Veintiún años de festival

| Habrá una muestra sueca y una fuerte presencia de Latinoamérica

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El elogiado film brasileño Ciudad de Dios de Fernando Meirelles, que no pudo exhibirse en la muestra Un Cine de Punta, abrió Mar del Plata y ha sido el reciente triunfador en el festival de Cartagena, es uno de los puntos de atracción del XXI Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay, que habrá de desarrollarse entre el 12 y el 20 de abril.

No es por cierto el único. El festival, que llega ahora a su vigésimo primera edición aunque cumple realmente veintidós años, mantendrá algunas de sus características fundamentales aunque hay también novedades.

Una de ellas será la reaparición de la sub-sede de Punta del Este, una modalidad que caracterizó a algunas ediciones previas del festival y que se suprimió después. A ello contribuirá este año el circuito Hoyts General Cinema, que habilitará al efecto sus salas de Punta del Este pero también las de Montevideo (complejo Alfabeta y Punta Carretas).

Más salas, entonces, para un festival golpeado por las dificultades económicas que afectan a todo el país pero que, aún faltando algunas confirmaciones, puede anunciar ya que contará con unos aproximadamente setenta largometrajes y un número similar de cortos de orígenes muy diversos, desde Alemania a Argentina, de Armenia a Chile, pasando por Colombia, Cuba, Ecuador, España, Estados Unidos, Finlandia, Israel, México, República Checa, Suecia y hasta Uruguay, entre varios otros.

La presencia argentina es numéricamente una de las más importantes, y significativa en tanto que reúne varios de los films de ficción (El bonaerense de Pablo Trapero, Historias mínimas de Carlos Sorín) y documentales que más han llamado la atención en medio de la producción reciente de una cinematografía que está haciendo cosas realmente valiosas en medio de la crisis. Otro punto fuerte va a ser la monográfica sueca, que reúne varios films recientes de realizadores de varias generaciones, desde los veteranos Jan Troell y Bille August hasta gente más joven como la documentalista Asa Faringer.

Esos nombres no son los únicos. De México llegará La virgen de la lujuria de Arturo Ripstein, ya vista en Punta. De España El gran Gato de Ventura Pons (y tal vez el propio Pons), Salomé de Carlos Saura y más. De Brasil no estará solamente Ciudad de Dios, sino también cosas como Madame Satán de Karim Ainouz o Una onda en el aire de Helvecio Ratton, entre varios otros títulos. Y no deja de ser relevante la presencia norteamericana, que incluye títulos de próximo estreno como La hora 25 de Spike Lee o Antwone Fisher de Denzel Washington junto a otros de carácter más independiente.

Pero el festival se hace en el Uruguay y trata de no olvidar su perfil uruguayo. En los tres días previos tendrá lugar la exhibición del material de video nacional seleccionado a concurso para el Espacio Uruguay: una veintena larga de títulos sobre un total de sesenta trabajos presentados. Y durante el festival mismo tendrá lugar el estreno para Montevideo del largometraje de ficción La espera, dirigido por Aldo Garay, con Elena Zuasti y Walter Reyno, y volverá a verse Aparte, el excelente documental de Mario Handler conocido el año pasado en el Festival de Invierno.

Hay cosas todavía por confirmar: algunos títulos, el nombre de varios de los visitantes, aunque se sabe que habrá una significativa representación del cine sueco e invitados de más cerca. Como anticipo, hoy comienza en Sala Cinemateca un repaso de films que fueron conocidos en el festival a lo largo de las dos últimas décadas.

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