BUENOS AIRES-EL MERCURIO
ROMINA RAGLIANTI
El próximo mes se cumple un año del accidente cerebrovascular de Gustavo Cerati, y el músico aún duerme en una muy privada clínica de la ciudad argentina. Su familia lo acompaña fuera de los focos y sus seguidores combaten el olvido.
En el tradicional barrio de Belgrano, un sector de clase media alta ubicado al Oeste del Río de la Plata, está la clínica ALCLA. Es una construcción de sólo tres pisos, pintada de blanco y color plomo, flanqueada por edificios residenciales y uno que otro negocio pequeño. Está en la tranquila calle Vuelta de Obligado, aunque a una cuadra se extiende la muy comercial y ruidosa Avenida Cabildo. La clínica pasaría desapercibida, si no fuera porque en la vereda del frente se despliega un colorido mural para Gustavo Cerati, quien está internado ahí en estado de coma desde el 24 de octubre del año pasado.
El 15 de mayo se cumplirá un año desde el accidente cerebrovascular que el músico argentino sufrió tras una presentación en Caracas, y son sus seguidores los que no han dejado que el ex Soda Stereo sea olvidado en ningún momento. Las redes sociales como Twitter y Facebook están plagadas de grupos de fans que envían mensajes de aliento y organizan veladas y actividades conmemorativas. El año pasado, por ejemplo, se reunieron ante las rejas del planetario de Buenos Aires para desplegar una bandera que tenía más de 10 mil mensajes de apoyo para el cantante. Hace dos semanas, volvieron a reunirse frente al planetario de la ciudad de Rosario.
Y frente a ALCLA, los seguidores también se hacen notar. Fotos, poemas y saludos que derrochan optimismo y ánimo han sido pegados en las murallas. "Fuerza Gustavo", repite la mayoría. Dentro de ellos, destaca una bandera chilena que dejaron un grupo de fans que visitaron la ciudad, y otros mensajes delatan que turistas provenientes de Costa Rica, Perú y México, entre otros, han hecho lo mismo. Esta especie de muro de lamentos ofrece un contraste interesante con el resto de la pulcra calle, pero nadie se molestaría en sacar los carteles.
Un locatario de la zona cuenta que todo el tiempo se ve a personas en ese punto de la calle, escribiendo en el muro o simplemente mirando hacia la clínica. Es poco más que mirar lo que pueden hacer, ya que ALCLA es un lugar extremadamente privado. Sus vidrios como espejo no permiten ver hacia adentro, y tres cámaras de seguridad examinan cuidadosamente a los transeúntes. De hecho, para entrar, hay que presentarse ante una cámara. La institución no tiene departamento de relaciones públicas ni voceros, porque simplemente no da declaraciones.
La privacidad ha sido una consigna que la familia de Gustavo Cerati ha mantenido desde que el músico tuvo su accidente. Tal como él siempre defendió su vida íntima con recelo, el grupo que lo rodea ahora ha mantenido ese respetuoso silencio. Sólo los partes médicos relevantes, o situaciones como el breve traslado en febrero al sanatorio De los Arcos para ser tratado por una neumonía, han sido comunicados oficialmente. La madre de Cerati, Lilian Clark, ha entregado breves declaraciones, pero en general la información es reservada.
Es la familia la que determina quién puede acceder a visitar a Cerati en su habitación en el primer piso de la clínica. En general, son sus amigos más cercanos los que tienen acceso. Leo García, Ricardo Mollo, León Gieco son algunos de los que llegan a verlo de vez en vez. A principios de marzo estuvo Alejandro Sanz, quien luego contó a través de su Twitter que el artista tenía buen aspecto.
RECOGIDOS. Aunque para el triste aniversario del 15 de mayo es probable que los seguidores organicen algo, del círculo cercano a Cerati insisten en que ninguna actividad por el estilo viene de iniciativa de ellos. Es una fecha dolorosa y de introspección, dicen, pero sí reconocen que los fans les comunican cuando hacen algún acto masivo en honor del músico.
Mientras, ante la falta de novedades en su estado de salud, la prensa y la televisión se abocan a otros temas. Las elecciones de octubre, lo que ocurre en el reality Gran Hermano y el reciente matrimonio de la actriz argentina Luisana Lopilato y el cantante canadiense Michael Bublé son los temas que ocupan las planas. Aunque Cerati sí aparece brevemente en las conversaciones de farándula por una reciente publicación de la revista Paparazzi que muestra a Chloé Bello, su novia al momento de su accidente, besándose con otro hombre afuera de un restaurante del barrio Palermo. Sólo un detalle en la larga espera por una reacción del músico, y la respuesta al incansable clamor de que despierte de sus fanáticos afuera de la clínica.