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Fue enfático: no cree que la política tenga influencia en el arte. No obstante, Zubin Mehta entiende que si no se apoya con fondos a los teatros italianos en crisis, el arte, y la ópera en particular, sí se verán afectados.

Por tanto, agregó el prestigioso director indio, "espero que en el futuro, el Gobierno (italiano) les dote de presupuesto".

Así se expresó en estos días y en España, donde acaba de comenzar una gira con el conjunto italiano Maggio Musicale Fiorentino, con el que colabora desde 1985. La agenda de conciertos, que se extenderá por este último tramo de enero, lo llevará a Madrid, Oviedo, Zaragoza y al final a Valladolid.

La oportunidad también sirvió para manifestar su preocupación por la situación que atraviesa el Palau de les Arts de Valencia, donde, como destaca una nota publicada en El País de Madrid, ha encarado algunos proyectos con su orquesta sinfónica junto otra batuta reconocida, Lorin Maazle.

En ese sentido Mehta cree que es necesario un mayor apoyo por parte del gobierno español: "en la medida que lo hace con Sevilla o Barcelona. No sé porqué ahí sí y en Valencia no, bueno, si sé por qué, sí comprendo por qué", dijo a este periódico español.

La relación de Mehta con España se ha profundizado en las últimas décadas, siendo este país uno de los destinos regulares de sus giras. Por esa razón, sus opiniones suelen tener mucho peso en aquel medio musical, y no sólo en este plano político o de gestión cultural.

Esto se hizo evidente al final del concierto que dio este domingo la nueva estrella de la dirección orquestal, el venezolano Gustavo Dudamel, junto a la Filarmónica de Los Angeles, en el Auditorio Nacional, en Madrid. Su opinión fue también clara y breve: "No esperen de mí que haga crítica, pero lo de ayer me impresionó. Tanto la orquesta como el director". Lo que subraya la calidad del trabajo que está haciendo Dudamel con esta formación sinfónica, de la que Mehta fue director titular, y su proyección a la interpretación de una obra monumental como la Sinfonía N°9 de Mahler.

Varios medios locales también para hablar con él sobre Plácido Domingo, que el pasado viernes cumplió 70 años y lo celebró con una gala con numerosos artistas invitados en el Teatro Real.

"No sabía que cumplía 70 años. Si le escuchas cantar, no lo parece", dijo. "No existe ningún cantante de sus características que llegue a esa edad en estas condiciones. No es lo normal, todo depende de las circunstancias de cada uno".

EN EL SOLÍS. Nuestro público ha tenido varias oportunidades de apreciar en directo el talento de Zubin Mehta y el trabajo que ha desarrollado al frente de la Filarmónica de Israel.

En su última visita, en la que dirigió en la sala principal del teatro Solís, en agosto del año 2009, dejó generosas muestras de una sólida musicalidad, técnica magistral y fuerza comunicativa, con una orquesta de alto nivel profesional.

La expectativa que generó aquella visita fue creciendo a medida que se acercaba la fecha del concierto. Y los motivos eran claros. Primero, el programa: dos obras de Richard Strauss, Don Juan Op. 20 y Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel, Op. 28, y en la segunda parte la Sinfonía Nº 7 en La mayor, Op. 92 de Beethoven. Es decir, un programa que destacaba por su densidad e intensidad a la vez, con los lenguajes de dos maestros de la orquestación y los contrastes expresivos, y que son especialidad de Mehta. Ese evento también es recordado hoy por la vibrante, casi épica, interpretación de nuestro Himno Nacional con todos los integrantes de la Filarmónica de Israel de pie, y, sin pausa, la del Himno de Israel.

No fue un concierto que deslumbró con revisiones innovadoras de un repertorio muy conocido, y de referencia ineludible. El valor estuvo, reconocieron críticos y público, en el compromiso interpretativo de los músicos y la solvencia de un director que, a sus entonces 73 años, mantenía una vitalidad y una concentración notables. Bastaba, por ejemplo, una mirada, un mínimo gesto, para lograr la precisión en los ataques de cada instrumento dentro de tramas sonoras de gran complejidad técnica y expresiva. En definitiva, un maestro.

La carrera de Zubin Mehtacomo director comenzó en 1958, con un concierto en Viena, Austria. En muy poco tiempo, fue construyendo un nombre en este competitivo mercado musical, a través de sus muy bien ponderadas performances con orquestas de gran porte. Tal es el caso de la Orquesta Filarmónica de Los Angeles, la Orquesta Filarmónica de Nueva York (agrupación en la que se desempeñó como director estable desde 1978 a 1991), y desde 1968, sucediendo al maestro Jean Martinon, al frente de la Filarmónica de Israel como director musical estable, cargo que desempeña hasta hoy.