torres de edificios todos conectados entre sí”.

Una oportunidad muchas veces única.

La oportunidad que tuvieron estos médicos uruguayos de viajar a Estados Unidos para capacitarse durante tres semanas gracias al apoyo de la Fundación Corazoncitos es una gran ayuda.

“La sociedad organizada puede lograr muchísimos cambios. La fundación es un motor de esos cambios y para ello necesita la colaboración de todos”, comentó Gesuela. También aclaró que “la mejoría de los resultados no se da porque un grupo va a una pasantía, sino por un proyecto colectivo. Por colaborar entre nosotros y permitir que centros como el Texas nos evalúe y nos sugiera cambios. Muchos profesionales se han dedicado a esto y han hecho y hacen grandes avances mejorando la asistencia. Nosotros aprendimos y aprendemos de ellos; tenemos que involucrar actores. Si colaboramos sin duda que vamos a mejorar”.

En Uruguay, “hay mucha motivación personal y también sacrificio personal” para el desarrollo y la formación constante, dijo Ríos, quien opinó que oportunidades como la que brinda la Fundación Corazoncitos para capacitarse en el exterior son únicas para muchos profesionales.

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